sábado, 18 de diciembre de 2010

Noticias de la semana:



Los mismos punteros agitaron las peleas en Soldati y en Lugano.

Varios hombres que el jueves alentaban el ataque en el parque, aparecieron ayer en el Club Deportivo Albariño. En ambos barrios se presentaron como “encargados de la movilización de los vecinos”. El caso de “Juan Carlos Gutiérrez”.

La misma escena, la misma persona. El jueves pasado, vecinos del barrio de Soldati se juntaron en la rotonda de Escalada y Castañares pidiendo el desalojo de los ocupantes del Parque Indoamericano y apenas empezada la concentración, un hombre de unos 50 años se bajó del taxi que manejaba, agitó a la gente y alentó el ataque. Ante Tiempo Argentino se presentó como el encargado de la movilización de vecinos, quienes disparaban desde la calle y balcones. Minutos más tarde, el mismo hombre aparecía frente a las cámaras de televisión haciendo una fogata con los cordones de plástico que habían servido para delimitar. Gritaba “¡Acá están sus terrenos!”.

¿Cómo es su nombre?, le preguntó este diario minutos antes
Juan Carlos Gutiérrez
Usted no se llama así.
¿Qué querés que te diga mi nombre verdadero, nena?

Tres días después, en el barrio de Lugano, el mismo hombre se presentaba en la concentración de vecinos que reclamaban el desalojo de las instalaciones del club Deportivo Albariño, ubicado en los márgenes de Ciudad Oculta, tomado desde la madrugada de ayer por 60 familias de ese barrio y de otras villas de la zona sur. Nuevamente se presentó como un vecino del lugar, aunque se identificó con otro nombre irreal y dijo estar también a la cabeza de los cortes en la Autopista Richieri para que “saquen a toda esta gente“.
Su paso esta vez fue fugaz, pero clave. Cinco minutos después de observar el lugar, dos jóvenes se bajaron de una moto e iniciaron el enfrentamiento. “Los cago a tiros a todos, de frente mar”, gritó uno de los jóvenes colgado desde la reja. Detrás de él llegó una veintena de hombres con la cara cubierta, palos y piedras que los vecinos identificaron como “infiltrados de las barras” y “pibes del barrio Copello”, de Villa Lugano. El enfrentamiento duró cerca de 20 minutos, con piedrazos y algunos disparos sueltos, aunque con un saldo de sólo dos heridos, uno de los vecinos con un golpe de cascote en la cabeza y una nena que recibió un piedrazo del lado de los ocupantes.
El conflicto finalizó cuando un helicóptero de la Policía Federal y 50 efectivos de las Comisarías 48 y 42 de la zona, arribaron al lugar junto a un camión de Infantería, con la indicación, según comentó a este diario el subcomisario Bachman, “de mantener el orden y no desalojar a los ocupantes”.
A pesar de que los vecinos aplaudieron la llegada de la Federal, después de observar que no iban a sacar a los acampantes, los empezaron a linchar y a presionar: “Escúcheme, ¿por qué no nos da cinco minutos de zona liberada y arreglamos este problema?”, presionaba a un efectivo, uno de los vecinos que estuvo desde el principio a cargo del armado. Aunque se identificó como del barrio, más tarde aclaró que pertenece a Copello y dijo: “Les digo así porque ellos tienen tantas ganas de matarlos como nosotros”.
Desde ayer a la madrugada, alrededor de 60 familias ocuparon las instalaciones del club Deportivo Albariño, tal como otros grupos lo hicieron en un campo de la antigua firma del Jabón Federal, a la altura de Villa Madero (La Matanza) y en tierras de un frigorífico abandonado en la localidad de Bernal, partido de Quilmes.
Como en el Parque Indoamericano, la toma en Lugano tenía como protagonistas a familias jóvenes que pertenecen al estrato inferior de las zonas marginales: los inquilinos de cuartos en las villas.
Si bien en esta oportunidad los ocupantes llevaron a cabo la toma impulsados por la resolución favorable al conflicto en el Indoamericano, no es la primera vez que se intenta ocupar esa cancha situada en avenida Castañares y Santander y perteneciente al ente residual que administra los ferrocarriles estatales. Según Miguel Torres, el sereno del predio, y los vecinos de Ciudad Oculta, hubo al menos tres intentos en los últimos dos años. Siempre fueron desalojados por la policía. En ese sentido, ayer el juez federal Daniel Rafecas determinó la “desocupación pacífica”, pero al cierre de esta edición la policía no había recibido la orden de actuar.

Fuente: Por Lucía Alvarez en Diario Tiempo Argentino de la edición del 14 de diciembre del 2010.


Los porteños rechazan la política de vivienda del gobierno de Macri.

Más de la mitad juzga negativamente la gestión en esa área, y el 80% cree que el tema habitacional es importante en el distrito. La mayoría opina que el jefe de gobierno prioriza los barrios del norte a los del sur. Cifras polémicas sobre inmigrantes.

El foco de la campaña electoral y del posicionamiento de Mauricio Macri como candidato a jefe de gobierno de la ciudad en 2007 fue la gestión. La estrategia fue correcta porque, bajo la gestión como lema, podía no discutir sobre ideología, principios, objetivos políticos. Es decir, opuso a lo que consideraba progresismo ineficiente de Ibarra y del kirchnerismo porteño, la eficiencia empresarial, la acción, el hacer. Luego llegó la estrategia comunicacional del gobierno de la ciudad (Haciendo Buenos Aires), coherente con esa misma retórica.
Pero, si bien fue una excelente estrategia de campaña, hoy se ha convertido en una trampa. Porque es la gestión la que produce una enorme decepción. Porque los porteños viven en carne propia si pueden o no disfrutar de los prometidos kilómetros adicionales de subtes, del control municipal sobre edificios, de escuelas en condiciones, de falta de viviendas, etcétera. A partir de la reiteración de evidentes fallas en la gestión (derrumbes, tomas de escuelas, escuchas telefónicas ilegales y situaciones anómalas en la Policía Metropolitana, ocupación de espacios públicos, crecimiento de las villas, etc.) está claro que, en las próximas elecciones, Macri va a tener que cambiar su eje de discurso. Acaso deba asumir ahora que es tiempo de la política. Porque, finalmente, ¡es la política, estúpido! Y no la economía.
A raíz de los conflictos en Villa Soldati, con la ocupación del Parque Indoamericano, provocados a partir de la promesa electoralista de Macri de escriturar lotes a favor de los habitantes de las villas, Ibarómetro realizó una encuesta para consultar sobre la visión de los porteños acerca del tema habitacional (ver cuadro adjunto). Según esos estudios y algunos anteriores, más de la mitad de los porteños está decepcionado con la gestión Macri y juzga de manera negativa la política de vivienda del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esta apreciación es muy relevante, si se considera que ocho de cada diez porteños considera que el problema habitacional es importante para la ciudad.
Además, el 48,6% considera que el gobierno de Macri prioriza la zona norte de la ciudad en detrimento de los barrios del sur.
Si bien es mayor el porcentaje de los entrevistados que opina que los inmigrantes deben tener los mismos derechos que los argentinos (el 44,3%), un alto porcentaje (el 37,9%) cree que hay que impedirles el derecho al trabajo y a la salud pública. Comparados con nuestra última medición nacional sobre matriz ideológica de los argentinos, los porteños parecen ahora ser más discriminadores que los argentinos en general.
El 60% de los argentinos cree en la igualdad de derechos entre nacionales e inmigrantes, y sólo un 31% cree que hay que impedirles el acceso al trabajo y a la salud pública.

Fuente: Diario Tiempo Argentino de la edición del 14 de diciembre del 2010.


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