sábado, 18 de diciembre de 2010

Foto de la semana:

Links de interés:


Calle 13: Festival 12 de Diciembre. Día de la Democracia:


Micky Vainilla opina de la conferencia de Macri y los Inmigrantes:


Cristina: "No estoy dispuesta a que la Argentina entre al club de países xenófobos" (discurso completo):


La embajada de Bolivia repudió los dichos de Macri:


Fotos: marcha contra la represión del gobierno de la Ciudad:


A Macri le molestan los sectores populares, por Carlos Heller:

Noticias de la semana:



Los mismos punteros agitaron las peleas en Soldati y en Lugano.

Varios hombres que el jueves alentaban el ataque en el parque, aparecieron ayer en el Club Deportivo Albariño. En ambos barrios se presentaron como “encargados de la movilización de los vecinos”. El caso de “Juan Carlos Gutiérrez”.

La misma escena, la misma persona. El jueves pasado, vecinos del barrio de Soldati se juntaron en la rotonda de Escalada y Castañares pidiendo el desalojo de los ocupantes del Parque Indoamericano y apenas empezada la concentración, un hombre de unos 50 años se bajó del taxi que manejaba, agitó a la gente y alentó el ataque. Ante Tiempo Argentino se presentó como el encargado de la movilización de vecinos, quienes disparaban desde la calle y balcones. Minutos más tarde, el mismo hombre aparecía frente a las cámaras de televisión haciendo una fogata con los cordones de plástico que habían servido para delimitar. Gritaba “¡Acá están sus terrenos!”.

¿Cómo es su nombre?, le preguntó este diario minutos antes
Juan Carlos Gutiérrez
Usted no se llama así.
¿Qué querés que te diga mi nombre verdadero, nena?

Tres días después, en el barrio de Lugano, el mismo hombre se presentaba en la concentración de vecinos que reclamaban el desalojo de las instalaciones del club Deportivo Albariño, ubicado en los márgenes de Ciudad Oculta, tomado desde la madrugada de ayer por 60 familias de ese barrio y de otras villas de la zona sur. Nuevamente se presentó como un vecino del lugar, aunque se identificó con otro nombre irreal y dijo estar también a la cabeza de los cortes en la Autopista Richieri para que “saquen a toda esta gente“.
Su paso esta vez fue fugaz, pero clave. Cinco minutos después de observar el lugar, dos jóvenes se bajaron de una moto e iniciaron el enfrentamiento. “Los cago a tiros a todos, de frente mar”, gritó uno de los jóvenes colgado desde la reja. Detrás de él llegó una veintena de hombres con la cara cubierta, palos y piedras que los vecinos identificaron como “infiltrados de las barras” y “pibes del barrio Copello”, de Villa Lugano. El enfrentamiento duró cerca de 20 minutos, con piedrazos y algunos disparos sueltos, aunque con un saldo de sólo dos heridos, uno de los vecinos con un golpe de cascote en la cabeza y una nena que recibió un piedrazo del lado de los ocupantes.
El conflicto finalizó cuando un helicóptero de la Policía Federal y 50 efectivos de las Comisarías 48 y 42 de la zona, arribaron al lugar junto a un camión de Infantería, con la indicación, según comentó a este diario el subcomisario Bachman, “de mantener el orden y no desalojar a los ocupantes”.
A pesar de que los vecinos aplaudieron la llegada de la Federal, después de observar que no iban a sacar a los acampantes, los empezaron a linchar y a presionar: “Escúcheme, ¿por qué no nos da cinco minutos de zona liberada y arreglamos este problema?”, presionaba a un efectivo, uno de los vecinos que estuvo desde el principio a cargo del armado. Aunque se identificó como del barrio, más tarde aclaró que pertenece a Copello y dijo: “Les digo así porque ellos tienen tantas ganas de matarlos como nosotros”.
Desde ayer a la madrugada, alrededor de 60 familias ocuparon las instalaciones del club Deportivo Albariño, tal como otros grupos lo hicieron en un campo de la antigua firma del Jabón Federal, a la altura de Villa Madero (La Matanza) y en tierras de un frigorífico abandonado en la localidad de Bernal, partido de Quilmes.
Como en el Parque Indoamericano, la toma en Lugano tenía como protagonistas a familias jóvenes que pertenecen al estrato inferior de las zonas marginales: los inquilinos de cuartos en las villas.
Si bien en esta oportunidad los ocupantes llevaron a cabo la toma impulsados por la resolución favorable al conflicto en el Indoamericano, no es la primera vez que se intenta ocupar esa cancha situada en avenida Castañares y Santander y perteneciente al ente residual que administra los ferrocarriles estatales. Según Miguel Torres, el sereno del predio, y los vecinos de Ciudad Oculta, hubo al menos tres intentos en los últimos dos años. Siempre fueron desalojados por la policía. En ese sentido, ayer el juez federal Daniel Rafecas determinó la “desocupación pacífica”, pero al cierre de esta edición la policía no había recibido la orden de actuar.

Fuente: Por Lucía Alvarez en Diario Tiempo Argentino de la edición del 14 de diciembre del 2010.


Los porteños rechazan la política de vivienda del gobierno de Macri.

Más de la mitad juzga negativamente la gestión en esa área, y el 80% cree que el tema habitacional es importante en el distrito. La mayoría opina que el jefe de gobierno prioriza los barrios del norte a los del sur. Cifras polémicas sobre inmigrantes.

El foco de la campaña electoral y del posicionamiento de Mauricio Macri como candidato a jefe de gobierno de la ciudad en 2007 fue la gestión. La estrategia fue correcta porque, bajo la gestión como lema, podía no discutir sobre ideología, principios, objetivos políticos. Es decir, opuso a lo que consideraba progresismo ineficiente de Ibarra y del kirchnerismo porteño, la eficiencia empresarial, la acción, el hacer. Luego llegó la estrategia comunicacional del gobierno de la ciudad (Haciendo Buenos Aires), coherente con esa misma retórica.
Pero, si bien fue una excelente estrategia de campaña, hoy se ha convertido en una trampa. Porque es la gestión la que produce una enorme decepción. Porque los porteños viven en carne propia si pueden o no disfrutar de los prometidos kilómetros adicionales de subtes, del control municipal sobre edificios, de escuelas en condiciones, de falta de viviendas, etcétera. A partir de la reiteración de evidentes fallas en la gestión (derrumbes, tomas de escuelas, escuchas telefónicas ilegales y situaciones anómalas en la Policía Metropolitana, ocupación de espacios públicos, crecimiento de las villas, etc.) está claro que, en las próximas elecciones, Macri va a tener que cambiar su eje de discurso. Acaso deba asumir ahora que es tiempo de la política. Porque, finalmente, ¡es la política, estúpido! Y no la economía.
A raíz de los conflictos en Villa Soldati, con la ocupación del Parque Indoamericano, provocados a partir de la promesa electoralista de Macri de escriturar lotes a favor de los habitantes de las villas, Ibarómetro realizó una encuesta para consultar sobre la visión de los porteños acerca del tema habitacional (ver cuadro adjunto). Según esos estudios y algunos anteriores, más de la mitad de los porteños está decepcionado con la gestión Macri y juzga de manera negativa la política de vivienda del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esta apreciación es muy relevante, si se considera que ocho de cada diez porteños considera que el problema habitacional es importante para la ciudad.
Además, el 48,6% considera que el gobierno de Macri prioriza la zona norte de la ciudad en detrimento de los barrios del sur.
Si bien es mayor el porcentaje de los entrevistados que opina que los inmigrantes deben tener los mismos derechos que los argentinos (el 44,3%), un alto porcentaje (el 37,9%) cree que hay que impedirles el derecho al trabajo y a la salud pública. Comparados con nuestra última medición nacional sobre matriz ideológica de los argentinos, los porteños parecen ahora ser más discriminadores que los argentinos en general.
El 60% de los argentinos cree en la igualdad de derechos entre nacionales e inmigrantes, y sólo un 31% cree que hay que impedirles el acceso al trabajo y a la salud pública.

Fuente: Diario Tiempo Argentino de la edición del 14 de diciembre del 2010.


Tecnología:



Guerra asimétrica entre Wikileaks y Washington

La numerosa comunidad de hackers ha visto en el fenómeno Wikileaks la posibilidad de librar una guerra asimétrica contra el imperio estadounidense. La ciberguerra entre Wikileaks y sus crecientes aliados en todo el mundo contra Estados Unidos y las empresas e instituciones que intentan boicotear la publicación de documentos clasificados del Departamento de Estado, toma cuerpo día a día, habiendo pillado por sorpresa, al parecer, al mismísimo Cibercomando de Estados Unidos, al Uscc.
El general Keith Alexander, comandante del Uscc (U.S. Cyber Command) anunció, a inicios de noviembre, que el nuevo organismo estaba ya totalmente operativo. Y lo hizo en el marco de las cibermaniobras europeas, Cyber Europe 2010, donde durante varios días se simularon ataques sincronizados contra puntos vitales de varios países europeos.
El Uscc, por el que Obama apostó fuertemente, está dotado de un multimillonario presupuesto y lo componen 90.000 hombres de distintas unidades de las fuerzas armadas especializadas en la ciberdefensa y los ciberataques.
Pero entre las obsesiones del Cibercomando estadounidense no figuraban hasta hace pocos meses la posibilidad de ataques a su sistema informático por parte de organizaciones como Wikileaks. Sus preocupaciones principales se centraban en Estados, particularmente en China, con gran capacidad para llevar ataques en toda regla contra el suministro eléctrico de Estados Unidos, contra la informática que controla toda su Administración o para afectar sus sistemas de alerta de misiles intercontinentales.
Se asegura que China, acusada ya en el pasado de llevar a cabo un ataque cibernético experimental de envergadura contra Taiwán, tuvo también éxito con su ciberataque contra un proyecto militar celosamente guardado por Estados Unidos, el del F-35 Lightining II, pudiendo extraer y copiar varios tetrabytes de información sobre este avión de combate fabricado por Lockheed Martin.
En su informe de 47 páginas de febrero pasado ante el Comité de Inteligencia del Senado, Dennis Blair, Director Nacional de Inteligencia (DNI) de Estados Unidos, advirtió que estaba habiendo un aumento espectacular de ataques cibernéticos, dando mucha importancia en particular al ataque chino contra Google.
Rusia, que ha lanzado ataques cibernéticos contra Georgia y Estonia, es otro país controlado de cerca por Estados Unidos.
Ya en abril de 2008, el entonces director del Departamento de Seguridad Nacional de Bush, Michael Chertoff, advirtió que los ciberataques podrían transformarse en una “guerra devastadora”, de un nivel similar al “peor tipo de destrucción física”. “Imagínense un ataque sofisticado contra nuestros sistemas financieros, que provocara su parálisis”, dijo, señalando también como una amenaza estratégica de primer orden un eventual ataque al sistema informático que controla el tráfico aéreo de Estados Unidos.
¿Cuál ha sido la reacción del Cibercomando ante el fenómeno Wikileaks?
El 1º de diciembre pasado, el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, hablaba del tema en una entrevista concedida a la Fox News: “No empleamos las fuerzas del Cibercomando (contra Wikileaks), porque la revelación de los documentos no nos van a impactar negativamente a largo plazo. El Secretario de Defensa simplemente no cree que esta situación pueda impactar demasiado contra la fuerza de Estados Unidos o contra su prestigio. El mundo no se relaciona con nosotros porque les gustamos o porque nos tienen confianza. Pactan con nosotros porque no les queda más remedio. Somos el último, el único, poder indispensable que queda”.
La soberbia y cinismo de Morrell tiene su lógica; si la comunidad internacional no cambió sus relaciones con Estados Unidos después de que se conocieran las mentiras sobre las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía Sadam Husein, ni tampoco lo hizo cuando vio las fotos de abusos y torturas de Abu Grhaib; ante la flagrante ilegalidad de la prisión de Guantánamo o ante los vuelos ilegales de la CIA haciendo más de 1.000 escalas en aeropuertos europeos, ¿por qué habría de ser distinto ante la revelación de documentos de la diplomacia estadounidense?
¿Acaso algún Gobierno aliado de Estados Unidos le ha pedido explicaciones sobre las filtraciones que siguen saliendo diariamente? Pues no.
A pesar de ello, el Gobierno de Estados Unidos sí tiene razones para estar preocupado. La Administración estadounidense, incluso el Pentágono y la Casa Blanca, han recibido ataques de hackers en varias ocasiones, pero esta es la primera vez que una organización logra seguir funcionando en la Red meses y meses después de filtrar cientos de miles de documentos clasificados de Irak, Afganistán y del Departamento de Estado. El enemigo no es tan fácil de batir. La comunidad mundial de hackers, cada vez más numerosa, más miles de sitios web alternativos y redes sociales, han visto en el fenómeno Wikileaks la posibilidad de librar una guerra asimétrica contra el imperio estadounidense.
Lo ven como la lucha entre David y Goliath en el cyberespacio.
Y se han puesto manos a la obra, fabricando ya más de 1.500 clones de su sitio web atacado para permitir que se sigan conociendo los más de 200.000 documentos aún sin publicar. Los hackers, encabezados por el colectivo Anonymous y apoyados por esa inmensa red de sitios web alternativos para difundir las sencillas aplicaciones informáticas que utilizan, están llevando ataques cada vez más importantes contra todas aquellas firmas, como Amazon, Visa, Pay Pal, Mastercard, bancos y muchas otras entidades, que, bajo la presión de Estados Unidos, han cerrado sus puertas a Wikileaks. Un joven holandés de 16 años fue detenido ya en La Haya por participar en los ataques.
Estados Unidos puede intentar aplicar contra Wikileaks la Ley de Espionaje, de 1917, pero tendría internamente la oposición de toda la prensa, que lo entendería como un precedente peligroso para sí misma.
Y mientras tanto siguen fluyendo los documentos. En algunos de los nuevos se muestra la presión que ejerció la embajada estadounidense en Berlín sobre el Gobierno alemán para cerrar el Caso El-Masri, el ciudadano alemán de origen libanés secuestrado y torturado por la CIA y liberado cinco meses después. La Fiscalía de Münich reclamó en 2007 la extradición de 13 agentes de la CIA identificados, pero el Gobierno se negó a tramitarla. Un caso similar al que sucedió en España con el Caso Couso o con los vuelos de la CIA.
Sobre España también han aparecido nuevos cables, que muestran cómo la embajada intentó impedir el primer viaje del canciller Moratinos a Cuba, revelando también la división interna del Gobierno de Rodríguez Zapatero sobre la venta de patrulleras y aviones a Venezuela, boicoteada por Estados Unidos.
Estados Unidos ve a Cataluña como “el mayor centro mediterráneo del ‘yihadismo’ islámico”, por lo que cuenta con un centro de espionaje en su Consulado en Barcelona.
Y los cinco medios elegidos por Wikileaks para filtrar sus documentos siguen beneficiándose de esta “guerra asimétrica”, aunque no se los oye paradójicamente defender en sus editoriales –como sí hizo alguien como Lula públicamente– a Julian Assange y su organización.

Fuente: Enviado por Gisela Carpineta en Diario Miradas al Sur de la edición del domingo 12 de diciembre del 2010.

Los disidentes de Assange fundan el sitio OpenLeaks

Mientras el fundador de Wikileaks, Julian Assange, pasa sus primeros días en una cárcel británica, un grupo de ex colaboradores lanza un portal para competir en el oscuro mundo de las filtraciones convertidas en comodities. Al sitio OpenLeaks –que empezará a operar este lunes–, lo maneja Daniel Domscheidt-Berg, un alemán radicado en Suecia que fue vocero del hacker australiano, lo cual no parece una casualidad. Tampoco lo es que, al enterarse, el juez Howard Riddle –sin fundamento legal– haya intentado poner a Assange en confinamiento solitario.
El nuevo sitio no tiene sede en Estocolmo sino en Berlín.
Pero por lo demás, parece que los desertores de Wikileaks no han querido asemejarse mucho al buque insignia de las filtraciones. OpenLeaks se diferenciará del sitio original en aspectos de gestión y publicación de contenido. Más que filtrar los documentos directamente, OpenLeaks aspira a convertirse en intermediario entre organizaciones y filtraciones.
Julian Assange está detenido en Londres bajo la sospecha de violación, pero no de secretos sino de señoritas. El hombre que puso en jaque a la diplomacia norteamericana es requerido en Suecia para ser interrogado por dos presuntas agresiones sexuales, una de las cuales parece reducirse a una acusación de haber mantenido relaciones sexuales sin protección y no haber telefoneado a su pareja al día siguiente.
Sin embargo, la acusadora principal, Anna Ardin, no es precisamente una carmelita descalza. Según la revista norteamericana Counterpunch, Ardin “tiene vínculos con los grupos anticomunistas y anticastristas financiados por Estados Unidos. El pasado de Ardin revela conexiones con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que –seguramente–, no ha sido ajena al montaje de la causa sueca.
Según el veterano periodista norteamericano Alexander Cockburn, la CIA también ha evaluado la posibilidad de arrojar a Assange desde un puente o una ventana –que es la forma de asesinato preferida de la Agencia–, pero ha llegado a la conclusión de que, por desgracia, es demasiado tarde para este tipo de solución expeditiva.
De todas maneras, Cockburn aconseja a Assange mantenerse alejado de mujeres demasiado dispuestas a tirarse en sus brazos y, sin duda, alejado de los pasos a nivel, los puentes y las ventanas abiertas.
Assange probablemente será sobreseído de las causas armadas en Suecia, pero lo que no está tan claro es cómo le irá a manos del furioso gobierno norteamericano. El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, ha anunciado que el Departamento de Justicia y el Pentágono están llevando a cabo “una investigación criminal activa y continuada” en relación con la última filtración, y lo hacen con arreglo a la propia Ley de Espionaje. Consultado sobre cómo Estados Unidos podría juzgar Assange, un ciudadano no estadounidense, Holder prometió “colmar con rapidez las deficiencias en la actual legislación estadounidense...”
En otras palabras, se está reescribiendo la Ley de Espionaje, con Assange como objetivo, y en poco tiempo, si no lo ha hecho ya, el Presidente Obama –que como candidato prometió transparencia en el Gobierno– firmará una orden autorizando la captura de Assange y su traslado a la jurisdicción estadounidense.
Si Washington elige arrestar a Assange, criminalizar las actividades de Wikileaks y reforzar la seguridad de los documentos más o menos secretos, esa respuesta equivaldría a aplicar los mismos métodos que China, país que recientemente detuvo a varias centenas de hackers quienes, en realidad, no eran más que internautas que buscaban comunicar verdaderas informaciones en línea. Si sigue este ejemplo, Estados Unidos se verá señalado y burlado.
La ironía es que las miles de comunicaciones diplomáticas publicadas por Wikileaks no constituyen revelaciones relevantes que atenten contra la seguridad del imperio estadounidense. Los archivos de Wikileaks contienen unos 261 millones de palabras, equivalentes a 3.000 libros. Esos documentos revelan las entrañas del imperio estadounidense, la infiltración política de Estados
Unidos en casi todos los países, incluso en supuestos estados neutrales como Suecia y Suiza.
En realidad, el mérito de los documentos es que ponen en negro sobre blanco la manera en que las embajadas de Estados Unidos mantienen una estrecha vigilancia sobre sus anfitriones, y han penetrado los medios de comunicación, el negocio de armamentos, el del petróleo y los servicios de espionaje y maniobran para colocar a las empresas estadounidenses en una situación de ventaja.
La mayoría de los analistas internacionales reconocen el valor histórico que tienen los documentos de Wikileaks, pero observan también su escaso valor estratégico: gran parte de las informaciones eran conocidas.

Fuente: Enviado por Gisela Carpineta en Diario Miradas al Sur de la edición del 12 de diciembre del 2010.

Análisis político de la semana


La represión en Soldati.

Macri, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con sus actos nos demostró una vez más que políticamente apuesta al modelo de exclusión social con represión policial. En ese contexto, en relación a la cuestión de la toma de los terrenos en Villa Soldati y la posterior represión en el parque indoamericano nos mostró además como trabajan los punteros políticos del PRO, ligados a los barrabravas de Cristian Ritondo y a Sutecba, que mezclados entre los vecinos del barrio impulsaron la toma de esas tierras. Entonces, no hay que ser amante de las teorías conspirativas para descubrir la existencia de una intencionalidad política detrás de la aparente espontaneidad de los sangrientos episodios de Villa Soldati, que causaron por lo menos dos muertes y decenas de heridos. Una vez más, la derecha política usa la vida de trabajadores, de los otros, a los que desprecia, para sus propios fines políticos mientras que el gobierno popular, bajo el comando de Cristina Fernández presidía en la casa de gobierno el acto central en conmemoración del día sobre los derechos humanos, homenajeando a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y asegurando que la defensa de ningún patrimonio justifica la pérdida de una sola vida. Estos dichos son centrales porque colocan como valor político supremo, más allá del mismo derecho a la propiedad privada, la propia vida de los trabajadores lo que constituye, en fin, una cuestión central en relación a la conquista de un régimen político y de un Estado mucho más inclusivo, justo y democrático. Al mismo tiempo, la presidente anunciaba la creación del Ministerio de Seguridad con Nilda Garré al frente de éste. Sin embargo, en ese mismo momento las fuerzas de choque de los sectores y de los grupos más reaccionarios de la derecha, históricamente trasnochada y fracasada, mezcladas entre los habitantes de los monoblocks de Soldati, lanzaron un feroz ataque contra los trabajadores que acampaban en las tierras del Parque Indoamericano con la ilusión de dar el primer paso para la casa propia. Algunos vecinos intentaron detenerlos mientras que otros, mucho más exaltados, se sumaron a la violencia mientras los medios de comunicación buscaron sostener la idea de una guerra entre pobres. Lo central es que semejante sincronización no puede ser fruto del azar o de la casualidad porque basta con un análisis de poca profundidad para descubrir que detrás de estos hechos, al igual que en el caso de Ferreyra, existe una siniestra trama política que motorizó los hechos y que apunta definitivamente, cuando faltan días para el inicio del 2011 que es un año electoral, a poner en tela de juicio, en crisis, el modelo de no represión de la protesta social que es una de las políticas más consecuentes y eficientes del gobierno popular y nacional presidido por Cristina Fernández y que así busca perjudicar la imagen positiva del liderazgo para intentar de esta manera, una forma espuria, desgastar el modelo de crecimiento inaugurado a partir del 2003. En ese sentido, el señor Macri apela a lo peor de su electorado de derecha a través de la xenofobia, de la discriminación social y étnica y hasta la criminalización de la pobreza. No es nuevo porque ese tipo de políticas son funcionales a sus intereses. Lo grave es culpar a los inmigrantes de problemas que son históricos precisamente cuando son esos mismos sectores de inmigrantes los que no votan ni cuentan con otros métodos para influir en la política nacional como sí lo tienen los ciudadanos argentinos. De lo que hablo es de hacerse cargo, individual y colectivamente, de los dirigentes políticos que estamos dispuestos a apoyar para que nos gobiernen. Al mismo tiempo y como era de esperarse, el balbuceante y discriminatorio discurso de Macri fue repetido hasta el cansancio por la mayoría de los medios de comunicación en especial los que responden a los intereses del monopolio de Clarín. Así, el jefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no sólo expuso de manera definitiva su idea de ciudad y de país, de un régimen político donde no tienen cabida ni los pobres ni los extranjeros, ni ningún tipo de política que beneficie a los sectores y la cultura popular, sino que además dejó al descubierto su proyecto político sustentado en las ideas de la represión, la exclusión social y la criminalización de la pobreza y de la protesta social. Jugó sus cartas apelando a una postura política, fuertemente reaccionaria y conservadora, históricamente superada por la lógica de las medidas populares, soberanas y nacionales pero que sigue seduciendo a parte importante de la mediocre clase media, los del medio pelo, que siguen creyendo que la recuperación de la crisis, el crecimiento de la economía y del empleo, el consumo y la alegría, nada tienen que ver con el gobierno y sus políticas aplicadas desde el 2003, es decir, creen que esa recuperación se dio algo así como por generación espontánea alineándose, de esa manera definitiva, detrás del discurso de los medios de comunicación concentrados en la defensa del neoliberalismo como opción más válida para seguir gozando de privilegios y prebendas que atentan contra el régimen democrático. En ese contexto, y en su caso potenciado por la ignorancia y la estupidez más increíble, el señor Macri repitió con confusa dicción la vieja fórmula de la doctrina de la seguridad nacional que fue el sustento ideológico de las dictaduras que asolaron nuestra tierras latinoamericanas. Así se refirió, por ejemplo, a cierto enemigo externo, o sea, a los inmigrantes de países limítrofes como los bolivianos, paraguayos y peruanos quienes vendrían a ser, todos ellos, delincuentes y narcotraficantes que, a su vez, cuenta con aliados internos que serían los argentinos pobres de las villas, que además no son porteños sino migrantes de otras provincias argentinas, otra suerte de extranjeros de su Buenos Aires, que atacan la propiedad privada, la seguridad y el modo de vida civilizado de los vecinos, la gente como uno. A esos múltiples enemigos, internos y externos, el régimen político necesariamente tiene que reprimirlos haciendo uso del monopolio de la fuerza y expulsarlos bajo la lógica de este tipo de políticas.
Lo tragicómico de la situación política actual, de la realidad en que supuestamente vivimos todos, es que si un trabajador se pasa algunas horas escuchando y viendo las noticias de los grandes medios de comunicación que responden a los intereses del Grupo Clarín, podría llegar a imaginarse que nos encontramos en una especie de fuerte crisis, más o menos terminal, producida por la situación de invasiones bárbaras donde los millones de inmigrantes de los países limítrofes serían una especie de peligro latente para la convivencia democrática. Sin embargo, más allá de lo anecdótico de las diferencias que existen entre el país virtual que buscan imponer y el país real, es que esos mismos inmigrantes son en general requeridos por los patrones que tiene trabajo para ofrecer. Por ejemplo, la mayoría de las hortalizas que llegan al Mercado Central vienen de las huertas de los hermanos bolivianos mientras los paraguayos tienen trabajo en la construcción. Es increíble realmente que a estas alturas tengamos que seguir escribiendo sobre estos temas por la irresponsabilidad política y la liviandad ideológica de los sectores más reaccionarios de la vida nacional que buscan hacer responsables a otros de las decisiones y de las políticas públicas aplicadas, en este caso concreto, por el Jefe de la Ciudad de Buenos Aires. No es novedad, por eso es necesario tener bastante cuidado con el tema de la xenofobia y lo digo pensando en lo que actualmente pasa en Europa donde el gobierno de la derecha francesa está expulsando a gitanos de ascendencia rumana mientras en España los culpables de la crisis, de la fallida transición política en la que creyeron por muchos años donde ni siquiera tuvieron la valentía política y moral de juzgar a sus genocidas, son los hermanos ecuatorianos o los africanos que tienen vedado el ingreso al más antiguo continente. Por eso es grave el discurso que construyen los medios masivos de comunicación, auspiciados por payasos como el señor Macri, que ven narcotraficantes donde en realidad hay dirigentes sociales y necesidades básicas y urgentes insatisfechas como el propio derecho a una casa y habitación digna. Ahí están en la lucha el Frente Darío Santillán, la Corriente Clasista y Combativa, el Aníbal Verón, el Teresa Rodríguez, todos actores y grupos sociales de base que sobrevivieron durante años a pesar de muchas cosas. Se podrá estar de acuerdo o no con esos movimientos sociales, sin embargo, cuando uno pregunta a los vecinos de esos barrios marginales si la gente participa cuando hay elecciones te confirman esa participación que es la base de legitimidad de la gestión barrial de esos actores que representan parte de los intereses populares. Entonces, cuando el presidente del barrio toma alguna medida, antes de decidirla llama a asamblea. Esta es la organización y la gestión popular donde participan trabajadores de las más diversas agrupaciones para solucionar sus problemas y necesidades cotidianas. Algunas pueden estar más cercanas a grupos de la izquierda más combativa, de la izquierda que reivindica la cultura y un proyecto definido en términos nacionales que prefieren como interlocutores válidos a los sectores de gobierno y otros pueden ser mucho más independientes, sin caer en la estrategia que solo favorece los intereses de la oposición políticos, y así son parte de los distintos matices que también existen en un sindicato y en toda la actividad donde se expresa la lucha política por la primacía de los intereses de unos contra los intereses de los otros. Tampoco tendríamos que ser tan ingenuos para definir la actividad política, la propia democracia, como un régimen de consenso o de diálogo cuando la realidad nos dice, una y otra vez a través de la historia, que la democracia precisamente es lucha de intereses y allí radica su mayor dinamismo.
Lo que digo es que todo esto, la toma de terrenos en Villa Soldati y la respuesta represiva del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es acción política, son la práctica de las convicciones ideológicas de los que gestionan el gobierno de la ciudad y por otro lado es la respuesta de los sectores marginales frente a esas mismas políticas, es decir, no estamos frente a una guerra o enfrentamiento de pobres contra pobres. Simplemente son diferentes políticas que responde a la lucha de intereses en el régimen democrático. Más bien, la guerra es de los policías que vinieron con armas y se cobraron por lo menos dos víctimas en el mismo día en que se celebraba la declaración universal de los derechos humanos. Y ya que hablo de los derechos humanos de los que menos tienen, ¿qué mejor que pensar en que los derechos humanos tienen como un derecho básico la vivienda digna?
La derecha política no puede hablar en esos términos, de los derechos humanos, porque históricamente fue la que los violó sistemáticamente por lo que la democracia se construye a expensas de los intereses de los respectivos actores sociales y políticos que los representan. Por eso, con estas acciones represivas, la intención de Macri es, como vimos, apuntar al corazón de la política no represiva del gobierno popular, que es bombardeado con fuerza en los últimos tiempos a pesar de que el crecimiento, y con ello la propia gobernabilidad, son una realidad que nos remite al país real contra la virtualidad de los grupos opositores. Ahora colocan el eje en la inseguridad auspiciada por la mano dura y nada tienen que decir sobre las corporaciones delictivas de origen policial y político que controlan el negocio de la droga, de los desarmaderos de autos, secuestros extorsivos, etc. La inseguridad será uno de los temas claves de las campañas electorales que se avecinan por eso hay que estar atento a estas estrategias políticas, a denunciar a las grandes corporaciones mafiosas del delito y actuar en consecuencia. Por ejemplo, la muerte de Mariano Ferreyra a manos de una patota de barrabravas y matones de la Unión Ferroviaria y la criminal represión de los aborígenes en Formosa forman parte de esta escalada contra una de las políticas más valiosas del oficialismo que tienen que ver con el derecho de todos a no ser reprimidos cuando se movilizan por sus derechos y reivindicaciones. El comportamiento de la Policía Federal durante la represión del martes en Villa Soldati es un desafío para los sectores democráticos porque volvió a evidenciar que en la fuerza persisten nichos de raigambre autoritaria que no vacilan en reprimir brutalmente y apretar el gatillo a la primera oportunidad que se les presenta. Sobre todo contra los sectores más indefensos y desposeídos. Entonces, si tenemos en cuenta el rol de las diversas policías en relación a las grandes corporaciones y estructuras del delito, que usan a los pibes chorros como mano de obra barata y prescindible, es prioritario plantear la reforma estructural que garantice el gobierno civil de las fuerzas de seguridad y purgue, de una vez y por siempre, a los elementos más reaccionarios de esas fuerzas algunos de los cuales incluso vienen de la época de la dictadura y se reciclaron en democracia. Es decir, todo tiene que ver con todo por lo que sólo un liderazgo político eficiente sobre el sistema policial, sobre la implementación de las políticas sociales, etc., permitirá lograr un cambio en las formas tradicionales de funcionamiento y organización de la policía para, entre otras cosas, poder mejorar incluso la seguridad en un ámbito de respeto y garantía de los derechos constitucionales de todos. Así, la creación del Ministerio de Seguridad, anunciada el viernes por la presidente, parece a primera vista un avance cualitativo a la solución de este concreto problema.
Retomar la iniciativa política mediante la creación del Ministerio de Seguridad, más el grado de serenidad y apertura política mostrado por la presidente respecto a esta crisis generada por la desidia del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en su discurso por el día de los derechos humanos, marcaron un doble contraste en relación con el ominoso grado de ineficiencia de Macri. El hecho de que una funcionaria tan emblemática como la de Nilda Garré sea elegida para ocupar el puesto en el nuevo ministerio potencia esa percepción y también la idea de que la presidente está más que decidida a comandar y reordenar democráticamente la estructura de la policía federal, en lugar de delegar poder en esa fuerza que todavía es altamente represiva e incluso delictiva. Lo importante es que con este tipo de iniciativas políticas, el gobierno nacional reconoce que durante muchos años no hubo un trabajo de reconstrucción democrática de la lógica de las estructuras de la policía federal. Además, este nuevo tipo de control y de conducción política y democrática planteada por la presidente a través de la formación de este ministerio es exactamente lo contrario a la vieja tradición política, venida desde la recuperación de la democracia, de simplemente delegar y ceder poder a las diversas policías, negociando prácticas o cajas oscuras para evitar conflictos que en definitiva solo terminan profundizando los problemas y las crisis de legitimidad y eficiencia en la prevención y represión del delito.
Entonces, a modo de conclusión, hay que insistir en que la masacre de Soldati es un ataque al corazón del proyecto nacional y popular que conduce Cristina porque es el orden reclamado por Duhalde, por Macri y la derecha más reaccionaria. Es el laboratorio montado por ellos, es una forma de cerco brutal y despiadado contra el gobierno de la inclusión social. Duro entonces contra los bolivianos y los peruanos, contra todos los inmigrantes, todos esos negros de mierda que vinieron a comer de nuestra mesa y que por eso no tienen derecho alguno. Duro con ellos, también contra los argentinos que acompañan las políticas del gobierno nacional, que solidarizan con Cristina en los momentos más difíciles y dolorosos, duro contra los que creen en la Patria Grande, en esa Latinoamérica profunda que combate la pobreza, la indigencia, la exclusión y los valores exclusivos. Duro contra todos los que no sean parte de las minorías privilegiadas porque para la derecha, es necesaria la aclaración, todo pobre es un extranjero y todo extranjero es un delincuente para el que no caben la garantía de los derechos humanos. Es la lógica de los amigos y enemigos que otra vez se nos presenta como fundamento de la política de seguridad nacional bajo consignas tan falsas como las de la “inmigración descontrolada” que forma parte de un discurso que aturde la cabeza de los más pobres que habitan un departamento de uno o de dos ambientes contra los hermanos que están del otro lado, a la intemperie, a la buena de Dios y de dirigentes políticos inescrupulosos. Es una maniobra que no hay que subestimar ni dejar que se expanda sin graves riesgos para la convivencia democrática. Lo digo porque en definitiva tanto la xenofobia como el racismo no son los rasgos degradantes de un simple dirigente sino que, muy por el contrario, involucra a importantes sectores del régimen que se dicen democráticos y educados cuando desprecian cualquier manifestación de la cultura popular. Es decir, no hay dirigentes xenófobos aislados como Macri sino que detrás de éste, y de muchos otros, existen toda una estructura que les da voz, voto y poder de gestión. Lo más grave de todo es que la historia del hombre en general nos enseña que de una crisis tan profunda como la que atraviesa actualmente la globalidad en términos neoliberales, se sale o por el lado de los grupos de los intereses populares, por el lado de los intereses del pueblo o por el lado de la derecha, de los poderosos.
En Argentina en particular y en Latinoamérica en general ni por un momento hay que dudar sobre el diagnóstico de la situación actual que nos dice, de manera clara, que la disputa es política, es cultural y es ideológica. Como bien lo dijo en algún momento la presidente Cristina, con motivo de los hechos de Villa Soldati, no son casualidades sino causalidades. En otras palabras, o se impone la más recalcitrante derecha con Macri y su patota a la cabeza, con Duhalde y el Grupo Clarín o se reafirma el régimen nacional y popular en curso que defiende la vida y los derechos de los trabajadores. Esta vez no puede haber marcha atrás porque sabemos que los costos del retroceso son inmensos, pueden cercenar nuestro futuro, el de todos, por décadas. En democracia está permitido discutir todo pero existe un límite que es infranqueable y ese límite es la vida de las personas, el derecho a la vida y éste es contrario e incompatible con cualquier violación de los derechos humanos, con cualquier forma de xenofobia, de exclusión y de racismo, con cualquier variante de las dictaduras de seguridad nacional y sus enemigos internos. Por eso, la democracia es lucha, es un continuo batallar, es un arte de lo posible y de poder, de gestión democrática y popular que se vuelve implacable contra el discurso de la derecha. Es necesario advertir que a estas alturas nadie puede equivocarse, ni el genocida juzgado en los tribunales ni los gobernantes de la derecha con sus políticas excluyentes, con su xenofobia y su racismo: esta democracia llegó para quedarse, para profundizar en los cambios estructurales que busca dignificar la vida de todos en paz. El 2011 será testigo de ello.


Alfredo Repetto Saieg.

http://masalladelacrisisylautopianeoliberal.mex.tl/

Buenos Aires, Argentina, 18 de Diciembre del 2010.


Referencias bibliográficas:

Blaustein, Eduardo: “Hacia el control democrático de la seguridad” en Diario Miradas al Sur de la edición del 12 de diciembre del 2010.
Cecchini, Daniel: “La trama política detrás de la tragedia de Villa Soldati” en Diario Miradas al Sur de la edición del 12 de diciembre del 2010.
Anguita, Eduardo: “Vivir al margen” en Diario Miradas al Sur de la edición del 12 de diciembre del 2010.
Giles, Jorge: “La construcción del enemigo” en Diario Miradas al Sur de la edición del 12 de diciembre del 2010.

Internacionales:



Un Estado palestino sin Obama

Diplomacia argentina

Tras un discreto llamado el domingo, la presidenta Cristina Kirchner remitió este lunes una nota al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para informarle que “el gobierno argentino reconoce a Palestina como un Estado libre e independiente dentro de las fronteras definidas en 1967”. La decisión argentina forma parte de una compleja y arriesgada maniobra diplomática que podría llevar a la creación de un Estado palestino sin la mediación de Estados Unidos.
El reconocimiento –que fue coordinado con los gobernantes de Brasil y Uruguay– despertó un previsible y calculado malestar en la Cancillería israelí, que expresó su decepción por la medida y dijo que el anuncio “es puramente retórico” y que “va en contra de las negociaciones de paz”, afirmó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, Yigal Palmor, para quien “si la Argentina hubiera querido hacer una verdadera contribución a la paz, hay otros medios en lugar de este gesto puramente retórico”.
Según el canciller Héctor Timerman, la iniciativa argentina “busca transmitir el interés de nuestro país en que se logre un avance definitivo en materia de paz”. Sin embargo, se trata de una iniciativa mucho más compleja, delicada y ambiciosa que la que el polémico canciller Avigdor Lieberman es capaz de avizorar. La retórica bárbara, grosera, invariablemente violenta contra los árabes, ha hecho del canciller Lieberman lo que es hoy. Un impresentable del que se avergüenzan hasta los embajadores israelíes.
Argentina cree que hay una impasse en las negociaciones de paz que llevan muchos años y que llegó el momento de decirles a los países involucrados que estamos siguiendo el asunto con atención y que queremos darles un mensaje de que Argentina cree que ambos pueblos tienen derecho a un Estado”, explicó este jueves Timerman durante su visita de un día a Italia.
Pasando por alto las críticas israelíes, Timerman argumentó que “se trata de una acción soberana de la República Argentina y así fue presentada al mundo”. Detrás de las cuidadosas formulaciones del canciller se adivina una compleja maniobra diplomática que no está exenta de riesgos. Haciendo gala de una inusual prudencia, Timerman agregó que “tal vez reconociendo los derechos y obligaciones de Palestina como Estado y de Israel, se motiva a ambos a profundizar el diálogo de paz y terminar de una vez por todas con el conflicto de Medio Oriente”.
La decisión argentina fue bien recibida por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. Pese al sigilo que rodeó el anuncio del reconocimiento diplomático, el vocero del Departamento de Asuntos Relacionados con la Negociación en el seno de la OLP, Xavier Abu Eid, confirmó que la presidenta Cristina Fernández llamó el domingo personalmente a Mahmoud Abbas para informarlo de la decisión.
En medios palestinos en la ciudad cisjordana de Ramallah –sede administrativa de la ANP y que permanece bajo ocupación israelí–, se espera que también Uruguay anuncie en los próximos días el reconocimiento de un Estado palestino con las fronteras anteriores a 1967 en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental. El viceministro de Asuntos Exteriores de Uruguay, Roberto Conde, confirmó que su país tiene previsto reconocer a Palestina como Estado en el 2011.
La iniciativa argentino-brasileña le han insuflado renovado optimismo al líder palestino, porque su gobierno se propone dejar de apostar por el infructuoso diálogo con Estados Unidos como intermediario para la creación de un Estado palestino, según aseguró Abbas este viernes, tras reunirse con su homólogo egipcio, Hosni Mubarak, en El Cairo. “Tenemos otras opciones”, sostuvo Abbas. A diferencia de Estados Unidos, Brasil, Argentina y varios países de Europa occidental están dispuestos a reconocer un Estado proclamado de manera unilateral por el lado palestino, dijo. Otra alternativa es una mayor implicación de la ONU en el proceso de paz.
Brasil y Argentina no están solos en esta jugada para desplazar a Estados Unidos como mediador para un acuerdo: recientemente, Francia elevó el grado del representante palestino en París al de embajador, algo que había hecho ya España. Abbas subrayó que las negociaciones con Israel son imposibles mientras sigan las construcciones en las colonias. Precisamente, este martes Washington puso fin a sus intentos de persuadir a Israel de que paralice esas construcciones.
Pese a que le fue concedido el Premio Nobel de la Paz a cuenta de futuros dividendos, el presidente Barack Obama no consigue reavivar el agonizante proceso de paz en el Medio Oriente. Veinte años después de la Conferencia de Paz de Madrid y diez años después del naufragio del ex presidente Bill Clinton en Camp David, su esposa, la secretaria de Estado Hillary Clinton, embarcó al presidente Obama en otro fallido intento de alcanzar un acuerdo.
Hasta ahora, la incapacidad de israelíes y palestinos de concebir las negociaciones como un divorcio conducente a la formación de dos Estados –y no como un idílico matrimonio de conveniencia– terminó de entrampar a todos los protagonistas en una perpetua espiral de violencia. La lista de fracasos es extensa: Oslo en 1993; Camp David, en 2000; la Hoja de Ruta, en 2003, y Annapolis, en 2007. Con el continuo ir y venir de enviados estadounidenses, tanto israelíes como palestinos comparten su decepción sobre las posibilidades de un acuerdo patrocinado por Washington.
Por otra parte, los israelíes han perdido todo sentido de urgencia sobre el problema palestino. El masivo flujo de ayuda internacional a Cisjordania hace que la ocupación sea una de las más convenientes de la historia; los israelíes controlan la tierra y su población sin la carga financiera de gobernar directamente.
Para Tel Aviv, la implementación de la fórmula de dos Estados y la vuelta a las fronteras de 1967 implica la evacuación masiva de colonos y la amenaza de rebeliones civiles y quizás hasta conatos de insurrección en las fuerzas armadas. Nunca totalmente convencida de la viabilidad de la solución de dos Estados y estimulada por el fracaso que hasta ahora ha sufrido el proceso de paz, la derecha israelí está volviendo a jugar con el escenario más peligroso de todos: un Estado binacional en el que los palestinos tendrían derechos de ciudadanía, pero ningún tipo de derecho nacional. No es una mala fórmula para garantizar una guerra civil a perpetuidad.
En el otro margen, la iniciativa conjunta de Brasil y Argentina –que apunta a desbancar a Estados Unidos como interlocutor privilegiado en el proceso de paz– entraña riesgos serios. Un nuevo fracaso supondría una derrota diplomática en una región del planeta que es un campo minado, pero seguramente tendría consecuencias mucho más graves para israelíes y palestinos: el eterno retorno de la violencia.

Fuente: Enviado por Gisela Carpineta en Diario Miradas al Sur de la edición del 12 de diciembre del 2010.

Derechos humanos:


Argentina: Nuevos juicios, más verdades.

El modelo contra la impunidad avanza, aunque a veces con el viento en contra. Tras años de trabajo y militancia, una de las jurisdicciones de la Justicia Federal argentina más cuestionada e investigada puso en marcha el primer juicio por delitos de lesa humanidad. Entrevista a una Abuela de Plaza de Mayo que celebra cada acto de justicia.
La ciudad de Mendoza, como varias otras en el país, es escenario del juzgamiento a represores que actuaron en la marco del terrorismo de Estado ejercido por la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983). Alrededor de 200 personas integran la lista de detenidos-desaparecidos en esta provincia.
En la ciudad sureña de San Rafael de la misma provincia, el 1 de julio comenzó un juicio por violaciones a los derechos humanos bajo el manto dictatorial, y el 16 de noviembre, un día antes de comenzar el proceso en la capital provincial, se conoció la sentencia: cadena perpetua para ex agentes de las fuerzas armadas y 8 años para un civil que actuó como abogado de la Policía. Pero el saldo favorable fue aún mayor si se considera que tras los testimonios que allí se prestaron quedaron varias pistas para nuevas investigaciones acerca de lugares que habrían sido sitio de detenciones clandestinas y hasta fosas comunes; y también se descubrió la probable complicidad de miembros de la iglesia católica.
Desde hace años, organismos y abogados de derechos humanos denuncian la complicidad de altos funcionarios de la Justicia Federal que ya estaban en el cuerpo en la década de 1970 y que fueron cómplices del terror. En los últimos meses, esas denuncias tomaron cuerpo y derivaron en un virtual “descabazamiento” de esa jurisdicción judicial ya que la cadena de amistades peligrosas y complicidades se amplió.
Hay dos casos que son los más resonantes. Se trata de los jueces Luis Miret (acusado de no investigar desde su función 7 desapariciones, 6 casos de torturas, 12 privaciones ilegítimas de la libertad, entre otros) y Otilio Romano (acusado por cómplice de 35 desapariciones y otros tantos homicidios agravados), que llegaron a instancia del Consejo de la Magistratura. Pero son muchos los casos en que amistades con militares, con jueces que garantizaron el terrorismo de Estado o de funcionarios judiciales que pasaron por alto detenciones a menores y testimonios extraídos bajos torturas.
Es este el escenario en medio del cual comenzó el pasado 17 de noviembre el juicio en el cual están imputados 10 represores, por 17 causas en las que se juzga la desaparición de casi 30 personas, entre ellas el reconocido escritor Francisco “Paco” Urondo.
El caso de Mendoza se convirtió en uno de los más simbólicos dentro de lo que el Dr. Pablo Salinas explicó APM en la edición anterior como “proceso de juzgamiento con jueces naturales” que, entre otros aciertos, supuso la necesaria depuración del poder judicial. Por ese motivo, miles de mendocinos se congregaron en una vigilia cultural para esperar el día señalado. Funcionarios, referentes políticos, gremiales y derechos humanos se acercaron a la provincia para esa ocasión y en los días previos.
En la vigilia cultural que organizó el gobierno de Mendoza junto a organismos de derechos humanos participaron el secretario de esa área en la Confederación General del Trabajo, Julio Piumato; el cantautor Ignacio Copan; la periodista Sandra Ruso; las actrices Anabel Cherubito y Ester Goris; entre otros.
Unos días antes, visitó la ciudad la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit. Entrevistada por la publicación digital de la Universidad Nacional de Cuyo, rescató el avance de la justicia y dejó un mensaje que invita a involucrarse en una lucha que debe continuar.
La identidad de los pueblos se construye a partir de un proceso complejo donde el día a día establece la pertenencia, y es en ese pulso donde la memoria colectiva permite conocernos e identificarnos como sociedad y nación”, explicó Roisinblit en una charla ante un público colmado de jóvenes, ávidos de escuchar lo que tenía para decir esta mujer, símbolo de las luchas más dignas dadas a lo largo de la historia del país.
La Abuela, de 90 años, secunda a Estela de Carlotto en la presidencia de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo y dedicó sus palabras a explicar la importancia social y particular de la recuperación de la identidad y la vigencia de la memoria como partes indisolubles de la lucha que encarna desde hace 33 años junto a sus compañeras.
La referente de Derechos Humanos, emergida de los momentos más siniestros sufridos en Argentina, explicó en detalle que el plan sistemático de extermino que encaró la pasada dictadura cívico militar, no fue un sufrimiento exclusivo de nuestro país. Durante la década de 1970, el terror se replicó en cada rincón de Latinoamérica, y la organización de las Abuelas en defensa de los derechos humanos no fue ajena a esta realidad generalizada.
Ante lo perdido, lo padecido y lo irreparable proponemos la memoria colectiva. Exigimos verdad y justicia por lo absurdo, lo irracional y el accionar criminal”, continuó Rosa, quien hace una década pudo recuperar a su nieto Guillermo, apropiado por una pareja de miembros civiles de la Fuerza Aérea tras haber nacido en cautiverio en la oscuridad la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Según explicó la Abuela, testimonios y documentación de la época indican que el mayor centro de detención clandestino del país fue, posiblemente, el destino final que tuvo su hija Patricia una vez que fue secuestrada junto a su pareja en 1978. Nunca más se volvió a saber de ellos.
No obstante, Roisimblit contó que tanto ella como sus compañeras no se dejaron sosegar por la situación de la pérdida de sus hijos, sino más bien todo lo contrario. “Contra la parálisis sucedida por el impacto de la desaparición, salimos a las calles y a las plazas con la intención de sobrevivir y ser escuchadas. Se dijo: son ustedes que trasgreden la norma”.
En este sentido, destacó que “esa trasgresión es la que nos salva de la locura y nos pone en el plano de la máxima expresión de la dignidad humana al cuestionar la lógica social y también aquella lógica antigua que funciona hace más de 20 siglos y que le asigna a la mujer el rol natural de madre, hija, esposa y hoy mujer ser humano”.
Al momento de describir el plan sistemático que se desarrolló en los años dictatoriales para apropiarse de los hijos de los detenidos desaparecidos, la defensora de los derechos humanos sostuvo que “el propósito siniestro del terrorismo de Estado era borrar la existencia del pasado de nuestros nietos, cambiándoles la familia, borrando sus nombres, su historia, anulándoles su identidad”.
Para Rosa los quinientos niños y bebés que fueron brutalmente separados de sus padres y llevados a destinos distintos y desconocidos bajo el mando de los jerarcas de la dictadura, “ingresaron en la categoría de desaparecidos, instaurando así una forma inédita de esclavitud en pleno siglo 20”.
Ya cerca del final de su discurso, y ante el pedido implícito del público de un mensaje directo que contagie ese valor y respeto en la defensa de la vida humana, la vicepresidenta de Abuelas recalcó: “Si un grupo de mujeres abuelas con mucho amor y horror, sin poder de conocimiento, sin poder económico, hemos podido reparar en parte el agravio inflingido en nuestros nietos, que refleja también el agravio a la niñez en general, qué no podrían revertir a favor de tantos niños sufrientes los poderes del Estado, el parlamento, la justicia, los poderes del hombre que alguna vez fue niño”.
Una vez finalizada la conferencia, Rosa Roisinblit dialogó con esta redactora, con la intención de profundizar parte de sus opiniones volcadas desde el micrófono:

- A partir de lo que explicó en la charla puede entenderse que la lucha de las Abuelas va más allá de la recuperación de los nietos que les arrebató la dictadura ¿Esto es así?

- Nuestro principal objetivo es recuperar a nuestros nietos y devolverles su verdadera identidad, pero luchamos también por la niñez porque cuando empezamos esta lucha nuestros nietos eran bebés, entonces nos especializamos en eso. Luchamos por buena salud para los chicos, para una buena educación, para un techo digno, todas esas cosas que aún ahora seguimos buscando, no las hacemos solamente desde nuestra casa. Nosotras somos invitadas acá en el país y en el extranjero a congresos sobre la infancia, también como somos mujeres nos invitan a congresos de mujeres, vamos a todas partes, participamos en todos los lugares y hacemos todo lo que podemos por el progreso de nuestro país y del mundo.

- Y a lo largo de su lucha ¿cuáles han sido los logros de las Abuelas además de la recuperación de los nietos?

- Como decía en la disertación, las abuelas han sido diseñadoras y constructoras de valores sociales al protagonizar su defensa de los seres humanos protegiendo la vida, la libertad, el honor, la dignidad, y al mantener la lucha contra el abuso de poder. Esta tarea se proyectó en la defensa de la democracia y la soberanía popular a través del tiempo; y de la memoria, para que las instituciones crezcan y eviten que se puedan repetir actos reñidos con la propia condición humana.

- ¿Las Abuelas sienten que su lucha ha sido reconocida por los distintos gobiernos que se han sucedido?

- Sí, los gobiernos siempre nos han reconocido a partir de la caída de la dictadura, pero el trabajo realizado por los últimos gobiernos, vale decir Néstor Kirchner y Cristina Fernández, multiplicó ese reconocimiento, multiplicaron el apoyo, multiplicaron esa ayuda.

- ¿En qué aspectos por ejemplo?

- No hay que olvidarse que antes de eso (la asunción del ex presidente Néstor Kirchner) teníamos por ejemplo una Corte Suprema de Justicia puesta a dedo por Carlos Menem. Bueno, Kirchner sacó todo eso, se mandaron pliegos al Congreso de la Nación, el Congreso los estudió y nombraron personas probas en la Corte. Nos guste o no nos guste la nueva composición, porque no es para el gusto de todos, hay que reconocer que ahora es legal.

Otra cosa que hicieron ellos fue, por ejemplo, descabezar las cúpulas militares que todavía persistían de la época de la dictadura y otros puestos también por el gobierno de Menem. Los mandó a pasear a todos y pusieron gente por lo menos más capaz.
Además, otra cosa que hicieron los dos últimos gobiernos fue entregarnos la ESMA, eso que era un campo de concentración donde pasaron 5 mil secuestrados y desaparecidos. En ese lugar, lamentablemente, puedo decir que mi hija tuvo su parto, así que mirá si yo sabré cómo es la cosa ¿no?
Ellos nos entregaron la ESMA y nosotros estamos recontrayéndola entre todos los organismos de derechos humanos. Estamos ahora haciendo ahí un lugar para la memoria, un lugar para la historia, un lugar para que se sepa lo que pasó y donde la gente de acá o los extranjeros que vienen y muchas veces no conocen lo que pasó, sepan que pueden ir a visitarla, pueden enterarse lo sucedido porque hay guías.
Así que yo estoy muy contenta con todo esto. No tengo actividad política partidaria, no es que porque yo me transformé en una kirchnerista digo todo eso. No, es porque realmente es así. Lo mismo que cuando se llevaron a mi hija que era montonera, no es que yo me haya transformado en una montonera porque salí a buscarla apenas se la llevaron...

- Y a partir de ahí nunca más paró de luchar...

- Y fijate que ya han pasado 33 años de la creación de nuestra institución, nuestros nietos no son más bebés. El tiempo transcurre irremediablemente para ellos y para nosotras también, no hay que olvidarse que en el año 1976 nosotras ya éramos abuelitas y han transcurrido 33 años desde entonces...y todavía queda mucho por hacer, muchos nietos por recuperar. Pero también muchas fuerzas, y por suerte no estamos solas, contamos con un grupo de jóvenes que se sumaron a nuestra lucha y que la van a seguir dando cuando nosotras ya no estemos.

- Al respecto ¿Qué mensaje le daría a la juventud que en el último tiempo se empezó a involucrar más en la política y en lo social?
         -Participar es un término que yo utilizo muchísimo, porque es muy importante. Ese es el mensaje que yo les doy a los chicos, que trabajen, que participen, que estudien, que no bajen los brazos, que hagan como nosotras, que sigan adelante.

Fuente: Penélope Moro en http://www.visionesalternativas.com.mx

Opinión:


Cómo hacer presente al Estado.

La posición adoptada por el macrismo, fue el regreso brutal de eso que nunca se fue del escenario político: la lucha de clases.
 
No está el Estado, dicen. Para la rancia derecha, el Estado sólo es la policía y sus fuerzas de seguridad. Si se reprime, se desaloja, se allana, se prueba solucionar a los tiros los conflictos sociales más angustiantes, el Estado está. Los derechos humanos, sólo para los niños por nacer, en obvia alusión a los prejuicios y preocupaciones eclesiásticas.
El Liniers, en junio pasado, Macri ya había anunciado cómo debía hacerse presente el Estado en la ciudad. Una madrugada, sin ángeles, bajo un frío descomunal, el alcalde envió a la Metropolitana a tener su bautismo de fuego. La fuerza debutó con los feriantes que venden barato a la salida de la estación del ex ferrocarril Sarmiento, sobre Rivadavia. Hubo presos, lastimados, embarazadas golpeadas, puesteros en la ruina por los metropolicías que les quitaron sus mercaderías para vender. Pero muertos no.
A la Metropolitana le faltaba un estreno. Si una fuerza del orden no provoca sangre, por acción u omisión, no vale. Macri le habla a un segmento cautivo del electorado porteño, que ronda el 30 por ciento, y que encuentra en las villas el tacho donde mandar a guardar sus miedos, el laboratorio de sus fracasos. Esos porteños “bien”, habitué de los restó palermitanos, votantes de las opciones más fashion, odian al villero, y trasnochan viendo Policías en acción, gozando como un voyeaur en vacaciones con el show de la violencia made in miseria.
Existe un jueguito aún más siniestro: el del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La bipolaridad de su regente sí es muy grave. Los chicos y chicas PRO que han capturado para sí las estructuras del Estado capitalino, se burlan permanentemente del segmento poblacional más frágil de la ciudad. Mientras Macri, a la salida de su tercera luna de miel, ofrece ligeramente títulos de propiedad a los habitantes de las villas, y anuncia al mismo instante que adelantará las elecciones si no le votan el presupuesto (un presupuesto que después no ejecuta, imperdonablemente, especialmente el destinado a educación, vivienda y políticas sociales), su flamante policía primero deja hacer en el Parque Indoamericano, y después reprime. Montenegro: el más macho de los machos.
¿Se acuerdan cuando en enero de 2008 las Madres tomaron la Catedral para presionar al flamante Gobierno PRO, porque el síndico Macri retenía los fondos girados por el Estado nacional a Buenos Aires, y que financiaban los proyectos de construcción de viviendas que ellas gestionaban en Villa Soldati y Ciudad Oculta? El Estado como un mero administrador de los recursos públicos; otro mito Pro.
Al tiempo que se quiere reelegir en la Ciudad, Macri critica la permisividad de la normativa migratoria en vigencia. El ingenieri quisiera una Ley de Residencia, que devolviera a sus países de origen a los pobladores indeseables, no ya por portadores de una ideología foránea (como fue en 1902), sino por no portar nada, y sólo cargar con su pobreza a cuestas. La carencia, su cruz. Para apagar el fuego que provoca su política de continuo abandono, el fan de Queen tira a las brasas el solvente de su discurso xenófobo. Resultado: los pobres se cascotean entre ellos mientras la tele transmite los partidos. Los matones, en su salsa. Empezó Boca; Crónica anuncia el nuevo muerto en el entretiempo.
¿Y qué dice la izquierda? Se excita porque falta poco para el 20 de diciembre, y en 2011, que ya comienza, se cumplirán diez años de aquella rebelión popular. Elucubra, entonces, que si Macri no quiere dar respuesta al problema de las villas, entonces hay que tirarlo abajo todo, también lo que están haciendo las Madres. “Basta para mí, basta para todos”, parece ser la ecuación sobre la cual estructura sus mezquinas especulaciones políticas la izquierda. Criticar lo que no se hace, y criticar más si se hace por fuera de sus ceñidas organizaciones. Cuanto peor, mejor. Ferreyra, los Qom, los muertos en Soldati: el combo represivo K. Qué triste es ver las bellas banderas rojas de hoces y martillos enredadas en los manejos de la derecha más hostil.
Qué paradójico: el 8 de septiembre de este año, la Presidenta Cristina había anunciado un anteproyecto de ley sobre planificación territorial, tendiente a fijar políticas para incentivar el desarrollo de comunidades en su lugar de origen. Vivía Néstor Kirchner todavía. Un verdadero plan de progreso endógeno, integral, equilibrado, para que la gente que deambula tras la zanahoria del trabajo mejor remunerado ya no tuviera que dejar su comunidad de origen, su estar en el mundo, sus referencias sociales y culturales, para encontrarlo.
Para los medios, sin embargo, eso no es noticia. Un nuevo plan estatal que busque solucionar problemas medulares de la estructura social del país, no vende. Ni trabaja la parte más reaccionaria del argentino medio, condición indispensable para volver inviable cualquier proyecto de transformación. Se trata de un toma y daca con los intendentes; caja con los gobernadores; clientelismo ruin, sugestionaron.
Lo que pasó en Soldati, lo que pasa en Lugano, la intención desestabilizadora que opera por detrás; la posición adoptada por el macrismo, que viró del desprecio a los sectores más vulnerables a la vulgar xenofobia; la discusión subyacente sobre el rol del Estado, regresaron de manera brutal eso que nunca se fue del escenario político, también en el de la ciudad cenicienta del país: la lucha de clases. Pocas veces apareció tan nítida la disputa de estos años: el proyecto del gobierno central y el otro del macrismo, expresión a su vez de aquella confrontación de clases: un gobierno para los más excluidos, frente a otro cuyos interlocutores privilegiados son los poderosos de antaño. Entre un pobre y un pobre-pobre, la derecha que Macri sintetiza optará por el que esté más arriba en la pirámide social. Un poquito al menos. Así será siempre.
Hace siete años que el gobierno enuncia otro modo de entender el conflicto social. Venía cabalgando sobre la rebelión que empezó antes de 2001, pero que en aquel 20 de diciembre alcanzó su punto de hervor. El kirchnerismo configura un proyecto político, social y cultural, cambiante y dinámico, en disputa y tensión, pero que intenta superar histórica y dialécticamente ese esquema perverso que organizó el paradigma vigente por las clases pudientes. Y que venía imponiéndose. Las muertes y enfrentamientos en la zona sur de la capital son un intento desesperado por retrasarlo todo una década.

Fuente: Demetrio Iramain en Diario Tiempo Argentino de la edición del 14 de diciembre del 2010.

La verdadera punta del ovillo.

Lo del Parque Indoamericano pone sobre la mesa que, en los tres años de Macri, la ciudad retrocedió en materia de partidas sociales y de ejecución de esas partidas. Especialmente en la zona sur. Tanto en vivienda como en salud y educación.
El censo en el Parque Indoamericano servirá para detectar con bastante precisión cuánto hay de factor político y cuánto de necesidades sociales. Sin perjuicio de lo que surja de esa casuística, hay dos elementos concluyentes. El primero es que la magnitud de este conflicto se debe a que hay muertos y que se trataron de asesinatos –presumiblemente de balas policiales– destinados a crear un clima de miedo funcional a una derecha política argentina que necesita generar miedo y odio para poder instalar un discurso de cara a las elecciones de 2011. En ese sentido, Mauricio Macri decidió ser la cara visible de un intento tenebroso. Basta recordar que hace un año el jefe de gobierno puso en Educación a Abel Posse para irradiar una ideología autoritaria. Aquel fue un intento propagandístico en boca de un diplomático escritor tilingo que podía entusiasmar a ciertos lectores de La Nación. Esta vez, se ató al carro que le ofrecieron el legislador Christian Ritondo, un porteño plebeyo de la zona sur devenido nuevo rico, habitante del exclusivo country Nordelta en el partido de Tigre. Ritondo tiene las mismas prácticas clientelares de muchos punteros del Conurbano y abreva en el duhaldismo. Su intención, claramente, es que Macri juegue sus fichas para el adelantamiento electoral –si es posible a fines de abril– con la casi certeza de que el PRO tiene chances de imponerse sobre cualquier candidato del Frente para la Victoria, en un escenario de gran atomización de la oposición al macrismo. Hay que subrayarlo, en la Ciudad de Buenos Aires hay tanto dinero que muchos peronistas que dicen estar alineados con el gobierno de Cristina Kirchner dialogaron –y dialogan– con la pata peronista del PRO, porque eso les permite formar parte de algunos negocios de contratos y licitaciones. Si la oposición pudiera poner –de conjunto y sin hipocresías– la lupa sobre la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires podría comprobar lo que dicen quienes ahí mismo trabajan: los temas grandes no llegan allí sino que se acuerdan en los cafés cercanos a la Legislatura.
Lo que perdura en la ciudad es el célebre “sistema”, ideado por célebres peronistas porteños que acompañaron a Carlos Grosso durante su gestión. Dirigentes como Eduardo Vacca o Miguel Ángel Toma habían conformado una manera de compartir cuotas de poder, no sólo con otros dirigentes políticos, sino con empresas proveedoras y con instituciones de mucho peso en Buenos Aires. Concretamente, con el Episcopado y con los mandos de la Policía Federal, que entre sí tienen vínculos estrechos. La Constitución porteña lleva 16 años y su letra no logra traspasar los muros de intereses oscuros que siguen siendo factores de decisión claves.
Dos ejemplos claros es que la puesta en marcha de las comunas se haya retrasado y la descentralización se postergue y, en segundo lugar, que la creación de la Policía Metropolitana resulte el peor de los engendros: se suman las ambiciones procesistas de Macri a los despechos de ex policías de la Federal peleados con la actual conducción de esa fuerza. Si hubo un toque de atención con los crímenes alevosos de la semana pasada fue que la orden de la jueza María Cristina Azar incluyó la represión de la Federal, que cargó con la parte más fiera de la cacería dentro de la Villa 20. Desde que Néstor Kirchner echó –literalmente– a Gustavo Béliz en 2004, la orden fue sistemáticamente que los agentes federales deben ir a las protestas sociales con chaleco naranja y sin armas. Aquí llevaron pistolas y escopetas. Estas últimas no sólo con cartuchos de disuasión –goma– sino de plomo. Los usaron contra villeros desarmados. Una barbaridad que cobró –el martes pasado– las vidas de Bernardo Salgueiro y Rosemarie Cupeña. Esto tuvo un trasfondo de fuerte desafío a la autoridad de la presidenta de la Nación y de allí que Nilda Garré tomará mañana el control de las fuerzas de seguridad. Una señal importante fue que, hasta tanto asuma, el gobierno nacional desplegó fuerzas de Gendarmería y Prefectura que, desde ya, evitan el conflicto en vez de hacer ratoneras mortales.
 
Una ciudad complicada.

Si Garré avanza en una reforma profunda de la Policía Federal deberá contar con muchísimo respaldo para evitar pasos en falso. Un proceso de cambio lleva tiempos muchísimo más largos que las expectativas de un año electoral, y no debe haber ninguna tentación de confundir unos y otros. Sí se puede poner autoridad clara a través de colaborar con la justicia para esclarecer cómo fue la toma de decisiones de la represión del martes pasado y también en la determinación de la cadena de responsabilidades con las muertes, si es que las hubo. Pero también, además de lo sucedido en el Parque Indoamericano, un gran desafío para el nuevo Ministerio de Seguridad será el de establecer cuáles son los conductos de financiamiento ilegal y de compromisos con jueces, políticos, fiscales, empresarios del espectáculo, la noche, el deporte y también con altos dignatarios religiosos. Se trata de una trama compleja y que no es ajena a la corrupción estructural que existe en muchísimas instituciones. Los pasos en falso se pagan caro. La indecisión política también. En ese camino estrecho se movió, por ejemplo, León Arslanian en la Bonaerense y cuando llegó Daniel Scioli se ocupó de borrar con el codo todo lo que Arslanian había escrito con la mano. La gran ventaja es que Garré va a contar con todo el apoyo de la presidenta.
Pero los temas de seguridad no son ajenos a las políticas sociales. Y lo del Parque Indoamericano pone sobre la mesa que en los tres años de Macri la ciudad retrocedió en materia de partidas sociales y de ejecución de esas partidas. Especialmente en la zona sur. Tanto en vivienda como en salud y educación. En el primer caso, se menciona mucho que el Instituto para la Vivienda liberó este año menos del 20% de lo votado por la Legislatura. Y debe remarcarse que el aumento de población en las villas no sólo es por la llegada de inmigrantes de países vecinos sino por la cantidad de inquilinatos cerrados, edificios ocupados que fueron violentamente desa-lojados o fin de los hoteles como solución habitacional transitoria. La genialidad del macrismo consiste en dar unos pesos a cambio de evitar mandar la policía o las patotas que funcionan en el Ministerio de Espacio Público (Unidad de Control) o de Desarrollo Económico (la Unidad de Gestión e Intervención Social) y que están pensadas como auxiliares del clientelismo y la expulsión social.
El nuevo elemento que agregaron Macri y Ritondo es el de los falsos vecinos, a través de bandas armadas, cuyos antecedentes se remontan a los grupos de la Liga Patriótica, y sueñan en convertirse en comandos de la Triple A. Pero, para eso, necesitan mucho amparo estatal. El punto es que uno de los desafíos de cara al posible adelantamiento electoral es neutralizar el eficaz discurso antivillero y discriminador del PRO. Para eso, las caras más visibles del kirchnerismo en la ciudad –Daniel Filmus y Carlos Tomada– deberían tomar la iniciativa de salir juntos a convocar por un gran cambio en Buenos Aires.
Villas, narcos y negocios inmobiliarios.

Una Argentina que crece tiene en la Ciudad de Buenos Aires los mismos problemas con algunos nuevos. Es decir, desde hace 60 años, en las villas vive gente que es “dueña” de su casa sin título de propiedad. Es decir, hay unos 300 mil habitantes que no están inscriptos en el Registro de Propiedad. En las villas, la Dirección de Catastro nunca hizo la demarcación que hace en el resto de los barrios. No se trata de “barrios de emergencia” sino de gente que vive allí. Algunos hace dos y tres generaciones. Con el boom inmobiliario, el PRO quiere ganar simpatías entre los vecinos que ellos creen correctos y echar a los que para ellos son de segunda categoría. Para quien tiene una casita en Soldati, Mataderos, Patricios o Lugano, la idea de que no haya villeros cerca es la ilusión de que su vivienda valdrá más. Pero no es sólo eso: quienes trabajan en las villas saben que hay algunos intereses vinculados a la droga. Concretamente, las redes de distribución de paco, cocaína y otras drogas invierten en construcción en las villas y tienen allí algunas personas que les son útiles. También los tienen en barrios elegantes, desde ya. Y con complicidades en juzgados, fiscalías, partidos políticos y fuerzas de seguridad. Sin embargo, en Buenos Aires se trata de un problema de baja intensidad criminal. Y que no tuvo ninguna incidencia en lo sucedido en Soldati. Lo que no puede negarse es que las problemáticas de seguridad en la ciudad van de la mano de políticas sociales.

Fuente: Por Eduardo Anguita en Diario Tiempo Argentino de la edición del 14 de diciembre del 2010.