sábado, 18 de diciembre de 2010

Derechos humanos:


Argentina: Nuevos juicios, más verdades.

El modelo contra la impunidad avanza, aunque a veces con el viento en contra. Tras años de trabajo y militancia, una de las jurisdicciones de la Justicia Federal argentina más cuestionada e investigada puso en marcha el primer juicio por delitos de lesa humanidad. Entrevista a una Abuela de Plaza de Mayo que celebra cada acto de justicia.
La ciudad de Mendoza, como varias otras en el país, es escenario del juzgamiento a represores que actuaron en la marco del terrorismo de Estado ejercido por la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983). Alrededor de 200 personas integran la lista de detenidos-desaparecidos en esta provincia.
En la ciudad sureña de San Rafael de la misma provincia, el 1 de julio comenzó un juicio por violaciones a los derechos humanos bajo el manto dictatorial, y el 16 de noviembre, un día antes de comenzar el proceso en la capital provincial, se conoció la sentencia: cadena perpetua para ex agentes de las fuerzas armadas y 8 años para un civil que actuó como abogado de la Policía. Pero el saldo favorable fue aún mayor si se considera que tras los testimonios que allí se prestaron quedaron varias pistas para nuevas investigaciones acerca de lugares que habrían sido sitio de detenciones clandestinas y hasta fosas comunes; y también se descubrió la probable complicidad de miembros de la iglesia católica.
Desde hace años, organismos y abogados de derechos humanos denuncian la complicidad de altos funcionarios de la Justicia Federal que ya estaban en el cuerpo en la década de 1970 y que fueron cómplices del terror. En los últimos meses, esas denuncias tomaron cuerpo y derivaron en un virtual “descabazamiento” de esa jurisdicción judicial ya que la cadena de amistades peligrosas y complicidades se amplió.
Hay dos casos que son los más resonantes. Se trata de los jueces Luis Miret (acusado de no investigar desde su función 7 desapariciones, 6 casos de torturas, 12 privaciones ilegítimas de la libertad, entre otros) y Otilio Romano (acusado por cómplice de 35 desapariciones y otros tantos homicidios agravados), que llegaron a instancia del Consejo de la Magistratura. Pero son muchos los casos en que amistades con militares, con jueces que garantizaron el terrorismo de Estado o de funcionarios judiciales que pasaron por alto detenciones a menores y testimonios extraídos bajos torturas.
Es este el escenario en medio del cual comenzó el pasado 17 de noviembre el juicio en el cual están imputados 10 represores, por 17 causas en las que se juzga la desaparición de casi 30 personas, entre ellas el reconocido escritor Francisco “Paco” Urondo.
El caso de Mendoza se convirtió en uno de los más simbólicos dentro de lo que el Dr. Pablo Salinas explicó APM en la edición anterior como “proceso de juzgamiento con jueces naturales” que, entre otros aciertos, supuso la necesaria depuración del poder judicial. Por ese motivo, miles de mendocinos se congregaron en una vigilia cultural para esperar el día señalado. Funcionarios, referentes políticos, gremiales y derechos humanos se acercaron a la provincia para esa ocasión y en los días previos.
En la vigilia cultural que organizó el gobierno de Mendoza junto a organismos de derechos humanos participaron el secretario de esa área en la Confederación General del Trabajo, Julio Piumato; el cantautor Ignacio Copan; la periodista Sandra Ruso; las actrices Anabel Cherubito y Ester Goris; entre otros.
Unos días antes, visitó la ciudad la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit. Entrevistada por la publicación digital de la Universidad Nacional de Cuyo, rescató el avance de la justicia y dejó un mensaje que invita a involucrarse en una lucha que debe continuar.
La identidad de los pueblos se construye a partir de un proceso complejo donde el día a día establece la pertenencia, y es en ese pulso donde la memoria colectiva permite conocernos e identificarnos como sociedad y nación”, explicó Roisinblit en una charla ante un público colmado de jóvenes, ávidos de escuchar lo que tenía para decir esta mujer, símbolo de las luchas más dignas dadas a lo largo de la historia del país.
La Abuela, de 90 años, secunda a Estela de Carlotto en la presidencia de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo y dedicó sus palabras a explicar la importancia social y particular de la recuperación de la identidad y la vigencia de la memoria como partes indisolubles de la lucha que encarna desde hace 33 años junto a sus compañeras.
La referente de Derechos Humanos, emergida de los momentos más siniestros sufridos en Argentina, explicó en detalle que el plan sistemático de extermino que encaró la pasada dictadura cívico militar, no fue un sufrimiento exclusivo de nuestro país. Durante la década de 1970, el terror se replicó en cada rincón de Latinoamérica, y la organización de las Abuelas en defensa de los derechos humanos no fue ajena a esta realidad generalizada.
Ante lo perdido, lo padecido y lo irreparable proponemos la memoria colectiva. Exigimos verdad y justicia por lo absurdo, lo irracional y el accionar criminal”, continuó Rosa, quien hace una década pudo recuperar a su nieto Guillermo, apropiado por una pareja de miembros civiles de la Fuerza Aérea tras haber nacido en cautiverio en la oscuridad la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Según explicó la Abuela, testimonios y documentación de la época indican que el mayor centro de detención clandestino del país fue, posiblemente, el destino final que tuvo su hija Patricia una vez que fue secuestrada junto a su pareja en 1978. Nunca más se volvió a saber de ellos.
No obstante, Roisimblit contó que tanto ella como sus compañeras no se dejaron sosegar por la situación de la pérdida de sus hijos, sino más bien todo lo contrario. “Contra la parálisis sucedida por el impacto de la desaparición, salimos a las calles y a las plazas con la intención de sobrevivir y ser escuchadas. Se dijo: son ustedes que trasgreden la norma”.
En este sentido, destacó que “esa trasgresión es la que nos salva de la locura y nos pone en el plano de la máxima expresión de la dignidad humana al cuestionar la lógica social y también aquella lógica antigua que funciona hace más de 20 siglos y que le asigna a la mujer el rol natural de madre, hija, esposa y hoy mujer ser humano”.
Al momento de describir el plan sistemático que se desarrolló en los años dictatoriales para apropiarse de los hijos de los detenidos desaparecidos, la defensora de los derechos humanos sostuvo que “el propósito siniestro del terrorismo de Estado era borrar la existencia del pasado de nuestros nietos, cambiándoles la familia, borrando sus nombres, su historia, anulándoles su identidad”.
Para Rosa los quinientos niños y bebés que fueron brutalmente separados de sus padres y llevados a destinos distintos y desconocidos bajo el mando de los jerarcas de la dictadura, “ingresaron en la categoría de desaparecidos, instaurando así una forma inédita de esclavitud en pleno siglo 20”.
Ya cerca del final de su discurso, y ante el pedido implícito del público de un mensaje directo que contagie ese valor y respeto en la defensa de la vida humana, la vicepresidenta de Abuelas recalcó: “Si un grupo de mujeres abuelas con mucho amor y horror, sin poder de conocimiento, sin poder económico, hemos podido reparar en parte el agravio inflingido en nuestros nietos, que refleja también el agravio a la niñez en general, qué no podrían revertir a favor de tantos niños sufrientes los poderes del Estado, el parlamento, la justicia, los poderes del hombre que alguna vez fue niño”.
Una vez finalizada la conferencia, Rosa Roisinblit dialogó con esta redactora, con la intención de profundizar parte de sus opiniones volcadas desde el micrófono:

- A partir de lo que explicó en la charla puede entenderse que la lucha de las Abuelas va más allá de la recuperación de los nietos que les arrebató la dictadura ¿Esto es así?

- Nuestro principal objetivo es recuperar a nuestros nietos y devolverles su verdadera identidad, pero luchamos también por la niñez porque cuando empezamos esta lucha nuestros nietos eran bebés, entonces nos especializamos en eso. Luchamos por buena salud para los chicos, para una buena educación, para un techo digno, todas esas cosas que aún ahora seguimos buscando, no las hacemos solamente desde nuestra casa. Nosotras somos invitadas acá en el país y en el extranjero a congresos sobre la infancia, también como somos mujeres nos invitan a congresos de mujeres, vamos a todas partes, participamos en todos los lugares y hacemos todo lo que podemos por el progreso de nuestro país y del mundo.

- Y a lo largo de su lucha ¿cuáles han sido los logros de las Abuelas además de la recuperación de los nietos?

- Como decía en la disertación, las abuelas han sido diseñadoras y constructoras de valores sociales al protagonizar su defensa de los seres humanos protegiendo la vida, la libertad, el honor, la dignidad, y al mantener la lucha contra el abuso de poder. Esta tarea se proyectó en la defensa de la democracia y la soberanía popular a través del tiempo; y de la memoria, para que las instituciones crezcan y eviten que se puedan repetir actos reñidos con la propia condición humana.

- ¿Las Abuelas sienten que su lucha ha sido reconocida por los distintos gobiernos que se han sucedido?

- Sí, los gobiernos siempre nos han reconocido a partir de la caída de la dictadura, pero el trabajo realizado por los últimos gobiernos, vale decir Néstor Kirchner y Cristina Fernández, multiplicó ese reconocimiento, multiplicaron el apoyo, multiplicaron esa ayuda.

- ¿En qué aspectos por ejemplo?

- No hay que olvidarse que antes de eso (la asunción del ex presidente Néstor Kirchner) teníamos por ejemplo una Corte Suprema de Justicia puesta a dedo por Carlos Menem. Bueno, Kirchner sacó todo eso, se mandaron pliegos al Congreso de la Nación, el Congreso los estudió y nombraron personas probas en la Corte. Nos guste o no nos guste la nueva composición, porque no es para el gusto de todos, hay que reconocer que ahora es legal.

Otra cosa que hicieron ellos fue, por ejemplo, descabezar las cúpulas militares que todavía persistían de la época de la dictadura y otros puestos también por el gobierno de Menem. Los mandó a pasear a todos y pusieron gente por lo menos más capaz.
Además, otra cosa que hicieron los dos últimos gobiernos fue entregarnos la ESMA, eso que era un campo de concentración donde pasaron 5 mil secuestrados y desaparecidos. En ese lugar, lamentablemente, puedo decir que mi hija tuvo su parto, así que mirá si yo sabré cómo es la cosa ¿no?
Ellos nos entregaron la ESMA y nosotros estamos recontrayéndola entre todos los organismos de derechos humanos. Estamos ahora haciendo ahí un lugar para la memoria, un lugar para la historia, un lugar para que se sepa lo que pasó y donde la gente de acá o los extranjeros que vienen y muchas veces no conocen lo que pasó, sepan que pueden ir a visitarla, pueden enterarse lo sucedido porque hay guías.
Así que yo estoy muy contenta con todo esto. No tengo actividad política partidaria, no es que porque yo me transformé en una kirchnerista digo todo eso. No, es porque realmente es así. Lo mismo que cuando se llevaron a mi hija que era montonera, no es que yo me haya transformado en una montonera porque salí a buscarla apenas se la llevaron...

- Y a partir de ahí nunca más paró de luchar...

- Y fijate que ya han pasado 33 años de la creación de nuestra institución, nuestros nietos no son más bebés. El tiempo transcurre irremediablemente para ellos y para nosotras también, no hay que olvidarse que en el año 1976 nosotras ya éramos abuelitas y han transcurrido 33 años desde entonces...y todavía queda mucho por hacer, muchos nietos por recuperar. Pero también muchas fuerzas, y por suerte no estamos solas, contamos con un grupo de jóvenes que se sumaron a nuestra lucha y que la van a seguir dando cuando nosotras ya no estemos.

- Al respecto ¿Qué mensaje le daría a la juventud que en el último tiempo se empezó a involucrar más en la política y en lo social?
         -Participar es un término que yo utilizo muchísimo, porque es muy importante. Ese es el mensaje que yo les doy a los chicos, que trabajen, que participen, que estudien, que no bajen los brazos, que hagan como nosotras, que sigan adelante.

Fuente: Penélope Moro en http://www.visionesalternativas.com.mx

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