viernes, 13 de agosto de 2010

"Video sobre presión de Magnetto a la Corte Suprema"

http://www.youtube.com/watch?v=BhRjNqO8Xus&feature=player_embedded

"Argentina, cada vez más cerca del empate social"

Los asalariados se encaminan a lograr el 50% del reparto del ingreso. Opositores y cercanos a la política de la Casa Rosada coinciden en destacar la redistribución del ingreso en concordancia con el desarrollo económico. Los analistas piden profundizar medidas y avanzar en otras para alcanzar el objetivo.

El pico de participación de los asalariados en el reparto del ingreso se alcanzó en 1954 cuando llegó al 51 por ciento. Por el contrario, cayó a su piso más bajo en el ocaso de la última dictadura y tras la crisis social y económica que eclosionó a fines de 2001, cuando apenas superaba el 20 % de la torta. En los últimos años el sector de los trabajadores comenzó a recuperar terreno de cara al objetivo de ser “el país más igualitario de América Latina” y regresar al “cincuenta y cincuenta” en la distribución de la riqueza que se alcanzó durante los primeros gobiernos de Juan Perón, como propuso el ex presidente Néstor Kirchner durante el acto de conmemoración de la muerte de Evita.

Un estudio realizado por los economistas Juan Manuel Alfonsín y Edgardo Tarallo muestra un primer ciclo que va desde al año 1950 hasta 1974 en el que la participación promedio del asalariado se ubicó en el orden del 44,5% del PBI. Y una segunda fase desde el año 1975 en la que el porcentaje cae hasta el 29,19% en promedio. Además, hacia el final de la última dictadura militar se evidenció la mayor regresión en la participación del asalariado. (ver infografía). El análisis realizado por los dos economistas para la Asociación de Personal de Organismos de Control (APOC) llega hasta 2006, aunque las cifras de los últimos años difieren con las computadas por el Banco Mundial. Una serie más actualizada fue difundida por el Ministerio de Trabajo que indica que los trabajadores tomaban en 2003 el 34 % de la riqueza y que ese porcentaje trepó al 43 y 43,6 en 2007 y 2008, respectivamente. En ese punto coincide con las consultoras privadas que estiman que la participación actual ronda el 44%. Con esos antecedentes, cuatro economistas consultados por Buenos Aires Económico analizan qué medidas se deben mantener y sobre cuáles avanzar para llegar al fifty-fifty.

El rol del Estado. En el estudio realizado para APOC, Alfonsín y Tarallo concluyen que “las políticas económicas dictadas por el Estado nacional gravitan decisivamente sobre la distribución del ingreso. El régimen macroeconómico, los regímenes sectoriales y la regulación de mercados configuran un sistema de incentivos que orientan la inversión con sus consecuencias sobre la demanda de trabajo y las remuneraciones” junto con la política fiscal. El sistema impositivo es clave para Rodolfo Terragno, economista y dirigente de la Unión Cívica Radical y ex ministro de los gobiernos de Raúl Alfonsín y de la Alianza. “El principal instrumento de redistribución del ingreso es el sistema tributario. En la Argentina, más que impuestos tenemos peajes que es como yo llamo a los gravámenes indirectos, que son independientes de la capacidad contributiva. A los Estados les gusta cazar en el zoológico y por eso espera al contribuyente en la caja del supermercado para cobrarle el mismo IVA a un multimillonario que a un villero. O el mismo impuesto al cheque a la multinacional que al tallercito de barrio”, compara.

Terragno sostiene que si bien hay muchos puntos sobre los cuales introducir reformas “graduales, para que el sistema tributario sea un instrumento de justicia social, sin desalentar la inversión”, es necesario que se desgrave “la reinversión de ganancias, otorgar premios fiscales a la innovación, a las exportaciones y al valor agregado”. Como paso concurrente señala que las políticas sociales “deben ser universales, sin depender del arbitrio de ningún funcionario. Para eso, las condiciones de elegibilidad deberían ser verificadas por un sistema informatizado y los beneficiarios, recibir tarjetas con chip sólo válidas para determinados consumos”.

Daniela Cristina, economista del IARAF considera que los datos provisorios ubican la participación de los trabajadores en el ingreso nacional en alrededor del 44 % y respalda la aplicación de la Asignación Universal por Hijo “que claramente, hace subir los ingresos de las personas que están en los primeros dos deciles, desempleados e informales”. Y plantea que la Asignación Universal tiene muchos capítulos en “la literatura latinoamericana” de desarrollo: en Brasil, el Programa de Garantía de Renta Mínima de los primeros 90 se reorientó a la inclusión de los chicos en el sistema educativo y alumbró Bolsa-Escola, que se convirtió en ley federal en 2001. La economista aborda también la incidencia del sistema impositivo y considera positivo el aumento del mínimo no imponible en Ganancias porque permite aumentar la remuneración “del factor trabajo manteniendo constante la del sector capital.

Nicolás Salvatore, investigador del Cedes, sostiene que en los últimos años “la gran distribución del ingreso se hizo desde la salida de la crisis hasta que se aceleró la inflación en 2007. Hasta allí, fue el mejor momento de Kirchner . La distribución mejoró tanto por la vía de los precios por el salario real, como por la vía de cantidades por la disminución del desempleo”. Para Salvatore, “después de cada crisis, la distribución del ingreso mejora mucho y eso ocurre así desde hace décadas: un primer brusco empeoramiento es seguido de una mejora en los años siguientes. Kirchner no inventó nada y realizó la mejora distributiva que obedece al modelo edificado por Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna”. Para el economista del CEDES, “si se observa el mark up, se ve que cae desde cerca de 50% en 2002 hasta cerca de 30% en 2007, es el mismo de la época de Menem”. El cálculo está basado en la relación del índice EBIDTA (el resultado bruto antes de deducir la carga financiera) y las ventas. Como camino propone que las políticas apunten a “crecer con equidad, tal como propone la CEPAL, porque si primero intentamos crecer, la distribución no llega a través del derrame. Esta empíricamente demostrado que la teoría del derrame es simplemente falsa”.

Los trescientos quesos de De Gaulle. “¿Cómo se puede gobernar un país que tiene más de trescientas variedades de quesos?” se preguntaba con ironía hace medio siglo Charles De Gaulle como metáfora de las dificultades para administrar Francia. El economista Iván Heyn cita la frase y le encuentra una traducción política para la Argentina y el camino hacia una mejor distribución de la renta: “La alta complejidad de la sociedad tiene ver con la diversificación. En un proceso productivo con más participación de trabajadores calificados, productos con valor agregado, conocimiento y tecnología, hace necesario aumentar el salario. Por lo tanto, una mejor distribución del ingreso se corresponde con mayor diversificación y alta innovación con valor agregado”. En la metáfora de De Gaulle, que la variedad de quesos gourmet se multipliquen y los exporte la Argentina.

Heyn, ex subsecretario de Industria y economista de la Asociación de Economía para el Desarrollo de Argentina (AEDA), dice que básicamente el freno a la distribución de la riqueza tiene que ver con la determinación de la estructura productiva, si es más especializada en la renta -agropecuaria, petrolera, minera-, es más inequitativa. Cuando en el proceso productivo la participación del trabajo es marginal, quienes controlan la renta tienen mayor apropiación”. Pone como ejemplos a países del sudeste asiático que pasaron de tener producciones de mano de obra intensiva a “fuerza de trabajo con alto valor agregado; Corea, frontera de producción electrónica, y Japón en el caso automotriz”.

“Todos los sectores productivos son competitivos y rentables si incorporan mayor valor agregado. Y frente a una demanda de más ingenieros, técnicos, se necesitan políticas sociales. La asignación universal que se mantiene atada a que los chicos vayan a la escuela, recupera el nivel educativo que se perdió por políticas de abandono”. También reconoce que la concentración “juega en contra y para eso está el Estado, para abrir las brechas de negocios y que el Estado no lo administren los cuatro o cinco importadores”.

CIUDAD DE BUENOS AIRES, LA MÁS DESIGUAL

La diferencia en la distribución del ingreso tiene también un capítulo regional. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) elaboró un estudio sobre los grandes conglomerados urbanos y concluyó que el Gran Mendoza es el que muestra mayores niveles de equidad. En el otro extremo se encuentra la Ciudad de Buenos Aires. El primer decil (el 10% más pobre) acumula en todos los aglomerados urbanos aproximadamente el 1% del ingreso total familiar, mientras que el decil más rico suma el 35% en el caso de Capital Federal y 30% en el caso del Gran Mendoza.

El estudio realizado por los economistas Nadin Argañaraz y Daniela Cristina abarca el período 2006-2009 y fue finalizado el primer trimestre de este año.

De esos datos surge que el quintil más rico que acumula una menor parte de los ingresos es el del área del Gran Mendoza (con un 47,2%), mientras que en el extremo opuesto se sitúa la Capital Federal, con un 53.8 por ciento.

En el relevamiento se incluyeron además el Gran Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

Fuente: Por Gabriela Granata en http://sur.elargentino.com/.

Actualidad política: "Ahora el boletín llega con premio"

Cuatro mamás de Florencio Varela cuentan los regalitos que le hacen a sus pibes gracias a la ayuda de la asignación universal. Cuando se sacan buenas notas nos piden de todo, dicen felices. Para llegar al barrio Gobernador Monteverde, en Florencio Varela –aclaran las chicas–, hay que bajar en el acceso Sudeste de la Autopista Buenos Aires-La Plata, tomar Calchaquí, doblar en Hipólito Yrigoyen antes del cruce Varela, y seguir hasta una calle llamada Aconcagua.

Aquí, dicen las madres, en el barrio Monteverde, en Florencio Varela, ahora los chicos piden y reclaman partes de su salario.

–Les podés exigir de esa forma. Ahora si se sacan más de siete ya quieren un premio, y saben que podemos dárselo. Los chicos se enteran por la tele lo de la Asignación Universal por Hijo y quieren cosas para estudiar– asegura Ida.

Aquí, dicen también las madres, en el barrio Monteverde, en Florencio Varela, bien al sur, segundo cordón del Conurbano Bonaerense, este año se ven menos chicos en la calle, menos cartoneros y menos cybers. En las casas ya hay computadoras con internet.

Las chicas son Ida, Johanna, Zulma y Gabriela; salvo Johanna, el resto anda cerca de los 40 años. Forman parte de los 30.000 varelenses que se vieron beneficiados con el programa de Asignación Universal por hijo. Se estima que en este partido del gran Buenos Aires viven 400.000 habitantes; es, según fuentes de la intendencia, el segundo distrito más pobre del país, después de José C. Paz.

Son las cuatro y pico de la tarde de un viernes, y el mate ronda por la mesa de una casa de techo bajo. Si uno se para, el techo está cerquita. En la tele está el programa de Jorge Rial. Los ladridos de los perros vecinos complicarán el trabajo de la desgrabación de la cinta de entrevistas.

–Yo te voy a decir una cosa –dice Ida, de 42, que trabaja por hora en una casa– que a lo mejor te dé risa: yo este año recién pude comprarles mochila nueva a los chicos. Antes iban siempre con la misma que habían empezado primer grado. No te digo que guau! Les compré la mejor mochila, pero ellos están contentos.

Ida tiene hijos de 10, 12 y 13 años. Cuando los enumera, el resto de las madres le pregunta si de joven tuvo televisor en la casa. Ida es a la que menos le cuesta hablar al principio, a la que no hay que hacerla entrar en confianza para que cuente cosas. Y lo hace parada, apoyando las manos en la silla.

Para Johanna, las personas que están en contra de la asignación por hijo es porque realmente no pasaron ni saben lo que es la necesidad. Ella, jovencita, mamá de una beba de un año y medio, es la de la derecha de la mesa, la más callada. Tiene los ojos delineados, una campera de jeans y el acné en su rostro denota su edad. “El papá de mi gorda se borró y si bien mi familia me apoya, es como que lo económico jodía un poco. A mí la asignación me vino muy bien para los remedios. Para mí, está bárbara, porque al principio era pura teta, pero creció y gastás mucho en comida”, dice.

–La carita de él y tu satisfacción como papá– se mete Ida, la que más habla, en referencia a uno de sus hijos– de poder disfrutarlo, de ir a actos y verlo con mochila nueva, saber que si necesitan algo de la escuela vos podés decirle a la maestra que para tal fecha el nene tendrá sus materiales.

Varela City. Zulma, de rojo, vendedora de artículos de limpieza sueltos, dice que ahora que se viene el día del niño hasta su hijo de 22 años le pide regalos, y asegura notar los cambios en los últimos años de su querido distrito de Varela en los pocos vecinos que se acercan a una iglesia para pedir alimentos, y en la gran cantidad de gente que ve en los supermercados.

–Hay cambios. Las personas que trabajaron toda su vida en negro hoy cobran una pensión. Están las cooperativas de trabajo que además de ser un ingreso sacaron a varios chicos de la mala vida. Y las tarjetas para ir a hacer compras. Y las ayudas a las personas de tercera edad. El que se queja, al que no le gustan estos cambios es porque no le gusta la igualdad.

Para Gabriela, la de la punta de la mesa, la que más se ríe al hablar, mamá de un varón de 17 que va a segundo año, lo que más la sorprendió sobre los cambios del barrio, fue hace poco, cuando fue a la plaza: “Volví a ver la Plaza de Varela llena, con los papás comprándoles pochoclos, gaseosas a los hijos, ¿sabés que lindo?, hacía años que no estaba así la plaza”.

–El otro día salimos a la feria y dije “ah, compré un pantalón”, lo de la Asignación es subirle la autoestima a la gente. No va en sólo en comprarle una remera a tu hijo, va en sentir que te sobra algo de plata para darte un gustito, y no te sentís menospreciado, ni excluído, el país está evolucionando– dice Ida, siempre de parada.

–O una buena mesa –agrega Gabriela–, a mí lo que más me reconforma es comerme un rico asado un domingo con mi comadre. Pero los pocos cartoneros que se ven son sólo padres. Ahora los chicos están yendo mucho más a clases y eso lo notás a la tarde. Venís y no ves más chicos en la calle, o juntando cartones con los papás.

Johanna, además de tener la meta de finalizar sus estudios secundarios, dice que el mes pasado pudo comprarle los remedios a su beba, y que no la trajo porque ahora está engripada y que todavía zafa, que como es bebé no le pide ropa a cada rato como los chicos que saben que sus mamás tienen la Asignación.

Razones para estudiar. Zulma, la de sweater rojo que vende artículos de limpieza opina que lo de la Asignación es un pretexto para que ningún padre diga que no lleva a sus hijos a la escuela porque no tiene para comprar un cuaderno. Y espera y calcula que no volverá a ver una generación de adolescentes que no saben leer ni escribir. Y también se anima a pedir una ayuda más: “Estaría bueno que no se cortara cuando los chicos cumplen 18, siempre y cuando se presente una constancia de que siguen estudiando una carrera así tienen para el colectivo y las fotocopias, que son caras”. Zulma, a partir del beneficio, pudo comprarle un perfume a su hija. Pensando en el futuro de los que sí están estudiando, Zulma se pregunta por el trabajo al recibirse, porque hoy, acostumbrados a que los jóvenes abandonen temprano la escuela, los comerciantes piden experiencia laboral a los recién egresados. Y la adolescencia está, supuestamente, para jugar y para ir a la escuela. Lo que también les gustaría, dicen, son talleres de inglés y computación ya que en las escuelas es muy básico lo que se enseña y no hay plata para un instituto privado, y hoy, el conocimiento del idioma y de la informática ayudan a la hora de buscar trabajo.

–Estaría bueno que aprendan oficios, cuestión de que si no consiguen trabajo pueden cocinar un par y venderlo desde sus casas– pide Ida.

El fotógrafo ya hizo su trabajo, las nenas posan como si fuesen modelos. Se apagó el grabador; el mate sigue rondando y sale el tema de lo que dijo en mayo pasado el titular del Comité nacional de la UCR y senador nacional Ernesto Sanz, que la plata de la asignación familiar se gasta en paco y en el bingo.

Entonces, para Sanz, van devuelta las indicaciones del principio de la crónica, así toma nota: bajar en el acceso Sudeste de la Autopista Buenos Aires-La Plata, tomar Calchaquí, doblar en Hipólito Yrigoyen antes del cruce Varela, y seguir hasta una calle llamada Aconcagua. Y allí, preguntar a vecinos sobre la Asignación por hijo, y mirar cómo está el barrio, y fijarse qué tanto paco y tanto bingo se ve. Las chicas, que aclaran que son del barrio Gobernador Monteverde, lo esperan con mate y galletitas.

Fuente: Por Nahuel Gallotta en http://sur.elargentino.com/.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Fotomontaje de una imagen de la obra de Favio y una ilustración de Carpani.

Derechos Humanos: “Los juicios a los verdugos y sus cómplices”



Pasaron siete años de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Desde entonces se produjeron decenas de juicios orales en todo el país. Sigue habiendo dificultades, pero el balance es positivo. La experiencia de memoria y justicia argentina es analizada en el mundo. A siete años de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, decenas de juicios orales en distintos lugares del país están en curso. Días atrás el fiscal Félix Crous se mostró indignado por la indolencia y la complicidad de actores judiciales que impidieron el juzgamiento del fallecido Acdel Vilas (ver pág. 21). Ese ha sido uno de los motivos de las demoras que tuvo su mayor expresión en la Cámara Nacional de Casación Penal y en jueces federales mendocinos. Las dificultades en los juicios dejaron en claro que la remoción de los obstáculos para juzgar no fue acompañada de herramientas legales, y sobre todo judiciales, que permitieran acelerar y reordenarlos. Se debería haber dotado de inmediato al sistema judicial de tribunales con avocación exclusiva para realizar juicios más concentrados, por centros de exterminio (CE) o sus circuitos, alcanzando a un mayor número de responsables y, sobre todo, de víctimas. Se dependió mucho de la voluntad individual de querellantes, fiscales y jueces, que tuvieron que trabajar con herramientas inadecuadas.

Sin embargo, los resultados hasta el momento no son desdeñables. Se dictaron condenas. Se acaban de conocer en Santa Fe las penas solicitadas contra Mario Facino por el secuestro y el homicidio de una integrante de las Ligas Agrarias. En Rosario se leyó la acusación contra los imputados, entre los que están Ramón Genaro Díaz Bessone, por crímenes cometidos en el CE de la Jefatura de Policía. Por diez víctimas comienza en San Martín el juicio contra Reynaldo Bignone, Santiago Riveros y Luis Patti. El 9 de agosto se inicia en Mar del Plata el juicio por nueve homicidios en la Base Naval y entre los imputados está el entonces jefe de Inteligencia, Alfredo Arrillaga. Se está realizando en La Plata el juicio por crímenes cometidos en la Unidad Penitenciaria 9. Este mes, además, se oirán los alegatos en el juicio por los CE Atlético, Banco y Olimpo. Los testimonios de sobrevivientes en los juicios por la Esma, Vesubio y Automotores Orletti siguen su marcha. En septiembre, el juicio por la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños.

En San Rafael, Mendoza, seis represores son juzgados por cuatro víctimas. En Córdoba, Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y otros 27 imputados afrontan acusaciones por crímenes en el CE de la provincia. En Santiago del Estero el 10 de agosto empieza otro juicio contra Videla, Menéndez y Domingo Bussi (caso Kamenetsky). En el Chaco se oyen testimonios por la masacre de Margarita Belén contra nueve imputados. Y mañana empieza en La Pampa el juicio por secuestros y torturas cometidos contra treinta personas en dependencias policiales. Y la lista continúa.

Otro avance son los juicios contra civiles, como José Alfredo Martínez de Hoz, procesado por el secuestro de los empresarios Gutheim. En el caso Papel Prensa la Justicia Federal de La Plata investiga los secuestros y torturas sufridos en dependencias del Circuito Camps por personas relacionadas con el grupo Graiver, para desapoderarlas de las acciones y beneficiar a los posteriores dueños de la empresa, propietarios de grandes medios de comunicación.

Los juicios generan consecuencias promisorias en los países vecinos, como en Chile y en Uruguay. En Europa continúan los juicios contra represores argentinos. Los organismos internacionales están monitoreando, y el Parlamento Europeo realizará una jornada el 30 de septiembre en Bruselas sobre la experiencia argentina.

Preocupante es la situación de los testigos sobrevivientes y la falta de información sobre Jorge Julio López. El Estado debe redoblar esfuerzos para garantizar que los testigos no sufran ningún tipo de represalia y para que se les brinde la asistencia que requieran para testimoniar con la mayor tranquilidad posible. El pacto de silencio y la falta de información de las Fuerzas Armadas generan preocupación y se traduce no sólo en el desconocimiento del destino de desaparecidos y niños nacidos en cautiverio, sino también en condecoraciones, cargos y sueldos para quienes cometieron los crímenes más abyectos.

El Consejo de la Magistratura debe remover cuanto antes a los jueces cómplices. Los camaristas de Mendoza dejaron en libertad a los imputados y debió comenzar el juicio oral en San Rafael para que el Tribunal Oral Federal los privara de libertad, dando una clara señal no sólo a los testigos sino a todo el sistema judicial. Los jueces de la Casación, Guillermo Yacobucci y Luis María García, dejaron en libertad durante los últimos meses a decenas de imputados en la causa Esma, porque dijeron que no había riesgos de fuga, poniendo así en riesgo a los testigos.

El argumento de la guerra sostenido por los criminales es torpe, a la vez que miserable, porque el Congreso Nacional jamás declaró una, porque aún en la guerra hay derechos que se respetan, y porque las víctimas fueron secuestradas, en su inmensa mayoría, en sus lugares de trabajo, en sus casas, en la vía pública, generalmente de noche, en total estado de indefensión, por grupos de personas que actuaron con zonas liberadas, sin protección legal.

Los tormentos y distintas vejaciones en los CE tuvieron como objetivo la destrucción de las personas, al amparo de la clandestinidad y la ausencia de toda ley. Esa metodología ilegal no fue una respuesta a las organizaciones armadas, sino una planificación anterior, que surge de reglamentos militares secretos en los que se preveía la comisión de estos crímenes. Recientemente, uno de los acusados en el juicio de San Rafael confesó que junto a doscientos efectivos había recibido instrucción en 1967 de parte de militares norteamericanos, en las técnicas de tortura, por lo que hubo condecorados.

Los testigos relatan las sistemáticas violaciones y abusos sexuales sufridos por los secuestrados, especialmente las mujeres, en distintos CE. No fueron hechos aislados cometidos por algunos desquiciados, sino una práctica habitual y sistemática, decidida por el aparato criminal, como una de las formas de tormento utilizadas para denigrar al máximo la personalidad humana.

Las mujeres debían entender que la lucha política, en cualquiera de sus formas, les estaba vedadas por el solo hecho de ser mujeres. Quebrar la voluntad del militante político, eliminarlo o destruirlo para desactivarlo como tal e impedir su reinserción política. Una cuestión de clase en la que el oprimido es el objeto y el opresor el privilegiado. La violencia y la humillación hacia judíos y discapacitados son patrones que permiten describir con mayor precisión la catadura de los verdugos. El robo sistemático en cada secuestro, el desapoderamiento de vehículos y viviendas, las peleas entre represores por parte del botín como actos de servicio a la patria, se relatan día a día en las audiencias.

Sólo quienes tienen que defenderse (Videla y Menéndez, por ejemplo) podrán insistir en que fue una guerra. Lo único que ganaron es el desprecio eterno de los pueblos y de la historia. Quienes quieran acompañarlos sabrán que la comunidad democrática está preparada para repudiarlos y resistirlos. Los juicios están sirviendo, además, para demostrar la diferencia ética entre los perseguidos y los verdugos y sus socios civiles.


Fuente: Por Rodolfo Yanzón, abogado especialista en DD.HH. en http://sur.elargentino.com.

Actualidad política: “Magnetto, el gran patrón de la oposición”


En los últimos diez días, lo que era un secreto a voces salió a la luz con la potencia de lo innegable: la agenda y las candidaturas de gran parte de la oposición política se resuelven en las sedes de las grandes corporaciones e, incluso, en la intimidad de las casas de sus hombres más poderosos. La reunión que convocó a Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann, Felipe Solá, Francisco De Narváez y Mauricio Macri en uno de los departamentos de Héctor Magnetto no llegó a la obscenidad de la foto que, una semana antes, había mostrado a los 12 variopintos apóstoles en el predio de la Rural, pero reveló sin medias tintas quién maneja los hilos de la pelea contra el kirchnerismo con vistas a las elecciones del año próximo.

Miradas al Sur pudo saber que no era la primera vez que estos cuatro dirigentes del peronismo disidente y el jefe de Gobierno porteño se reunían –hasta entonces en secreto– convocados por el CEO de Clarín, y que el tema central del encuentro del martes fue comenzar a definir la candidatura del sector. Al día siguiente, Magnetto volvió a asumir el papel de líder opositor durante el almuerzo realizado en la Unión Industrial Argentina, donde compartió la mesa con los principales dirigentes de esa entidad y de la poderosa Asociación Empresaria Argentina, que le responde. Allí, el jefe del multimedios trató de mostrar un frente empresario parado en la vereda de enfrente del Gobierno para reclamar una “seguridad jurídica” que, para los grupos económicos más concentrados, significa lo mismo que las “retenciones cero” que reclaman el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y su comparsa campestre: todo para mí, nada para vos.

Una noche en la Recoleta. La filtración a la prensa de la comida del martes a la noche en el departamento que Magnetto tiene en Alvear y Cerrito, lindero con la Embajada de Brasil, fue deliberada. No se debió a un descuido de los participantes, sino que tuvo una clara intención: mostrar al CEO de Clarín por encima de las principales cabezas de la oposición política, oficiando de estratega y, también, de mediador entre ellos. “Esas reuniones son una rutina, sólo que ahora las quieren mostrar. Estos mismos dirigentes también se han reunido con José Aranda (miembro del directorio del monopolio). Son socios políticos de Clarín. Y Macri, aunque no pertenece al peronismo federal, es parte de las reuniones desde siempre”, dijo a Miradas al Sur un dirigente de ese espacio que pidió reserva de su nombre. “El problema es que no tienen candidato y están preocupados por eso. Se les cayó Reutemann; Solá es imposible que llegue y lo mismo pasa con Duhalde. En las cuentas que hacen, hoy ven que la disputa está entre alguno de los Kirchner y Alfonsín. Y piensan que con la economía en crecimiento las posibilidades de que ganen los Kirchner son muy grandes”, agregó.

“La reunión del martes tuvo una agenda bien definida –confirmó a Miradas al Sur un hombre de confianza de Felipe Solá–”. Primero que nada querían definir de una vez por todas si Reutemann, que era el candidato que todos querían, iba a ir o no. Eso ya está, no va a ser. El otro tema que se discutió fue si les convenía dar la pelea en una interna del PJ o por afuera, y la opinión que predominó fue la de competir por afuera. Macri, por ahora, quedó afuera de todo. No va a participar de una interna dentro del peronismo federal”. Avanzada la noche, Eduardo Duhalde llegó a tirar un esbozo de equipo de gobierno en caso de ser candidato: “(Roberto) Lavagna sería jefe de gabinete y Jorge Sarghini (diputado duhaldista), ministro de Economía. El nombre de Lavagna sería una garantía para la UIA, donde es muy respetado”, dijo a Miradas al Sur una fuente del duhaldismo.

Cuestión de números. Los comensales del martes a la noche no dejaron de repasar las encuestas, que en los últimos tiempos vienen mostrando un escenario bastante complicado para la oposición en general y, particularmente, para el peronismo disidente. El último sondeo de Enrique Zuleta Puceiro señala que el 47 por ciento de los consultados opina que en 2011 ganará el oficialismo, en tanto que sólo el 31 por ciento piensa que podría ganar un candidato opositor. Pero el dato más relevante es otro: el 57 por ciento cree que a la oposición le falta capacidad para gobernar. El diagnóstico de Ipsos Mora y Araujo va en el mismo sentido: “La consolidación de la recuperación oficialista parece impulsada por la mejora en las expectativas económicas y el vacío de liderazgo de la oposición. El sostenido aumento de la aprobación pública del desempeño presidencial es concomitante con la caída en las expectativa negativas sobre el país y sobre la situación económica. Asimismo, el fortalecimiento del posicionamiento oficialista coincide con la persistente falta de liderazgo en la oposición”, dice. Y agrega: “Un tercio de la opinión pública no identifica a ningún dirigente como líder de la oposición y los dos tercios restantes dividen sus adhesiones de manera extremadamente pareja”. En otras palabras, cualquier candidato del oficialismo –Cristina o Néstor Kirchner– podría ganar en primera vuelta y, en caso de no lograrlo, podría hacerlo en el ballottage.

Esta falta de liderazgos claros en la oposición habría sido una de las razones por las cuales Magnetto decidió salir de las sombras y mostrarse como el gran armador. Y la razón última de la filtración de la reunión a la prensa, una jugada que no cayó bien entre los otros participantes del encuentro. Quien más mostró su desagrado fue Felipe Solá: “Resulta que ahora tengo que explicar por qué voy a cenar con Magnetto. No voy a pisar el palito de la inquisición que divide entre buenos y malos. Es ofensivo que piensen que recibo instrucciones porque insultan mi inteligencia. A mí no me mandonea nadie”, se defendió y después –como si se tratara de señalar a algún compañerito de escuela ante la maestra– dijo que Magnetto no sólo se había reunido con ellos, sino también con Ricardo Alfonsín.

El gran dinosaurio. La jugada de Magnetto tuvo como efecto secundario desplazar del centro de la escena opositora a Hugo Biolcati, un lugar que había ganado a caballo de la exposición de la Rural. El armado de la foto de los 12 apóstoles tuvo, para algunos ojos complacientes, el efecto de mostrarlo en una posición de liderazgo, que quedó rápidamente desdibujada después de la precariedad del discurso inaugural. La falta de autocrítica y las reiteradas alusiones al país del Centenario – granero del mundo– como si se tratara del paraíso perdido, no cayeron bien entre los industriales y provocaron preocupación en muchos de los dirigentes políticos que lo acompañaron en la movida ruralista.

Además de ignorar que las desigualdades sociales y la distribución de la riqueza del país del Centenario eran abismalmente mayores que las actuales, a la hora de repartir culpas por los graves problemas de desarrollo de la Argentina negó lo evidente: que fue la institución que él comanda –con sus socios políticos y militares– la responsable principal de haber aplicado un modelo destinado al fracaso. Fue más lejos aún, en la tergiversación de la historia, cuando comparó a la Argentina con otros países que estaban en la misma posición agroexportadora a comienzos del siglo pasado. Omitió decir que el modelo argentino no pudo desarrollarse hacia la modernidad por la resistencia de la Sociedad Rural a distribuir parte de la tierra entre los inmigrantes, como sí lo hicieron Australia y Canadá y eso fue la base de su desarrollo.

Así las cosas, si algo hay que agradecerle a Magnetto –y también a Biolcati– es haber contribuido, en estos últimos días, a clarificar el tablero político de la Argentina: ya se sabe quiénes manejan los hilos de gran parte de eso que hoy los grandes medios llaman “la oposición”.

 
Informes: Demián Verduga y Gabriel Bencivengo.

Fuente: Por Daniel Cecchini en http://sur.elargentino.com.

Historia: “El secreto de Mussolini”



A proposito del estreno de la pelicula "Vincere" de Marco Bellochio, un secreto guardado muchos años por el regimen fascista italiano, que como se vera, sirve,por su metodologia y antecedentes , como espejo del modus operandi de mchas dictaduras posteriores.

En 1915, el entonces soldado y periodista Benito Mussolini tuvo un hijo secreto con una joven llamada Ida Dalser. Pero el futuro dictador, mujeriego incorregible, dejó de inmediato a la mujer y al niño para casarse con su amante Rachele Guidi. Ante la amenaza de arruinar su carrera política con un escándalo, el “Duce” recluyó a Ida y a su hijo en manicomios hasta que ambos murieron. Ahora la historia ve la luz.

Esposo devoto, abnegado padre de familia, hombre íntegro y moral… Esa es la bucólica imagen de Benito Mussolini que, durante 20 años, el régimen fascista se esforzó a toda costa por transmitir a la población italiana. Sin embargo, la realidad era otra muy distinta. El Duce fue un mujeriego empedernido que tuvo innumerables amantes y que probablemente dejó varios hijos ilegítimos desperdigados por el mundo. Pero lo verdaderamente terrible es que, a fin de mantener su leyenda de marido virtuoso y de honrado cabeza de familia, el dictador italiano no tuvo el más mínimo reparo a la hora de recurrir a los métodos más expeditivos y crueles que se puedan imaginar. Incluida la reclusión de por vida en un manicomio de su primogénito varón y de la mujer que lo llevó en su vientre.

Es sólo ahora, 60 años después de la ejecución del líder fascista, cuando la pavorosa realidad se ha abierto paso y ha salido finalmente a la luz. Y lo ha hecho a través de la minuciosa investigación que durante tres años han llevado a cabo Gianfranco Norelli y Fabrizio Laurenti, dos periodistas de origen italiano afincados en Nueva York, que no han dudado en plasmar sus averiguaciones en un sobrecogedor documental titulado El secreto de Mussolini, que recientemente se emitía con gran éxito de audiencia en la RAI, la radiotelevisión pública italiana.

Apuntalada en numerosas pruebas escritas y en diversos testimonios y entrevistas hasta ahora desconocidos, la indagación conducida por estos dos sabuesos del periodismo reconstruye la historia de Ida Dalser y del hijo que ésta tuvo con el Duce. Un episodio que el dictador fascista se esforzó por enterrar pero que ha acabado emergiendo a la superficie. Gracias a ello, la desventurada Ida Dalser ha podido finalmente vengarse del hombre que durante 11 años, y hasta su muerte, la mantuvo encerrada en un centro psiquiátrico a pesar de estar cuerda. El mismo tipo que permitió que el hijo que tuvo con ella falleciera con sólo 27 años en la soledad de otro manicomio en el que llevaba siete años recluido.

En un intento final por hacer justicia, esta pretende ser más la historia de Ida Dalser que del desalmado que convirtió su vida en un infierno. La historia de una mujer, hermosa y apasionada, que nació allá por 1880 en el seno de una familia bien de Sopramonte, localidad situada a pocos kilómetros de Trieste y que, por aquel entonces, como todo el resto de la región del Trentino, formaba parte del Imperio austro-húngaro.

Moderna y avanzada, la Dalser estudió estética en París y, a su regreso a Italia, abrió en Milán el exótico Salón Oriental de Higiene y Belleza Mademoiselle Ida. La vida le sonreía cuando, en 1913, se lió con un periodista de éxito y aspiraciones políticas. Engreído y ambicioso, el sujeto en cuestión era el flamante nuevo director del rotativo socialista Avanti (Adelante). Se llamaba Benito Mussolini y con él inició Ida Dalser un apasionado romance.

Eran años tumultuosos para Italia que, ante el estallido en 1914 de la I Guerra Mundial, quedó fuertemente dividida entre los que defendían la necesidad de que el país entrara en la contienda y los que apoyaban que permaneciera neutral. En un principio, Mussolini se apuntó al bando de los que se oponían a la guerra, pero no tardó mucho en pasarse a las filas de los intervencionistas. Su apoyo a favor de la participación de Italia en la intervención armada le valió la expulsión del Partido Socialista y le obligó a dejar la dirección del diario Avanti. Pero se consoló fundando un nuevo periódico: El Pueblo de Italia.

Pasión. En aquel momento, el romance entre la Dalser y Mussolini pasaba por su momento más tórrido. Hasta el punto de que ella no sólo defendía con uñas y dientes a su amado de las numerosas críticas de sus cada vez más numerosos enemigos sino que, para ayudarle económicamente a poner en marcha el nuevo rotativo, vendió su negocio de belleza y puso a su disposición todos sus ahorros. La relación entre ambos iba en aquel entonces tan viento en popa que la pareja llegó incluso a iniciar los preparativos de su boda. Una boda que pronto adquirió carácter urgente, dado que Ida quedó embarazada.

Pero los días de vino y rosas duraron poco. El Duce, concentrado en recaudar fondos con los que financiar su nuevo periódico, repartía el poco tiempo libre que le quedaba entre sus varias amantes. Y, sobre todo, retoma la relación con su viejo amor, Rachele Guidi, con quien ya tenía una hija. En medio de todo aquello, Italia le declara la guerra a Austria y Mussolini parte a luchar al frente. Ida Dalser permanece en Milán: sola, encinta y sin medios económicos con los que mantenerse. El 11 de noviembre de 1915 nace el hijo de Dalser y Mussolini. El pequeño recibe el nombre de Benito Albino. Pero, al enterarse de la llegada del niño al mundo, Rachele Guidi se hunde en una depresión e intenta suicidarse. Empujado por los acontecimientos, Mussolini decide casarse civilmente con ella. Pero dado que está en el frente, el matrimonio se celebra por poderes.

La Dalser, por su parte, no termina de creerse que su amado la haya dejado plantada para contraer nupcias con Rachele Guidi. Así que va proclamando a los cuatro vientos que es ella la única y legítima esposa de Mussolini. Con tal furia y apasionamiento que llega incluso a convencer de ello al Ayuntamiento de Milán, que emite un documento reconociéndole el derecho a un subsidio de guerra como esposa del soldado Benito Mussolini.

Y aún hay más. El 11 de enero de 1916, sólo dos meses después del nacimiento de su hijo, la Dalser consigue que su marido reconozca la paternidad del pequeño ante un notario. El Duce, cuya posición económica ha mejorado notablemente, se compromete incluso a hacerse cargo del sustento económico del niño. Ida inscribe al crío en el registro de Milán con el apellido del padre.

Sin embargo, tras haber reconocido al niño, Mussolini trata de quitárselo a la madre. El caso termina en los tribunales, donde los jueces acaban concediendo la guardia y custodia del pequeño a la madre y condenando al padre a pagar 12.000 liras mensuales a la Dalser para colaborar en la manutención del crío. A partir de ese momento, los dos ex amantes están en guerra abierta.

Ida va por ahí criticando abiertamente a Mussolini y lanzando graves acusaciones contra él. La aún incipiente carrera del Duce se ve amenazada por las imputaciones de la Dalser, que asegura que Francia ha ayudado económicamente a Mussolini a poner en marcha su nuevo periódico, a cambio de que éste presionara desde las páginas del diario para que Italia entrara en la guerra apoyando a Francia. El Ministerio del Interior italiano llega a abrir una investigación sobre el asunto, al que, sin embargo, termina dando carpetazo. El tiempo acabaría demostrando que las acusaciones de Ida Dalser eran ciertas.

Convertido en jefe del Gobierno, el Duce deja la dirección de El Pueblo de Italia a la única persona en la que confía ciegamente: su hermano Arnaldo. Y a él también le encarga la delicada y siniestra tarea de gestionar los fondos secretos del recién nacido Partido Fascista, destinados a asuntos de naturaleza privada entre los que se encuentra el hijo que ha tenido con Ida Dalser. A partir de ese momento, Arnaldo será quien tome todas las decisiones importantes concernientes a la ex amante de su hermano y al hijo de ambos.

Sin apellido paterno

. Una de las primeras disposiciones de Arnaldo consiste en prohibir a Benito Albino utilizar el apellido de su padre. Pero, ignorando esa orden, la Dalser sigue pregonando a los cuatro vientos que el chaval es hijo del Duce. Su rebeldía llega a un punto tal que, en una carta a sus superiores, el jefe de la Policía de Sopramonte se atreve a mencionar por primera vez el manicomio como la solución al “problema Dalser”.

Pero ella, , continuó desafiando a su ex amante. De hecho, y con motivo de la visita a Trento del Ministro de Educación, el 19 de junio de 1926, la Dalser trata de burlar la vigilancia policial para acercarse al político (al que conocía de sus tiempos de Milán) y pedirle que la ayude a poner remedio a las injusticias de las que es objeto. Pero no lo consigue: antes de poder aproximarse al ministro, es arrestada y recluida en el Psiquiátrico de Trento. Allí permanecerá hasta su fuga, el 15 de julio de 1935, sin dejar ni un solo día de proclamar su lucidez, alegando que su ingreso en aquel tenebroso lugar respondía a una represalia del Duce en su contra para que no volviera a ver nunca a su hijo.

Tras su encierro, el régimen fascista pasa a ocuparse del vástago. Benito Albino es enviado a un colegio no muy lejos de Trento. Pero el crío se escapa, así que Arnaldo decide trasladarlo a una escuela más lejana y con una disciplina más dura: el internado Carlo Alberto de Moncalieri, donde educan a los pupilos de la aristocracia italiana.

El chico pronto da signos de haber heredado el carácter rebelde de su madre. En el colegio, y a pesar de las órdenes explícitas que ha recibido de no revelar a nadie que su padre es el jefe del Ejecutivo, Benito Albino aprovecha cualquier ocasión que se le presenta para contarlo a sus compañeros. El problema es que a ese colegio acuden los hijos de las más ricas e influyentes familias italianas, con lo que el régimen fascista comienza a considerar la conducta de Benito Albino como un peligro para la imagen del Duce. Así que el niño es enviado a casa del hombre que ha sido nombrado su tutor: Guilio Bernardi, comisario de Sopramonte y fascista hasta la médula.

La muerte prematura de Arnaldo Mussolini en 1931 de un infarto en su despacho del diario El Pueblo de Italia deja el destino de Benito Albino en manos de Guilio Bernardi. Y más a partir del momento en que éste termina el procedimiento legal para que el joven lleve su apellido y no el de Mussolini. Pero, a pesar de ello, el chico continúa declarándose públicamente hijo del Duce.

Además el joven, que ya tiene 17 años, muestra una sorprendente semejanza física con su padre. Tanto que Bernardi da órdenes a la Policía de Trento de que se destruyan todas las fotografías del chico que circulan por la ciudad. Y, como golpe final, lo enrola en la Marina, enviándolo a la Escuela Naval de La Spezia, donde también estudia un sobrino suyo al que encarga vigilar de cerca al muchacho.

En agosto de 1934, terminada su instrucción en la Escuela Naval, el hijo del Duce es enviado a extremo Oriente, embarcando en el buque Quarto, atracado en el puerto de Shanghai. Allí también sigue proclamando a todo aquel que desea escucharle que es hijo del líder fascista. Y allí recibe en la primavera de 1935 un telegrama de Bernardi comunicándole la muerte de su madre en el manicomio. Benito Albano, que está muy unido a ella a pesar de que no le han permitido verla desde su ingreso en el psiquiátrico, cae en una profunda depresión. Tan profunda que el comandante de la nave decide reenviarlo a Italia con el argumento de que “resulta peligroso para sí mismo y para los otros”.

Encerrados

A su llegada a Italia, es recluido en una celda de aislamiento de la Marina Militar de Brindisi por tres semanas. Durante la serie de interrogatorios y visitas psiquiátricas a las que es sometido, le dicen que su madre no ha muerto, que está viva, que es una prostituta y que sufre un fuerte desequilibrio mental. Efectivamente, Ida Dalser no ha fallecido. Continúa en el manicomio de Pergine, donde lleva ya encerrada nueve años. En ese tiempo ha escrito miles de cartas a parientes, amigos y autoridades políticas (la inmensa mayoría de las cuales jamás llegaría a sus destinatarios), en las que asegura estar perfectamente cuerda y en las que acusa al régimen fascista de haberle quitado a su hijo. Durante siete años, no se le ha permitido recibir ninguna visita, y sus contactos con otros pacientes permanecen limitados al máximo.

Pese a las férreas medidas de seguridad, la noche del 15 de julio de 1935, Ida Dalser consigue fugarse del manicomio. Acude a casa de su familia en Sopramonte, con la esperanza de ver a su hijo. Pero tres días después de su huida es arrestada por la Policía e internada en el frenopático de San Clemente, en una isla de la laguna de Venecia.

Honda depresión. A pesar de haber sido informado de que su madre está viva, Benito Albino no logra levantar cabeza y continúa sumido en una honda depresión. Su ya padre adoptivo, Guilio Bernardi, ordena el 5 de agosto de 1935 su internamiento en el hospital psiquiátrico de Milán, aunque en la ficha clínica se hace constar que su ingreso en el centro es “voluntario”. Los médicos diagnostican que padece síndrome paranoide (justo la misma enfermedad que en su día le fue atribuida a su madre) y decretan que su internamiento sea definitivo.

Ida Dalser muere en el manicomio de Venecia el 3 de diciembre de 1937 de una hemorragia cerebral. Es enterrada en una fosa común. Benito Albino, por su parte, fallece el 26 de agosto de 1942 en el Psiquiátrico de Milán, con tan sólo 27 años y con la mitad de peso del que tenía cuando ingresó “voluntariamente” en el centro. Como en el caso de la madre, el régimen fascista trata por todos los medios de ocultar la realidad sobre su muerte. Así, según la versión oficial, el hijo de la pareja falleció en 1941 en acción de guerra.

Han sido dos periodistas los que, finalmente, han desbaratado el cuidadoso mecanismo orquestado por el régimen fascista para ocultar la existencia de un hijo secreto del dictador. “El descubrimiento de la verdad ha comenzado a través de un amigo, que estuvo de vacaciones en Trento y que a su regreso nos contó que allí se hablaba de un hijo de Mussolini que había estado ingresado en un manicomio. Al principio, pensamos que se trataba de una invención”, admite Fabrizio Laurenti, autor junto con Gianfranco Norelli del documental que ha probado que Benito Albino era hijo de Mussolini.

Laurenti reconoce que ya antes que ellos otros reporteros habían hablado de la existencia de un hijo secreto del Duce que fue internado en un manicomio por orden del líder fascista. “Pero ninguno había conseguido confirmar este hecho de manera oficial”, añade. Sin embargo ahora, y a la vista de las numerosas pruebas documentales que por primera vez han logrado reunir los dos periodistas, no hay duda que valga: Benito Albino era hijo de Mussolini y, a fin de ocultárselo al mundo, él y su madre lo pagaron con su vida.



Fuente: Por Jorge Croce. Mundo historia.com