viernes, 16 de julio de 2010

Historia: La extraña “derecha para todos”

Estudió en el Colegio de Concepción del Uruguay, fundado por Urquiza, donde conoció y se hizo amigo de Julio A. Roca, Olegario Andrade, Victorino de la Plaza y otros; este grupo conformó más tarde una parte especial de la generación intelectual y literaria del 80 y de la oligarquía que dirigió la vida política y cultural de la Argentina hasta el fin del siglo.

Eduardo Wilde ocupó su lugar en la vida pública como legislador en la provincia de Buenos Aires y luego como diputado por esta provincia al Congreso Nacional; como liberal oligarca en política, apoyó a Avellaneda y a Roca; fue ministro de Justicia y Educación del Presidente Roca en la década de 1880.

Fiel a su manifiesta creencia de que la mejor manera de mejorar las fuerzas morales, intelectuales y materiales de una nación era fortaleciendo el sistema educativo, reformó sus bases legales, aumentó el número de escuelas primarias, estableció el Colegio Nacional en La Plata y en otras provincias que lo necesitaban y reestructuró las escuelas normales; apoyó con vigor la educación laica y el matrimonio civil; continuó su servicio público como ministro del Interior del presidente Juárez Celman; mejoró los servicios de salud pública e inició la construcción del puerto Madero en Buenos Aires.

Por entonces, comenzó sus actividad política, como delegado al Consejo Superior Universitario en 1876 y 1877, y miembro de la Comisión encargada de proyectar un estatuto universitario.

Fue electo diputado a la legislatura de Buenos Aires, en 1874, desempeñándose hasta 1876, y reelegido hasta 1880. Afiliado al Partido Autonomista, llegó a ser vicepresidente de la Cámara. Ocupó en 1882, bajo la primera presidencia del general Roca, el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, desde donde propició la sanción de algunas leyes fundamentales, como la Nº 1420, de educación común, gratuita, obligatoria y laica; la Nº 1565 de Registro Civil; la Nº 2393, de Matrimonio Civil; leyes de un carácter liberal que desataron enconados comentarios contra Wilde y que originaron memorables polémicas en el Congreso y en la prensa. Intervino en esos debates donde tuvo como adversarios a hombres de la talla de Pedro Goyena, Manuel Pizarro y Aristóbulo del Valle. Demostró en la Cámara sus altas dotes oratorias y vastísimos conocimientos.

En la presidencia del doctor Miguel Juárez Celman desempeñó la cartera del Ministerio del Interior, en 1886, siendo sus preocupaciones dominantes la higiene pública y la cultura del país.

La conmoción política de 1890, lo decidió a embarcarse, en exilio voluntario, con destino a Europa. Por espacio de ocho años recorrió numerosos países de Europa, Egipto, China, Japón y Estados Unidos. El fruto esta experiencia fue reunido en sus obras Viajes y observaciones y Por mares y por tierras, más de mil seiscientas páginas de valiosa información, donde recogió las costumbres de aquellos países.

Ocupó otras importantes funciones públicas: fue vocal de la Comisión Nacional de Escuelas; de la Comisión de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinados; de la Comisión del Parque Tres de Febrero, y de la encargada de levantar planos y presupuestos para el Hospital Militar. En 1898, se hizo cargo por segunda vez de la presidencia del Departamento Nacional de Higiene, que ya había desempeñado en 1880.

Pero no descuidó en esos años la producción científica, sino que publicó dos libros de carácter didáctico y científico: las Lecciones de Higiene y Lecciones en medicina legal y toxicología, de vasta resonancia en la incipiente ciencia argentina. A éstas, les siguió Prometeo y Cía., con recuerdos de su experiencia profesional.

Su labor como escritor nació de la mano del periodismo, desde su juventud. Fue redactor de El Bachiller, periódico estudiantil, y perteneció como cronista a La Nación Argentina. Colaboró en Tribuna, El Pueblo, El Nacional y dirigió La República durante cuatro años. En sus páginas literarias, se vislumbra el estilo de un fino humorista. "Wilde hizo de la ironía un instrumento intelectual de precisión, y del ridículo un arma formidable", se expresó de él.

Vuelto al poder su partido con la segunda presidencia de Roca, se incorporó al servicio diplomático como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario para representar a nuestro país, sucesivamente ante los gobiernos de Estados Unidos y México, y después ante los de Bélgica, Holanda y España. En 1901, fue delegado argentino en el Congreso Internacional sanitario de La Habana, y en 1902, en el Congreso Internacional para mejorar la suerte de los ciegos. También participó del Congreso Internacional de Bruselas para el estudio de las regiones polares; y a la Conferencia Telegráfica Internacional de Lisboa.

Falleció en Bruselas, el 4 de septiembre de 1913, a los 69 años de edad, mientras ejercía su labor diplomática. El Poder Ejecutivo Nacional decretó honores póstumos, correspondientes a su alto cargo diplomático, y a los demás servicios prestados al país. Su deceso fue un acontecimiento de trascendencia internacional.

Por: Croce, Jorge

Actualidad Política: Argentina-China: relaciones con más contenido



Beijing.- Acuerdos económicos y coincidencias políticas reforzadas resumen el balance de la visita a China de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, con la cual se sentaron nuevas bases para ampliar la cooperación bilateral.

Entre las decisiones que aportan nuevo contenido a estos nexos destacan los convenios referidos al transporte ferroviario, los cuales abarcan 10 proyectos con plazos de dos a cinco años y por valor de 10 mil millones de dólares.

Las acciones incluyen electrificación de vías, compra de locomotoras y vagones, entre otras.

A la lista de documentos que confirman el marcado carácter económico de esta estancia iniciada el pasado domingo se suman otros relacionados con infraestructura, pesca, energía, inversiones y comercio. En el caso de los dos últimos, uno de los objetivos es expandir y diversificar los vínculos.

Y habrá más. Empresarios de ambas partes realizaron un seminario sobre oportunidades de negocios, comercio e inversiones, en el cual la mandataria argentina insistió en que su país ¿es más que granos¿ al explicar las amplias posibilidades de cooperación existentes favorecidas por el desarrollo tecnológico alcanzado en áreas como la biotecnología e informática, por solo mencionar algunas.

Uno de los próximos pasos en aras de mayores vínculos será una visita del secretario de Turismo a China para mostrar la oferta de la nación suramericana en ese sector, con la ventaja de que Argentina aparece entre los siete destinos autorizados por el gigante asiático.

Ese último figura como un atractivo mercado emisor de vacacionistas ante su sostenido crecimiento económico.

Con vínculos establecidos en 1972 y desde 2004 regidos por un Acuerdo de Asociación Estratégica, China y Argentina tienen mucho terreno para ampliar esas relaciones como socios, condición que impone el beneficio mutuo, según recalcó la presidenta, en su primera visita a este país como jefa de estado desde que asumió en 2007.

Un ejemplo citado en el referido seminario confirma esas posibilidades. Argentina, con 40 millones de habitantes, puede producir alimentos para 500 millones de personas, mientras China tiene como uno de los grandes retos garantizar la seguridad y soberanía alimentarias del 20 por ciento de la población mundial.

Más que eso, el país suramericano tiene otro indicador que revela su capacidad para aportar a la cooperación bilateral: su valor agregado por tonelada de grano se estima en cuatro mil 100 dólares, muy superior al de la otra parte, de poco más de 100, según se explicó en esa reunión.

De todo esto están conscientes ambas naciones y es de esperar que esas ventajas se aprovechen para beneficio mutuo.

Los resultados y proyecciones económicas de la visita que concluirá el próximo viernes en Shanghai, donde la delegación argentina recorrerá la Exposición Universal, incluyen pronunciamientos políticos coincidentes, los cuales sustentan las relaciones entre estos dos integrantes del Grupo de los 20.

Uno de ellos se refiere al apoyo reafirmado a posiciones en temas de máxima prioridad. El país suramericano recibió el renovado respaldo a su reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, incluida la reanudación de las negociaciones para una solución pacífica y definitiva de ese problema en correspondencia con lo establecido por las resoluciones de la ONU.

Mientras, la parte argentina reiteró su firme adhesión a la política de una sola China y al desarrollo pacífico de los lazos entre ambos lados del Estrecho de Taiwán así como a la reunificación pacífica del gigante asiático, según se precisa en una declaración conjunta firmada por la presidenta Cristina Fernández y su homólogo anfitrión, Hu Jintao.

En ese documento, las partes también expresan la disposición de impulsar las actividades del Centro Binacional Chino-Argentino en Ciencia y Tecnología de Alimentos así como explorar la posibilidad de de cooperar en el uso pacífico de la energía nuclear y actividades espaciales.

Bien pueden tales resultados hacer realidad la conclusión adelantada por la presidenta Cristina Fernández al inaugurar el mencionado seminario de negocios: esta visita debe significar un relanzamiento de nuestra relación.

miércoles, 14 de julio de 2010

Documentos: "La restricción externa y el modelo de inclusión".



Continuamente escuchamos cómo se habla sobre el régimen político de bienestar o desarrollista, sin embargo, ¿sabemos que se entiende por éste? A grandes rasgos, el régimen político de bienestar o desarrollista consiste en la acción del mismo régimen que busca garantizar, a través de la aplicación y defensa de diversas políticas públicas y de conquistas laborales inclusivas, el bienestar de los trabajadores con determinados niveles, mínimos pero más o menos razonables, de ingresos y salarios que conlleva, además, cierta calidad en relación a la educación y la salud pública, la alimentación y el acceso a la vivienda. Además, este régimen busca consagrar el derecho que tienen todos los trabajadores a no ser excluidos de la sociedad, es decir, a no quedarse fuera del mercado de trabajo porque entiende que es éste la base del consumo y de las expectativas y los proyectos de vida del ciudadano común. En ese sentido, el régimen político busca asignar a todos los trabajadores cierta suma de dinero y un acceso, más o menos digno, a los servicios públicos que le permitan, a esas mayorías, satisfacer sus necesidades fundamentales. No se trata de asistencialismo sino del reconocimiento del derecho a ocupar un lugar normal en el régimen político. De todas maneras, tampoco el régimen de bienestar se trata del humanismo porque, al reivindicar la lógica de la primacía del derecho a propiedad como fundamento último del Estado, no puede presentarse como la solución más radical al neoliberalismo.

En décadas pasadas, en varios países centrales y en menor medida en los periféricos, se practicaron ese tipo de políticas que buscaron salvaguardar ciertos niveles mínimos de vida para los más pobres. El ejemplo moderno más destacado es la legislación social de Bismarck en Alemania, es decir, las leyes de Prusia que se establecieron durante los años 1883 y 1889 y también las nuevas políticas aplicadas, durante y después de la primera gran guerra mundial, durante la depresión de la década del ‘30 y después de la segunda guerra mundial, en la que muchos de los gobiernos de los países centrales decididamente practicaron este tipo de políticas asistencialistas. Pero, luego de la segunda guerra mundial y ante las consecuencias de ésta, se produce la institucionalización del desarrollismo que dejó establecido un principio básico relacionado con la idea de que cualquiera fueran los ingresos del sector público, todos los trabajadores, por el solo hecho de serlo, tenían derecho a estar incluidos en la sociedad, sea con pagos en efectivo, asignaciones, subsidios o con servicios estatales y públicos de calidad como la salud, la educación o las jubilaciones.

Pero, como era de esperarse, el pensamiento reaccionario de la época embistió, con todos los medios, con todos sus recursos y con todas sus fuerzas, en contra del desarrollismo. No obstante, hasta los años ’70, las políticas de progreso social y político típicas del desarrollismo fueron paulatinamente consolidándose y recién ahora, por diversos factores, se las cuestionó en los países más desarrollados quienes, a partir de este momento, están intentando desmantelar el régimen político de bienestar. Todos estos países de la antigua Europa que, en su momento y de la manera más soberbia y etnocentrista, se definieron así mismo como la cuna de la civilización, es decir, a partir de los cuales se origina el renacimiento de los hombres y de la cultura, la ilustración, los derechos del hombre y, en fin, el Siglo de las Luces que abre sus puertas a los valores de la modernidad expresados, por ejemplo, en la igualdad, la libertad y la fraternidad, esos mismos países, en esta otra actualidad de crisis financiera global, que deriva en una crisis en todos los aspectos de la vida y de la producción de los hombres, plantean ni más ni menos que la desregulación de los mercados, los ajustes de los gastos públicos dejando a los trabajadores, el eslabón más débil de la cadena, en la más absoluta indefensión y, desde ahí, plantean la precarización del empleo, la privatización de bienes y los servicios públicos y el desmantelamiento de la seguridad social (…)

El problema es que los países europeos y Estados Unidos enfrentaron una crisis financiera y económica que fue brutal y, en ese sentido, los costos de esa brutalidad tenían que ser pagados por uno o varios actores y agentes políticos y económicos. Por una parte, la opción era que de los costos de la crisis se hicieran responsables los actores económicos que estructuran y definen al propio sistema financiero y su lógica, sus razones y hasta sus verdades o que, por otro lado, se hicieran cargo los regímenes políticos nacionales trasladando esos costos al eslabón más débil de la cadena, es decir, a los trabajadores de esos países. En el caso de Grecia, las alternativas fueron más que evidentes porque los bancos, esos que interactúan a nivel del sistema comercial global, le prestaron a un país insolvente, es decir, que no iba a poder pagar ni los intereses ni el capital adeudados. Entonces, cuando llegaron los vencimientos de esos empréstitos, Grecia se encontró con una tremenda disyuntiva.

En primer lugar, como el país se encuentra dentro de la zona del euro y no puede devaluar, al no contar con moneda propia y nacional, la primera posibilidad, para enfrentar esa crisis, era abandonar la zona del euro para luego devaluar y finalmente reestructurar la deuda contraída con una fuerte quita como, en su momento hizo Argentina después del descalabro del 2001, que primero abandonó la convertibilidad neoliberal, luego devaluó para finalmente reestructurar sus compromisos con los acreedores. No le fue nada mal porque tuvo que empezar a vivir de los recursos propios y, en ese sentido, paulatinamente fue formándose una nueva forma de hacer política y otras maneras de encarar las cuestiones económicas y sociales que derivaron en la imposición de un modelo de desarrollo inclusivo, soberano y popular dentro de las propias posibilidades y límites que le planteó el nuevo contexto histórico. El problema es que este modelo (a pesar de que favorece el mercado y el consumo interno a través de la producción nacional o la fuerte generación de empleo y de consumo a partir de la creación de nuevos espacios de rentabilidad que se habían perdido con la sobrevaluación de la moneda) como factor de resolución de la crisis, como también lo demostró el caso argentino, perjudica a los acreedores pero, en definitiva, habría podido resolver el problema de fondo al plantearse un nuevo modelo de desarrollo y de crecimiento de los países afectados.

La otra alternativa era recibir fuertes empréstitos de parte de los otros países de la zona euro, los países estructuralmente más fuertes y solventes y del mismo Fondo para salvar el sistema financiero, es decir, a los bancos de manera que de acuerdo con esta otra alternativa, que fue la que finalmente se impuso, fue el pueblo griego, el pueblo español y el portugués (…) quienes asumieron los costos reales de la crisis que, en definitiva, no fue más que otra de las grandes injusticias e irracionalidades a que nos tiene acostumbrado el neoliberalismo precisamente porque esa crisis fue desatada, en su momento, por la propia irresponsabilidad y la visión de corto plazo, el negociado y la especulación desenfrenada de la misma banca internacional. Entonces, son esos pueblos los que asumen los costos de la crisis al hacerse cargo del fuerte ajuste implementado por el régimen político para que esos gobiernos, el griego, el español, el portugués y tantos otros puedan saldar sus deudas, los intereses y el capital ahora adeudados al resto de los países europeos y al FMI. Así, no sólo disminuyeron considerablemente los índices de empleo, que afecta directamente a los sectores más postergados, sino que también disminuyeron los salarios y el gasto público lo que, en definitiva, solo pudo acrecentar la gravedad de la deuda social que los países centrales tienen con sus trabajadores. El problema, tal como lo demuestra la experiencia en Latinoamérica, es que esos ajustes, la pérdida de los derechos laborales, el desempleo estructural (…) no son políticas viables para pagar las deudas con el exterior porque, más bien, subordinan la soberanía política y económica de estos países a los dictámenes de los intereses de los acreedores.

La forma de pagar las deudas se logra, en primer lugar, a través del desarrollo y del crecimiento económico y productivo en un contexto de desarrollo tecnológico, de sustitución de importaciones (como primera etapa para la industrialización nacional) y de impulso del consumo, del mercado y del ahorro interno con políticas de inclusión y de defensa del trabajo. El desarrollo, a su vez, se asienta en la generación de los recursos propios que implican soberanía económica y política, es decir, en las decisiones sobre el sistema productivo y de desarrollo de determinadas políticas económicas que busquen el bienestar en los términos de la primacía del derecho a la vida de todos. En cambio, deuda significa subordinación a los dictámenes de los grandes centros de poder globales porque significa déficit en la balanza de pagos internacionales, o sea, que el país en cuestión no puede financiar con recursos propios, con los capitales y el ahorro nacional, su propio desarrollo y busca así ese crecimiento económico amparándose en la inversión y los capitales extranjeros. Esta lógica, en definitiva, es la mejor defensa para implementar un régimen neoliberal y, por lo mismo, no es una opción válida. En este sentido, actúa la restricción externa, por lo tanto, superarla es un recaudo clave y prioritario para encarar una estrategia nacional de desarrollo económico financiado a través de la producción y generación, por parte del régimen político, de divisas propias.

Precisamente, el acierto del régimen político nacional, soberano y popular radica en las respuestas mucho más idóneas y lógicas que puede plantear frente al problema de la restricción externa, es decir, frente a la falta de generación de divisas que implica dependencia de capitales y de créditos foráneos que siempre constituyen una amenaza integral y potencial para nuestro crecimiento cabal desde el momento en que deja librado al azar, a la lógica del mercado, nuestra producción nacional de bienes y de servicios que comparativamente, en relación a la producción de los países centrales, se encuentran en clara desventaja tecnológica, de calidad o de los precios reales. Desde esta perspectiva, en primer lugar, el desarrollo implica la defensa de la producción nacional, es decir, de la producción de nuestros propios bienes y servicios, por ejemplo, a través de aranceles (…)

Superar de manera más o menos definitiva la restricción externa, es decir, la restricción de divisas, supone encarar, de la manera más virtuosa y en simultáneo, tres políticas que me parecen fundamentales:

a) En primer lugar, permitir la expansión continua de la demanda agregada porque es ésta la que incentiva el consumo que, a su vez, es generadora de empleo. Por su parte, el empleo genera recursos, ahorro e inversión y una vez más expansión de esa misma demanda agregada. Es el círculo virtuoso del desarrollo económico y de una mejor distribución de la riqueza.

b) En segundo lugar, es necesario cumplir con las metas y el objetivo estructural de integración y equilibrio productivo entre el sector industrial, de los servicios y de los recursos naturales y materias primas. La industrialización más plena, es decir, una industria también volcada a los mercados externos, contribuye a la complementación productiva como única garantía válida para generar trabajo de calidad. En el esquema de restricción externa o de limitante del balance de pagos, el superar la penuria de divisas habilita la expansión de la demanda agregada.

c) Finalmente, una instancia relacionada con el desarrollo en los términos de inclusión de los trabajadores exige, desde el ámbito particular de la cuestión de la restricción externa, generar los recursos necesarios para lograr el superávit de la balanza de pagos internacional a través del despliegue de la demanda agregada y del desempeño de un nuevo tipo de cambio de equilibrio desarrollista.

Luchar por solucionar los problemas que derivan de esta restricción externa significa, entonces, trabajar contra la falta de divisas necesarias que, en el peor caso, genera trabas insoslayables al crecimiento. En ese sentido, el superávit de la balanza de los pagos internacionales requiere la producción y generación de los propios recursos para así rechazar el ahorro y la deuda externa como proveedor privilegiado de las necesarias divisas que financian ese crecimiento. Por el contrario, el eje central del crecimiento reside en el rol del tipo de cambio de equilibrio desarrollista porque éste protege nuestra industria nacional e integra a los diversos sectores de la economía nacional.

La realidad dictaminó, primero en Argentina, luego en Latinoamérica y finalmente en los países europeos estructuralmente más vulnerables, que la política de conseguir recursos a través del endeudamiento externo, es decir, como palanca principal para financiar el crecimiento de nuestros países es parte de una visión ortodoxa y neoliberal fracasada porque, bajo ninguna perspectiva, el ahorro externo puede ser una solución viable y racional para los países subdesarrollados. Sin embargo, el neoliberalismo insiste en que endeudarse al inicio para luego crecer, consumir y finalmente devolver con la mayor tranquilidad esos préstamos es la clave del crecimiento. Incluso, desde esa perspectiva ideológica, tener déficit corriente y comercial externos daría cierto prestigio. Pero, el hecho de que, como solución a la crisis, se planteara la segunda opción, la del ajuste neoliberal en países como Grecia o España solo significó, una vez más, que fue el sector financiero quien dio sus propias batallas para conservar su hegemonía como viéramos al principio.

Los regímenes políticos nacionales aceptaron, sin dudas y gracias a su visión reaccionaria y conservadora de las relaciones entre los hombres, las relaciones sociales, políticas, comerciales y aún económicas, que sean los mismos trabajadores los que se hagan cargo, a través de su propio sacrificio e inmolación, de las consecuencias de una crisis generada por los bancos. Extrañamente se logró un rápido y amplio consenso político que nos muestra nuevamente la manera de actuar de los reformistas políticos porque, en fin, los partidos socialdemócratas de Europa practican, defienden y apoyan las mismas medidas de ajustes a favor del neoliberalismo que los movimientos conservadores. Además, siempre en el sentido del reformismo europeo, la culminación de la acción política de los diversos operadores políticos, es el fin mismo de la política como determinado y exclusivo espacio de discusión. Entonces, sólo queda la unanimidad, el consenso y el falso diálogo en la decisión de llevar adelante, hasta las últimas consecuencias, las reformas económicas que ya conocimos en los países latinoamericanos.

Por otro lado, la experiencia que vivimos los países latinoamericanos en la etapa neoliberal con su estéril reformismo político nos demuestra, sin más, que el apoliticismo no es otra cosa que una nueva manera de dominio y de control sobre los trabajadores. Por lo mismo, los pueblos que acepten la realidad pesadillesca de la política ausente y de los ajustes son pueblos que de antemano se condenan a repetir cada uno de sus errores y las mismas fórmulas comerciales y económicas del pasado o presente neoliberal aunque, en el pasado, nos hayan precipitado al fracaso y las crisis. Ese apoliticismo, típico de la ideología neoliberal que así busca construir el más falso consenso y diálogo, significa aprobar y apoyar las políticas de la desregulación, de las privatizaciones y, en general, del retiro del régimen político de la mayor parte de sus roles que significa perder la acción de la política como ámbito de transformación. Pero, como este presente nos lo demuestra, pasado el vendaval más fundamentalista del neoliberalismo, en especial en muchos países latinoamericanos, asistimos a la aplicación de esas mismas políticas y reformas, con los mismos argumentos y lógica, en varios de los países centrales, que controlan la lógica del sistema comercial global, como medidas que buscaron superar la crisis especulativa y financiera iniciada, en su momento, en Estados Unidos.

Todo esto a pesar del nuevo rumbo político que recorre Latinoamérica precisamente por las nefastas consecuencias que el neoliberalismo produjo en la región. No solo Argentina sino también Bolivia, Ecuador y Venezuela sufrieron de la peor manera, de la forma más extrema, las consecuencias de las políticas neoliberales y en ese sentido actuaron como correspondía dadas las nuevas circunstancias. En el caso concreto de Argentina, de la crisis del 2001 se salió a través de la negación de los fundamentos de las políticas neoliberales que, en el ámbito económico, se expresaron en primer lugar a través de la convertibilidad de la moneda en relación al dólar. Precisamente por eso, la primera medida para superar los grandes escollos del crecimiento, auspiciados y defendidos por las políticas neoliberales, fue devaluar la moneda para intentar defender y aplicar un tipo de cambio de equilibrio desarrollista. Después, el país empezó a crecer a tasas superiores al 8%, con niveles cada vez más elevados de ahorro, de inversión y de consumo interno auspiciado por la creciente creación de nuevos empleos a partir de que el país, una vez liberado de las trabas impuestas por la convertibilidad, pudo crear nuevos nichos y espacios de rentabilidad para la producción nacional.

A partir de esta nueva realidad de crecimiento, de auge de los índices macroeconómicos, del superávit fiscal y comercial, de la balanza de pagos internacionales, el país pudo empezar a creer en otro régimen político que, en definitiva, es mucho más independiente en lo político, mucho más soberano en lo económico y mucho más popular en relación a la cultura. Mientras tanto, cuando estalló la crisis en los países centrales tanto Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela demostraron la superioridad de la nueva lógica porque defendió el empleo y el consumo interno a través de un mayor gasto público que se convirtió en una importante barrera contra las consecuencias recesivas de la crisis en cuestión. En otras palabras, cuando estalló la crisis global, la respuesta de estos regímenes políticos no fue desmantelar los avances logrados, no fue enfriar o ajustar la economía y el gasto como nos dijeron los sectores de la oposición que así se rasgaron las vestiduras, sino que esos cambios, en primer lugar, profundizaron los cambios defendiendo el empleo y aumentando el gasto social lo que aceleró la salida de la recesión.

De este modo, a partir del 2003 y en los primeros años de aplicación del nuevo modelo nacional y popular, en Argentina, se generaron por lo menos unos cinco millones de nuevos empleos, de calidad, registrados. Por otro lado, se incorporó a por lo menos dos millones de nuevos jubilados que, en general, eran trabajadores que en su momento no pudieron completar sus aportes debido a las propias características nacionales de la estructura del mercado laboral, es decir, porque trabajaron en empleos precarizados, sin aportes previsionales (…) Además, en ese mismo sentido, logró recuperarse para el régimen, como política de Estado, el sistema de jubilaciones con el sistema de reparto, estableciéndose un sistema de aumento automático de sus montos. En relación a la participación de los salarios en el PIB nacional, en el año 2001 era del 34% pero en el 2009 ascendía al 43%. Por su parte, la desocupación cayó del 19,7% al 8,4% en apenas siete años y se implementó la asignación universal por hijo con lo que, nuevamente, Argentina pasó a ser el país más igualitario de Latinoamérica. Se cumplieron importantes planes en relación al acceso de la vivienda y de la salud conjuntamente con la aplicación de múltiples nuevos programas de desarrollo social orientados a la generación de empleo y de capacitación de los trabajadores. Por ejemplo, se desarrollará el Programa Ingreso Social con Trabajo, el Plan Nacional Familias, el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, Plan Nacional de Deporte y el Argentina Trabaja. Estas son, en definitiva, algunas de las acciones del régimen político que nos demostró el carácter inclusivo de los correspondientes gobiernos en el que el rol del mismo régimen político es fundamento primero. Lo importante es que a partir de estas medidas y acciones del correspondiente régimen político, auspiciadas por los gobiernos de turno, el sector público y los diversos y múltiples actores representantes de los trabajadores, fue capaz de crear otro sentido de lo político y lo público donde precisamente se rescata la política, la reflexión y la acción política. Es decir, se recupera a la política como un instrumento real y concreto de cambio. En otras palabras, nosotros, con el modelo nacional, popular y soberano fuimos capaces de construir un exitoso perfil de modelo de crecimiento mucho más sostenible y respetuoso de los intereses de las mayorías apoyados, por ejemplo, en políticas de superávit externo y fiscal como norma referencial.

Entonces, una auténtica superación, sostenida en el tiempo, de la restricción externa se asocia con el tipo de cambio de equilibrio desarrollista y con sus resultados externos positivos empalmando con un proceso de integración productiva y la fuerte creación de empleo. En ese sentido, lo preferible, en el ámbito del crecimiento y el desarrollo auspiciado con los recursos propios, es que la restricción externa, que no existe hoy, no aterrice mañana, es decir, se vuelve urgente espetar el tipo de cambio de equilibrio desarrollista que incluye las respectivas políticas concordantes. Así, por ejemplo, políticas concordantes con el desarrollo y el crecimiento es la reforma bancaria siempre y cuando busque cambiar de raíz la estructura de los bancos aprobada en la peor época del neoliberalismo militante. Esa ley necesariamente tiene que cambiar el eje del sistema para que, de una vez por todas, sea un servicio público y así se convierta en un derecho. El hecho de que la política en relación a los bancos tenga una definición a partir de servicio público significa, por ejemplo, fomentar el crédito para las pequeñas y medianas empresas, contempla topes en las tasas de interés y condiciona la participación de las entidades extranjeras con el objetivo de defender los intereses nacionales. La idea, en definitiva, en el ámbito concreto de la reforma de la ley de entidades financieras, es trabajar en un proyecto de reforma y cambios de la lógica del banco central de nuestros respectivos países. Lo central es que el banco central vuelva a tener el rol productivo que tuvo en el pasado. Por ejemplo, antes del dominio del neoliberalismo, los bancos centrales de nuestros países, además de cumplir con la importante función de defender el valor de la moneda, buscó generar créditos para las empresas nacionales, públicas y privadas, la creación de empleo y generación y distribución de los ingresos.

Por su parte, la oposición, ante la propia inoperancia para detener los cambios auspiciados y protagonizados por los distintos modelos nacionales y populares latinoamericanos, terminan planteando, sin más, golpes de Estado, de mercado, sediciones o el desequilibrio económico y político del gobierno intentando alterar las cuentas fiscales, la autonomía política, financiera y económica del gobierno y aún del régimen político para, en fin, golpear no solo al sector público sino al pueblo mismo, a los más humildes, a los que precisan contar con una gestión que se juegue así de rápido por el carril izquierdo, que meta centro a la olla de los que precisan más verduras, más carne y más pan en la mesa familiar. Es el caso paradigmático de Argentina.

En ese contexto, ¿qué habrían hecho estos sectores opositores, que jamás estuvieron a la altura de las circunstancias, que jamás fueron capaces de plantear una alternativa que vaya más allá del neoliberalismo, si por ejemplo el país hubiera sido castigado con una nueva cepa de gripe o se precisara, de emergencia, un crédito para el sector público que defendiera el empleo y la producción nacional? Sencillamente, era un chiste de mal gusto pretender creer que ese congreso opositor hubiera tenido la sensibilidad y la celeridad para resolver alguna emergencia social porque cuando gobernaron no supieron hacerlo y hoy no dejan que los sectores populares, a través del nuevo modelo, puedan gobernar en propio beneficio.

Como dijo en su momento Néstor Kirchner, cuando gobernaron no supieron hacerlo y ahora que son parte de la oposición, no dejan gobernar. Lo importante es que cuando se producen signos evidentes de un cambio de época, quien sepa interpretar mejor las demandas y las necesidades de la nueva cultura en desarrollo es el que crecerá en la estima colectiva y arraigará su proyecto en la sociedad. Precisamente estamos en ese momento fundamental. El proyecto nacional, soberano y popular lo sabe y así busca afianzar sus fuerzas, amplía su horizonte mientras profundiza sus políticas de transformación estructural desde la propia gestión del gobierno. Por eso, la oposición solo podía celebrar, en su impotencia política, cada obstrucción, reaccionaria y conservadora, contra el proceso en marcha trabajando abiertamente a favor de los intereses del poder monopólico mediático. Pero lo nuevo, el humanismo cuando es consecuente, gana todas las partidas.

De nuestro lado, del lado del cambio y de la transformación está el proyecto de un país gobernado por los sectores populares mientras que del lado de los opositores, de derecha y de la izquierda iluminada y dogmática, no hay más que un enorme desierto de ideas, disimulado apenas por representaciones fugaces, temerosas, repetidoras del discurso que bajaban desde los titulares de los grandes medios de comunicación, sin propuestas ni convicciones. Por eso, en su momento, fue tan fundamental la ley de medios de servicios audiovisuales, es decir, para terminar con la dictadura mediática de los monopolios y sus intereses.

También, en el campo de las comunicaciones y de la información, el modelo nacional y popular nos igualó, como ciudadanos y trabajadores, por vez primera. Por eso mismo, de nada valieron las operaciones políticas que vendían como certeza la peor mentira, o sea, cierto modelo de desarrollo, nunca definido y alternativo a las políticas populares de la inclusión, a la generación de empleo y el humanismo. No se trata de prepotear a los sectores opositores sino que trata de confrontar democráticamente en torno de la verdad que es la verdad que se funda en los logros sociales, políticos, económicos, culturales y comerciales del régimen político. Verdad que se expresa en los mejores índices de empleos, de conquistas sociales y políticas o de participación y de movilización de los trabajadores que simplemente buscan reivindicar los valores populares. La verdad se expresa, en fin, en nuestra mejor manera de hacer un nuevo país y que sea para todos.

Como siempre y una vez más, en la política nacional como en la global, se juega en el tablero mayor de la política donde las alternativas son más ajuste en perjuicio de los trabajadores o más políticas públicas de inclusión y valores humanistas, auspiciadas por el régimen político, a favor de los intereses generales de los trabajadores. En otras palabras, en contra de los trabajadores al estilo de los griegos, los españoles o los portugueses (…) o a favor de los trabajadores como en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador o Venezuela. No nos olvidemos tampoco de la gesta de la resistencia, siempre heroica, de nuestros hermanos cubanos. Hay que juntar mucha fuerza de los trabajadores, fuerza colectiva y muchos votos para continuar consolidando esta etapa porque sólo así podremos entrar de lleno a la etapa institucional y doctrinaria de una nueva nación que reivindique el humanismo más excelso.

Antes de terminar, una pregunta fundamental en relación a los temas vistos acá: ¿de este mundo y de esta globalidad caótica y neoliberal, crítica y en crisis, pretendemos conseguir el ahorro, los créditos y los capitales que nos son necesarios para financiar nuestro desarrollo y nuestro crecimiento?


Autor: Alfredo Repetto.


Referencias bibliográficas:


Calcagno, Eric y Calcagno, Alfredo: “Recuperar el Estado de Bienestar” En Miradas al Sur edición del 27 de Junio del 2010

Curia, Luis Eduardo: “La restricción externa: una visual dinámica”. En Revista Argentina Económica edición del 27 de Junio del 2010, página 7.

“El libro que relata el despojo de Papel Prensa”, página 4. En Miradas al Sur edición del 27 de Junio del 2010

Giles, Jorge: “la Presidenta, titular en el G- 20” En Miradas al Sur edición del 27 de Junio del 2010.

Heller, Carlos: “Queremos un Banco Central distinto para construir un modelo de país”. En Miradas al Sur edición del 27 de Junio del 2010.

Documentos: "Estoy totalmente a favor del matrimonio entre católicos"

Estoy completamente a favor de permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo. El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos.

Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas.

Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: También estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!".

Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.

Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.

Por Jorge Omar Vargas






lunes, 12 de julio de 2010

Afiche Comuna 5:

domingo, 11 de julio de 2010

Historia: "De todo menos santo"



A la muerte de Pío XI, la organización de la sede vacante correspondió a Eugenio Pacelli por su cargo de camarlengo. Él, precisamente, era el candidato favorito. Después de un cónclave de sólo dos días y a la tercera votación, fue elegido Papa. Pío XII era el primer Papa sin ninguna experiencia pastoral, ni en parroquias ni en diócesis, puesto que toda su carrera se había desarrollado en la administración vaticana. Como medida preventiva, previamente a su coronación, había redactado ante notario una carta de renuncia en el caso de que fuera hecho prisionero por los nazis.

Una de sus primeras decisiones como Papa fue, en abril de 1939, la de borrar del Índice las obras de Charles Maurras, fundador de la Action Française, grupo antisemita y anticomunista, a cuyos miembros les fue levantada la prohibición de recibir los sacramentos que pesaba sobre ellos desde el pontificado de Pío XI.

También este año publicó su primera encíclica, la Summi Pontificatus, por la que condenaba cualquier forma de totalitarismo. Sin embargo, en la recién estallada II Guerra Mundial mantuvo, al menos desde un punto de vista formal, una dulce neutralidad entre los beligerantes, tal como había hecho Benedicto XV en la contienda anterior. Su mayor propósito era conservar la presencia católica en los países al margen de su alineamiento en la guerra, y por ello al fin de ésta se sintió fuertemente agraviado por el ateísmo militante en los países que quedaron en la órbita de la Unión Soviética. Las actividades anti-comunistas del Papa Pío XII se volvieron más fuertes después de la guerra. En 1948, Pío XII declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los candidatos comunistas en las elecciones parlamentarias de ese año sería excomulgado e instó a Azione Cattolica para que apoyara al Partido Demócrata Cristiano Italiano. El 23 de junio de 1949, autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista. y decreta la excomunión de los comunistas, , en donde se reprende con la excomunión automática a aquellas personas que profesen y promuevan la doctrina comunista.

Vale decir que este Decreto fue confirmado por el Papa Juan XXIII en 1959, y nunca fue derogado, por lo que continúa siendo válido. De tal manera de que todos los que se inscriban en partidos comunistas y defiendan públicamente o mediante libros y revistas la doctrina comunista quedan excluidos de los Sacramentos de forma automática.

Le tocó ser el Papa de la Guerra Fría, y en este contexto su opción fue clara: ferviente anticomunismo y aproximación a la nueva potencia emergente, los Estados Unidos de América. En este sentido resultó determinante su amistad personal con Francis J. Spellman, arzobispo de Nueva York y vicario militar de las fuerzas norteamericanas, al cual nombró cardenal del título de Ss. Giovanni e Paolo (1946).

Terminada la guerra, Pío XII también fue el vocero para instar a la clemencia y al perdón de todas las personas que participaron en la guerra, incluyendo a los criminales de guerra. Así también presionó, mediante el nuncio de Estados Unidos, para conmutar las sentencias de los alemanes convictos por las autoridades de ocupación. El Vaticano solicito el perdón para todos aquellos que estaban condenados a muerte, una vez que se permitió la ejecución de criminales de guerra en 1948.

Reconoció explícitamente el régimen surgido en España de la guerra civil (1936–1939). En 1953 firmó con el general Franco un concordato que daba base jurídica al llamado «Nacional-catolicismo» español: con notables ventajas para la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel sistema.

Falleció el 9 de octubre de 1958 en la villa papal de Castel Gandolfo y fue sepultado en las grutas vaticanas. En 1965 el papa Pablo VI inició su causa de beatificación junto con la de su sucesor Juan XXIII, pero sólo la de éste último ha prosperado hasta la fecha.

Fuente: El Papa de Hitler, de John Cornwell.

Internacionales: "Condenas por el caso Prats"



La Corte Suprema dictaminó diecisiete años de prisión para el ex jefe de la DINA general Manuel Contreras y para el brigadier Pedro Espinoza Bravo como autores del homicidio calificado del matrimonio Prats-Cuthbert.

Después de una larga espera, ayer la sala penal de la Corte Suprema de Chile entregó el fallo final en el caso del doble asesinato del ex general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, ocurrido en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, el 30 de septiembre de 1974. Si bien el máximo tribunal rebajó las condenas para la cúpula del organismo represor de la dictadura de Augusto Pinochet, conocido como DINA –que estableció la asociación ilícita terrorista del organismo represivo para perpetrar estos homicidios–, la familia del matrimonio valoró la decisión y espera que los culpables cumplan realmente sus condenas.

Entre familiares y diversos periodistas que daban más emoción a la escena, cerca de las 11 de la mañana, el ministro Rubén Ballesteros leyó la resolución de uno de los episodios más dramáticos acontecidos en dictadura y que estableció condenas a 17 años de presidio mayor en su grado máximo sin medidas alternativas para el ex jefe de la DINA, el ex general Manuel Contreras (81), y al brigadier (R) Pedro Espinoza Bravo (78), como autores de homicidio calificado del matrimonio Prats-Cuthbert. En una primera resolución judicial, se habían establecido dos penas perpetuas en contra de Contreras, mientras que para Espinoza la sentencia era de veinte años.

Conocido el fallo, el comandante en jefe del ejército de Chile, Juan Miguel Fuente-Alba, repudió el accionar de los militares que participaron en el asesinato. “Este es un hecho que el ejército rechaza y repudia con toda la energía que necesita, se ha cerrado un capítulo en una necesidad que tenía el ejército de saber la verdad de los hechos”, dijo el militar.

La Comandancia en Jefe de la institución agregó que “con su extrema crueldad, violaron trágicamente, además, los principios que constituyen el acervo moral de la institución”. Con esto, el ejército espera que “se pueda contribuir al avance para el necesario reencuentro entre nuestros compatriotas, mediante el consuelo a los deudos y la mitigación de las heridas del pasado”.

También se contemplaron penas de quince años y un día para el general (R) Eduardo Iturriaga, el coronel (R) Christoph Willikie Flöl, el ex agente José Zara Holger, uno de los ex jefes del departamento exterior de la DINA, y el ex jefe de la Brigada Lautaro, coronel (R) Juan Morales Salgado, entre otros. El ex coronel José Zara apeló a la fe para soportar la resolución. “Como católico habrá que aceptar lo que nos demanda el futuro y cada uno cargar con su cruz. Siempre hay que enfrentar la Justicia y yo nunca he rehusado nada.”

En tanto, Cecilia Prats, una de las hijas del militar asesinado, dijo que “sentimos que se cumplió con que ellos tengan sus penas como corresponde y las cumplan como la Corte Suprema determinó. Eso nos importa a nosotros, que ellos sean sindicados como los culpables y están claramente identificadas las personas que estuvieron en el hecho”, indicó. Junto a ello, expresó que si bien Pinochet no aparece en el dictamen, “todos saben” que el fallecido dictador dio la orden de matar a su antecesor en la comandancia en jefe del ejército.

Trascendió además que la familia Prats entregará una copia del fallo al embajador de Argentina en Chile y estudia viajar a Buenos Aires para reunirse con la jueza María Servini de Cubría en agradecimiento.

Angélica Prats dijo esperar un gesto del ejército para desvincularse en forma definitiva de aquellos militares que violaron los derechos humanos. Las hermanas tuvieron un encuentro con el embajador argentino en Santiago, Ginés González García, para agradecerle el apoyo institucional ofrecido por Argentina para esclarecer los hechos.

Carlos Cuadrado Prats, nieto del general asesinado en Argentina, famoso por escupir el ataúd de Pinochet cuando lo estaban velando en diciembre de 2006 (ver http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-77682-2006-12-14.html), sostuvo que se cumple la promesa hecha por su madre y tías el día que mataron a su abuelo de luchar y lograr justicia: “Hoy eso se concreta, al igual que la demostración de que hubo una planificación, hubo recursos estatales, pasaportes oficiales, transporte de explosivos a través de Lan-Chile, un atentado terrorista cometido en unión con los agentes de la DINA que participaban en Buenos Aires y la premiación de aquellos que participaron por parte del ejército”.

A su vez, la senadora socialista Isabel Allende (hija del ex presidente Salvador) calificó el fallo como histórico. “Más aún que la Justicia chilena haya reconocido que fue una asociación ilícita la que se constituyó para asesinar al general Prats y su señora en Argentina. Fuera de ser un crimen alevoso, lo más dramático es que fue hecho por sus propios pares. Aquí estamos hablando de generales del ejército y todos sabemos que obviamente quien envió la orden fue Pinochet Ugarte, pero evidentemente no se puede hacer un juicio a alguien que ya falleció”, aseveró Allende.

Finalmente, el ministro de Justicia, Felipe Bulnes, dijo que el gobierno de Sebastián Piñera rechaza este terrible crimen y que se trabaja por que las personas tengan una respuesta judicial lo antes posible. “Rechazamos profundamente este horrible crimen que afectó al ex comandante en jefe Carlos Prats y a su señora. Y, en segundo lugar, manifestamos nuestra solidaridad con las hijas del matrimonio Prats-Cuthbert y las acompañamos en el dolor. También estamos conscientes de que han perseguido justicia por más de treinta años y finalmente hoy día la obtienen.”
 
Fuente: Christian Palma en http://visionesalternativas.com.mx/.

Internacional: "Las corporaciones transnacionales en Paraguay"



El modelo capitalista de producción agrícola, comúnmente denominado agronegocio, está profundamente hegemonizado por las corporaciones transnacionales, tanto en el mundo como en el Paraguay. La creciente concentración en los mercados mundiales, de insumos para la producción agrícola, de comercio de materias primas del sector, de producción de alimentos y de comercialización al consumidor final, se profundiza a escala global en simultáneo con la concentración dentro de la economía interna del país.

Esta participación creciente del capital transnacional en el sector agrícola del país se constituye, en gran medida, en el núcleo del modelo del agronegocio implantado y extendido en el territorio del Paraguay. Este núcleo transnacional es el principal elemento organizador de la estructura de producción agrícola, la cual por este mismo hecho está orientada a la exportación de lo producido en el país, en función a las necesidades y demandas del comercio internacional, muy por encima de los requerimientos y necesidades de consumo de la población local. Por tanto, el papel que desempeñan las transnacionales en la economía nacional es de un peso determinante en la conformación de la misma, y lógicamente, en los resultados que arroja en el ámbito económico, social y ambiental.

De las 12 transnacionales en el sector del agronegocio que operan directamente dentro de la economía paraguaya, cinco provienen de los EE UU, seis de países europeos y una de Asia. Esto refleja el predominio, a escala mundial, que tienen en el agronegocio las corporaciones transnacionales de los EE UU y de Europa, a pesar de la emergencia de este tipo de empresas en países de Asia y América Latina. Este dato es relevante al momento de analizar el impulso creciente que están tomando los Tratados de Libre Comercio (TLC) tanto por parte de EE UU como de la Unión Europea, y dentro de éstos, cómo se inserta el sector agrícola y comercial.

El sector del agronegocio está conformado por una cadena de procesos que van desde la provisión de insumos y maquinarias para la producción agrícola, pasando por la producción propiamente dicha, por el acopio y la comercialización de materias primas, por la industrialización de las mismas y, finalmente, la distribución al consumidor final de los productos derivados del sector. En cada una de estas etapas participan diferentes empresas, algunas de las cuales se especializan en uno solo de estos procesos, mientras otras participan en varios estadios de la cadena del agronegocio, realizando una integración vertical de los diferentes procesos que la componen.

Importaciones y provisión de insumos

En cuanto al proceso de importación y provisión de insumos, son ocho las corporaciones transnacionales que desarrollan este negocio directamente en el país a través de una filial. Existen productos de otras muchas transnacionales, pero que operan representadas por otras empresas. Por ejemplo, los productos del gigante de la biotecnología Monsanto, se distribuyen a través de las empresas locales Dekalpar y Agrofértil. Lo mismo ocurre en general en el sector de las maquinarias y herramientas agrícolas. Ha habido un significativo aumento de las importaciones de todas las empresas trasnacionales, que en conjunto pasaron de 69,8 millones de dólares en el 2006, a 143,5 millones en el 2007, lo que equivale a una duplicación de esta actividad en solo un año. Este dato refleja el fuerte auge en los últimos años del modelo del agronegocio, fuertemente estimulado por los precios en aumento de los commodities agrícolas en los mercados internacionales. Coincidentemente, las dos empresas con mayor cantidad de importaciones entre las corporaciones transnacionales, son también las de mayores exportaciones, como veremos más adelante. ADM Paraguay encabeza la lista de importadores de semillas y agroquímicos, con un aumento de 75,8% en el último año, mientras que Cargill se ubica detrás, con un aumento de sus adquisiciones externas del 48,8%.

Bajo otra modalidad, la transnacional Monsanto comercializa sus semillas transgénicas y agroquímicos, como el conocido Roundup Ready, a través de empresas que tienen la representación de sus productos. La principal de estas empresas es Agrofértil SA, cuyos propietarios son de origen brasileño; sus importaciones pasaron de 32,7 millones de dólares en el 2006 a 64,4 millones al año siguiente, posicionándose como la segunda importadora de insumos agrícolas, desplazando al tercer lugar a ADM. La segunda socia de Monsanto es Dekalpar SA, con un monto de importaciones de 19,2 millones en el 2007. Esta empresa también comercializa productos de otra transnacional, Bayer. Bajo esta misma modalidad, la corporación transnacional Syngenta, con sede central en Suiza, distribuye sus productos en el Paraguay a través de la empresa Agrosan SA, que en el 2007 realizó importaciones por 26,8 millones de dólares.

La principal importadora de insumos agrícolas es la empresa Agrotec SA, de inversores brasileños, que por un lado produce sus propios agroquímicos, y por el otro, importa y comercializa productos de importantes transnacionales, como Basf, Pioneer y Bunge. Esta empresa importó en el 2006 por 39,2 millones de dólares, y en el 2007 por 73,3 millones, siendo la cuarta empresa importadora del país, por detrás solo de Petropar y dos empresas reexportadoras del sector informático.

En conjunto, tenemos que las importaciones de insumos agrícolas en un solo año saltaron de 162,8 millones a 327,2 millones de dólares, lo que ha dejado grandes ganancias a todas estas empresas. La casi totalidad de estos montos son ingresos de las transnacionales en el exterior. Como habíamos señalado, las transnacionales no se involucran directamente en la producción en el campo, sino que más bien son proveedores para la producción y acopiadores de la misma.

Exportaciones

Son seis las transnacionales que operan directamente en esta área, de las cuales cinco también se ubican en el sector de las importaciones. En el periodo 2006-2007 hubo un muy significativo incremento de las exportaciones de las transnacionales del agronegocio, pasando de 618 millones a 1.353 millones de dólares, es decir, en un solo año en conjunto las seis transnacionales del sector aumentaron sus exportaciones en 118,8%. El componente fundamental de estas operaciones es la soja en grano, complementada con derivados agrícolas como aceite y harina. Las exportaciones totales del Paraguay en el 2007 fueron 3.374 millones de dólares, de lo que se desprende que estas seis transnacionales manejan el 40% de las exportaciones del país.

La corporación norteamericana Cargill se instaló en el país en el año 1978, y actualmente cuenta con más de 20 silos propios, tres puertos privados y una planta industrial. Es la principal exportadora del país desde hace varios años. En el 2007 llegó a la suma de 613 millones de dólares, lo que representa el 18% de las exportaciones del Paraguay. Exporta principalmente soja en grano, y en menor medida aceite y pellets de soja.

La segunda agroexportadora es otra transnacional norteamericana, ADM Paraguay Saeca, instalada en el país desde 1997, que exportó en el 2007 principalmente soja por 289 millones de dólares. Esta corporación cuenta en el país para sus operaciones con 30 silos, seis puertos privados y dos convoys de barcazas, éstas últimas construidas en su mayoría a través de la empresa del grupo Naviera Chacho. Por su parte, la transnacional Bunge Paraguay SA ha tenido un crecimiento exponencial en el último año, pasando de 18 millones a 202 millones de dólares.

Louis Dreyfus Paraguay SA es una empresa de origen francés, que opera en el país en el rubro de algodón y de granos. En el 2007 exportó por 120 millones de dólares, duplicando sus ventas del año anterior. Entre otras propiedades, posee cuatro desmotadoras en el país. Noble Paraguay SA, conocida anteriormente con el nombre de Baelpa, tiene su casa matriz en Hong Kong, y ha tenido un fuerte crecimiento en el país, pasando de 30 a 83 millones de dólares, comerciando fundamentalmente soja en granos. Por su parte, Contiparaguay SA (ex Capsa) es una empresa de la transnacional anglo-holandesa Uniliver, que la adquirió en el año 1996. Procesa y elabora aceites, harinas y otros productos, pero también incursionó en la exportación de semillas oleaginosas, por la rentabilidad del rubro. En el 2007 exportó por 44 millones de dólares, un 50% más que el año anterior.

El sector industrial

En la siguiente etapa de industrialización de materias primas, tenemos a cinco empresas que representan a cuatro corporaciones transnacionales en el país, que participan de esta actividad de diferentes maneras. Tres empresas realizan procesos de industrialización en el país, Cargill, Contiparaguay y Parmalet. Otras dos, Nestlé y Unilever realizan la industrialización en sus filiales en otros países, y en Paraguay solo importan sus productos y los distribuyen a los establecimientos comerciales. Unilever realiza tanto importaciones como industrialización local, en vista que Contiparaguay es de su propiedad.

Cargill posee una planta industrial en la ciudad de Minga Guazú, Alto Paraná, con capacidad de procesamiento de 1.300 toneladas de granos por día, por lo que se constituye en la mayor industria del sector en el país. Allí elabora aceites vegetales y harina, principalmente de soja, y es la mayor exportadora de dichos productos desde el Paraguay.

Parmalat Paraguay SA, filial de la transnacional italiana de productos alimenticios, cuenta en el país con una planta industrial en la ciudad de San Lorenzo . Produce lácteos (leche, yogures, etc.), galletitas y jugos de frutas y de soja, y la totalidad de su producción la comercializa en el mercado interno.

Nestlé Paraguay SA es una filial de la empresa agroalimentaria más grande del mundo, con sede central en Suiza. Importa productos alimenticios elaborados en otros países, principalmente del Brasil. Posee una larga lista de marcas y productos que llegan al consumidor final principalmente a través de las cadenas de supermercados. Entre estas marcas podemos citar Leche Nido, Nescafé, Nesquik, La Lechera, Purina, Milo, Molico, Frigor, Leche Nan, Cerelac, Nestum, Prestigio, Dog Chow, entre otras. En el 2007, Nestlé importó en Paraguay por valor de 12 millones de dólares.

Por su parte, Unilever de Paraguay SA es una empresa importadora de los productos elaborados por la transnacional en otros países, principalmente del rubro alimenticio, de limpieza y la higiene personal. Entre las marcas que comercializa están Close Up, Knorr, Lipton, Hellmanns, Doriana, Lux, Omo, Rexona, Cif, Comfort, Dove, Axe, Sedal, Ades, Savora, Fanacoa, Arisco, Maizena, Mazola, Huggies, Kleenex, Day's. En el 2007 Unilever importó estos productos por 29 millones de dólares. La otra empresa de este grupo transnacional, Contiparaguay SA, industrializa principalmente aceites, harinas, y envasa jabones y detergentes para Unilever, bajo las marcas Aceites Mirasol y Reina, Margarinas OK, Activo 100, entre otras. Tiene su establecimiento industrial en un predio de 33 hectáreas en la ciudad de Capiatá.

En síntesis, el sector industrial de las transnacionales exporta solamente aceites y harinas, mientras que importan una gran cantidad de productos de alto valor agregado, lo que refuerza la lógica del intercambio desigual, que resulta en un amplio déficit comercial para el Paraguay.

Impuestos

En líneas generales, en el país la presión tributaria es baja en relación a la de los países vecinos, situándose alrededor de un 11%. A esto se suma que el sistema tributario es esencialmente regresivo (basado en impuestos al consumo y no a la ganancia), en vista a que el principal impuesto es el IVA, que genera el 45% de la recaudación impositiva. Esto también se refleja en los impuestos pagados por las corporaciones transnacionales en el país, que en la mayoría de los casos son poco significativos en relación a su actividad económica.

Los principales impuestos que afectan las actividades de estas empresas son los aranceles aduaneros por importaciones, el impuesto a la renta de las empresas y el impuesto a la renta agropecuaria. La exportación de materias primas está exenta de impuestos, lo que favorece que la exportación tenga muy escaso valor agregado, y se concentre en la exportación de semillas de soja.

Según los datos publicados por el Ministerio de Hacienda, el núcleo transnacional del agronegocio tuvo un aumento total del orden del 77% en concepto de impuestos, pasando de 22,6 millones de dólares a 40 millones. Llama la atención también el nivel de concentración existente dentro del propio sector transnacional, pues sólo cuatro empresas, ADM, Cargill, Nestlé y Unilever, aportan el 81% de los impuestos abonados en el 2007. Existe mucha heterogeneidad dentro del sector con relación a sus aportes tributarios. Las que tienen un mayor aporte en relación a su comercio exterior (cerca del 30%) son las importadoras de alimentos y otros productos elaborados, Unilever y Nestlé, cuyos impuestos provienen principalmente del IVA por el comercio interno de sus productos. Después de estas empresas vienen las que se dedican exclusivamente a la importación de insumos agrícolas, como Bayer y DOW (alrededor del 10%). Finalmente, las empresas que menos impuestos pagan en proporción a sus negocios externos son las agroexportadoras, paradójicamente las mayores exportadoras del país (las que obtienen mayores ganancias a través del agronegocio), como Cargill, ADM, Bunge, Dreyfus y Noble, con una relación cercana al 1%. Esto confirma el carácter regresivo de los impuestos por un lado, y por el otro, el rasgo concentrador y no distributivo de las riquezas generadas que caracteriza al modelo del agronegocio en el Paraguay.

Empleos

Los datos sobre el empleo que generan estas empresas en el país son muy escasos o de fuentes poco confiables, por lo que a este respecto se dificulta el análisis. Los datos a que se tiene acceso reflejan el bajo nivel de empleo que generan en relación a la magnitud de sus actividades económicas. El caso de ADM y Cargill es por demás ejemplificador. Ambas empresas emplean aproximadamente a 900 personas, un 0,03% de los 2,8 millones de la población económicamente activa (PEA) del país, con las que manejan el 27% de las exportaciones totales del país, una parte de las importaciones y todas sus operaciones locales de provisión, acopio e industrialización. Para tener una idea de los ingresos que generan estas empresas para el país, basta hacer un simple cálculo. Siendo generosos, supongamos que cada empleado de Cargill y ADM, como promedio, tiene un salario de 3.000.000 Gs (600 dólares), que multiplicado por 900 empleados y por 12 meses, nos da la suma de 6,5 millones de dólares al año, lo que constituye el monto total de ingresos laborales a trabajadores del país.

Entonces, de los 902 millones de dólares exportados por ADM y Cargill desde el Paraguay, han quedado en el país, en materia de salarios, 6,5 millones, y en materia de impuestos, 19,4 millones, lo que en conjunto suman 26 millones (el 2,9 % del valor exportado). La diferencia, 876 millones, se divide entre los demás costos de operación y las elevadas ganancias de estas empresas, las que alimentan fluidamente el proceso de acumulación de las transnacionales principalmente en los EE UU, de donde son originarias. Los casos de Nestlé, Unilever y Parmalat también son significativos, ya que siendo tres de las mayores proveedoras de alimentos y otros productos en el mercado local, sólo tienen 317 empleados en conjunto, algunos más o algunos menos.

Como síntesis podemos afirmar que el modelo del agronegocio, hegemonizado ampliamente por el núcleo transnacional en Paraguay, es un modelo que produce enormes ingresos para estas empresas, generando escasos empleos, y dejando pocos ingresos laborales e impuestos en el país, aumentando la concentración de las actividades económicas y sus beneficios, y por tanto, aumentando la desigualdad económica y social, tanto dentro como fuera del país.

Fuente:
Luis Rojas Villagra en http://www.adital.com.br/.

 


Política: "Por la AUH, hay más de 200 mil chicos que hoy van a la escuela"



Cuáles son los datos reales de la asignación por hijo en la educación. Mientras la oposición amenaza con bajar las retenciones que permiten financiar al Estado a la vez que plantea la extensión de la Asignación por Hijo, los datos reales hablan de más de 200 mil chicos de todo el país que se incorporaron al sistema educativo gracias a ese beneficio implementado por el Gobierno pocos meses atrás. El aumento de la matriculación obligó a las autoridades a posponer hasta el 31 de agosto la entrega de libretas para los chicos que perciben la AUH. Cuando ese proceso termine se sabrá con mayor precisión cuál es el universo exacto de los pibes incorporados, ya sea en el nivel inicial, la primaria o la secundaria.

“Sólo en la provincia de Buenos Aires podemos hablar de más de 150 mil chicos incorporados al sistema –dijo a Miradas al Sur el ministro de Educación, Alberto Sileoni–. La mayor incidencia se verifica en el secundario y luego en el nivel inicial. Es menor en la primaria, que siempre fue la mejor cubierta.” Aunque se trata de un dato previsible, Sileoni confirma que los seguimientos que efectúa el Ministerio de Educación confirman que la mayor demanda de libretas y los focos de la nueva oleada de matriculación se dan especialmente en los barrios urbano-marginales.

El impacto de la AUH se está verificando en un nuevo escenario político, menos rígido y más rico que el existente hace unos pocos meses. Inicialmente la oposición respondió al lanzamiento de la AUH con un discurso automático y falaz que hablaba o de clientelismo o del vaso medio vacío y hasta del peligro de que los dineros estatales fueran al consumo de drogas. A regañadientes se terminó aprobando la iniciativa oficial y en las últimas semanas se presiona para hacerla definitivamente universal. Más allá del discurso espasmódico opositor, que apunta a la quita de recursos fiscales por un lado y pide más inversión social por el otro, sin explicar de dónde obtener nuevos fondos, resulta curioso y hasta positivo que en estas últimas semanas se corra al gobierno con una agenda de centroizquierda. La afirmación se puede invertir: ¿quién corre a quién por centroizquierda?

En sentido contrario a los pronósticos de catástrofe de los tiempos electorales ya nadie niega la recuperación económica, disminuyeron los conflictos con los movimientos sociales por la distribución de los planes del programa Argentina Trabaja, se aceptan los efectos virtuosos de diversas iniciativas económicas y sociales. Un tema olvidado: con fuerte reactivación productiva no hay colapso energético. Y ya funcionan la nueva central térmica de Rosario y el gasoducto transmagallánico: 37,7 km de caños corriendo 70 metros por debajo de la superficie del mar, a un costo de 314 millones de dólares.

En cuanto a la AUH, las primeras informaciones sobre su impacto en los niveles de matriculación surgieron hace pocos meses de una batería de encuestas implementada por el Ministerio de Educación con directores de escuela de todo el país. De las respuestas y de otros datos parciales surgió un porcentaje presunto en la suba de matriculación que no es el que maneja oficialmente el Ministerio de Educación, que prefiere hablar de una cifra “en construcción”. Aun desde esa prudencia, esa cifra en construcción de 200 a 250 mil chicos incorporados en las escuelas implica un impacto social de enorme relevancia, particularmente en el nivel secundario, al que se suma la tendencia de estos últimos de mayor matriculación. A modo de comparación histórica, basta recordar que hace no muchos años Daniel Filmus planteó en la ciudad de Buenos Aires la novedad del secundario obligatorio para todos. Es decir que ese horizonte era relativamente novedoso y utópico muy poco tiempo atrás.

Avances, desafíos. Sileoni parece eludir los discursos exitistas y se hace cargo de los serios desafíos que implica seguir avanzando en mayores niveles de incorporación de los chicos excluidos del sistema educativo. Los propios documentos internos tanto del ministerio como del Consejo Federal de Educación hablan (aunque se trata de datos a pulir) de 30.000 chicos en todo el país que no asisten al jardín, de 75.000 que no concurren a la primaria y de más de 400.000 de entre 13 y 18 “que estarían en condiciones de ingresar o reingresar a la escuela secundaria”.

Con o sin Asignación por Hijo, a nivel nacional se está implementando un conjunto de medidas para afrontar tanto la nueva realidad de los centenares de miles de pibes recién incorporados al sistema como de los otros que faltan. Esto tiene alguna relación con una de las primeras instalaciones hechas por el Grupo Clarín apenas se detectó el impacto de la AUH en la educación: “Faltan bancos”.

“No era que faltaban bancos –dice hoy el ministro Sileoni– sino que hay muchos más chicos en las escuelas.” Desde hace meses, buena parte de los esfuerzos del Ministerio de Educación tienen que ver con la necesidad de dotar de mejor infraestructura y mobiliario a las escuelas de todo el país. Sólo mediante una compra conjunta con el Ministerio de Planificación Federal se invirtieron ocho millones de pesos, a los que se suman transferencias de recursos a provincias (Buenos Aires, Entre Ríos, La Rioja, Santiago del Estero, Tucumán, Corrientes) para la adquisición de insumos por otros $ 7.600.000. En el total de la escala nacional los planes de mejora de escuelas para el 2010 alcanzan a 3.555 establecimientos, de los cuales 1.400 corresponden a Buenos Aires.

Los viejos núcleos duros. Tal como acepta Sileoni, el desafío de seguir incluyendo a los pibes pertenecientes a los núcleos más duros de la pobreza implica trabajar en múltiples niveles. No se trata sólo, como se está haciendo, de invertir en compra de bancos, insumos o distribución de libros sino de flexibilizar modos de estudio, currículas, sistemas organizacionales.

En ese sentido cada vez más se comienzan a implementar más clases a contraturno con tutores que siguen de cerca cada historia de vida de los chicos (“los pobres no acceden al profe particular”, apunta Sileoni), aulas de aceleración y de multigrado, ciclos lectivos que comienzan en agosto y finalizan en el agosto siguiente, subsidios para movilidad estudiantil. Se trata de un objetivo difícil: llegar a los puntos más extremos y ocultos del mapa de la exclusión, para ubicar, incorporar y retener a los chicos en las escuelas. Para eso se trabaja también en el marco de la red de organizaciones de la sociedad civil en la que participan más de mil ONG, entre las que destacan Cáritas, FOC (Fundación de Organización Comunitaria) y SES (Sustentabilidad-Educación-Solidaridad).

En el contexto del ministerio y del Consejo Federal de Educación surgen nuevas propuestas y planteos para afrontar, en el caso del nivel inicial, el problema de la falta de vacantes intensificando y ampliando “el uso de los tiempos y espacios, cuando la construcción de nuevas salas no resulte posible”. Las propuestas van desde la eventual creación de un tercer turno según de qué nivel se trate a la generación de fondos para aquellos jardines que añadan un nuevo turno, o la instalación de nuevas salas en ámbitos sociocomunitarios: clubes, parroquias, organizaciones de la sociedad civil. En el caso del nivel primario se lanzaron también los Centros de Actividades Infantiles concebidos para integrar a los chicos excluidos que requieren de mayor apoyo pedagógico y acompañamiento para acceder y/o completar sus estudios.
 
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Por: Eduardo Blaustein en http://sur.elargentino.com/.

Actualidad política: "Anomalías institucionales: La tergiversación de las formas de gobierno"



Las iniciativas de la oposición buscan acotar las facultades presidenciales e imponer un virtual sistema parlamentario que le permita imponer su propio programa político y económico. La forma de gobierno que rige en un país consiste en el modo que el ordenamiento jurídico positivo distribuye el ejercicio del poder político y establece el procedimiento para la determinación de los sujetos que ejercen ese poder (Arturo E. Sampay, Teoría del Estado). Es decir, dispone quiénes adoptan las decisiones estatales y cómo se instrumentan dentro del marco jurídico que se fija.

En la clasificación de Aristóteles se distinguen la democracia, la aristocracia y la monarquía, que pueden degenerar en formas impuras (la demagogia, la oligarquía y la tiranía).

Con el correr de los siglos se diseñaron y practicaron muchas otras formas referidas a diferentes aspectos del gobierno de los Estados. La más difundida es la que consagra la división de poderes. Su teórico reconocido es Montesquieu, quien en su Espíritu de las Leyes (1748) fundamentó la necesidad de que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial sean rigurosamente separados.

Este sistema fue decantando a través del tiempo y se aplicó con variantes importantes en los países. Los que sirvieron de ejemplo a los demás fueron Inglaterra y Estados Unidos; las constituciones de los países latinoamericanos recogieron las formas estadounidenses.

La esencia de la división de poderes está entonces en cómo cada Poder (el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial) ejerce con autonomía sus funciones; y cómo interactúan con las fuerzas políticas, en especial los partidos políticos.

Gobierno y división de poderes. Las formas de gobierno señaladas y la división de poderes funcionan en una realidad política que distribuye el poder político de diferente modo según se practique un régimen presidencialista, o parlamentario, o se aplique el gobierno de los jueces .

En los regímenes presidencialistas el jefe de Estado es a la vez jefe de Gobierno. Al presidente se lo elige por el voto popular (lo cual le otorga legitimidad), desempeña a título individual el Poder Ejecutivo, es el jefe de la Administración, representa a la Nación en el plano internacional y participa en la elaboración de las leyes mediante las facultades de proponerlas y promulgarlas.

En los sistemas parlamentarios el equipo de gobierno surge del Parlamento. El presidente o el rey designa como jefe de gobierno a quien es capaz de armar una mayoría parlamentaria; con el mismo criterio debe abandonar sus funciones si queda en minoría. El Poder Ejecutivo y el Legislativo se basan en el mismo conjunto de legisladores. La índole del gobierno depende mucho del sistema de partidos y del régimen electoral. El jefe de gobierno tiene la atribución de disolver el Parlamento y llamar a nuevas elecciones.

El Poder Judicial tiene como función mantener el ordenamiento jurídico y resolver controversias; también interpreta la Constitución, a través del control y respeto de la idea de derecho prevaleciente.

Lo descripto es la anatomía del sistema, lo cual es fundamental en el plano jurídico; pero en el ámbito político interesa más la fisiología , que se refiere al funcionamiento real del sistema. En la dinámica suelen aparecer gruesas anomalías que no se advierten en la estática . Veamos dos de ellas.

La primera es la interferencia parlamentaria en la gestión de gobierno en un régimen presidencialista. Esto ocurre cuando el Parlamento impide al Poder Ejecutivo que cumpla con el proyecto nacional para el que fue elegido. Una cosa es que el Poder Ejecutivo deba respetar el marco legal y someter al parlamento las nuevas leyes que sean necesarias para llevar adelante su política, a lo que el parlamento puede oponerse; otra muy distinta es que la oposición proponga leyes que si se sancionaran trabarían el cumplimiento del programa básico del gobierno o que, peor aún, provocarían el desfinanciamiento del sector público, lo cual generaría una crisis fiscal, económica y social.

No debe confundirse la tarea de control que tiene toda oposición parlamentaria, con la pretensión de aplicar su propio programa económico y político, en contra del proyecto del Poder Ejecutivo en un sistema presidencialista. Es insólito e inaceptable que, basado en una mayoría circunstancial en el Parlamento, impida el cumplimiento del programa del Poder Ejecutivo; o más aún, que pretenda imponer por la vía legislativa su propuesta de gobierno, si la tuviera.

Frente a esta transgresión legislativa, la Constitución otorga al Poder Ejecutivo el derecho al veto para que pueda salvaguardar su proyecto nacional. Sin embargo se ha demonizado al veto, con ignorancia de la Constitución, cuyo Art. 99, Inc. 3 dispone que el presidente de la Nación “participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, las promulga y hace publicar”.

No puede hablarse entonces de un veto presidencial como si se tratara de un conflicto violento con el Congreso. La cuestión es más simple. No es el que Poder Ejecutivo ataque una ley aprobada por el Congreso, sino que como lo establece la Constitución Nacional, participa en la tramitación de cada proyecto, que para convertirse en ley requiere de su aprobación tanto como de la sanción por cada Cámara; la excepción se produce si cada Cámara insiste con los dos tercios de sus votos.

En síntesis, el híbrido de sistema presidencial con injertos parlamentarios tiene forma y espíritu de monstruo. La solución real es la política: si los partidos de la oposición tienen un programa alternativo podrán aplicarlo si alguna vez ganan las elecciones presidenciales; mientras tanto, en un régimen presidencialista pueden controlar pero no compartir el gobierno: el Poder Ejecutivo es unipersonal. La otra posibilidad es que promuevan una reforma constitucional para implantar un sistema parlamentario.

El segundo quebranto constitucional es el gobierno de los jueces. En el desempeño de sus funciones, los jueces no son entes abstractos, más allá del bien y del mal. No es así. En general tienen como eje teórico el derecho civil, que custodia el derecho de propiedad. Sin embargo, en la situación actual, lo decisivo no es la convicción ideológica sino la funcionalidad circunstancial de un pequeño grupo de jueces –en el pensamiento, en la acción o en ambos– a un establishment que se propone impedir la acción del gobierno y preservar sus monopolios y privilegios.

Es una táctica de retardo de corto alcance, ejecutada mediante recursos de amparo, de inconstitucionalidad y de medidas precautorias. No tiene la envergadura del gobierno de los jueces denunciada el siglo pasado en Francia, porque carece de jerarquía, de continuidad y de proyecto. Aquí no tiene destino, porque en cada caso la última palabra la tiene la Corte Suprema de Justicia. Es de desear que antes de extinguirse, esta judicialización cause el menor daño posible, que la justicia recupere su verdadero lugar y la política la plenitud de sus derechos.

Pasiones egoístas. Para entender lo que ocurre es útil recordar que “el hombre es un ser en distensión permanente entre los requerimientos de sus pasiones egoístas y los imperativos de la conciencia que le señalan el bien que debe perseguir con su obrar social” (Arturo E. Sampay, Las inflaciones ).

Cuando esta contradicción se plantea a la escala de un país, las consecuencias pueden ser catastróficas. ¿Qué ocurriría si en la mayoría del arco opositor prevalecieran las pasiones egoístas, en vez de primar el sentimiento patriótico? Entonces tratarán de generar una crisis con la esperanza de que los catapulte al poder, y cuya responsabilidad intentarán descargar sobre el actual Gobierno. ¿Acaso van a sostener entonces que los sufrimientos de la población y el deterioro social y económico que sobrevendrían, sólo son daños colaterales transitorios no queridos, que se compensarán con exceso cuando los buenos (es decir, ellos) accedan al gobierno? ¿Se pretende reeditar una nueva versión de la vieja y desprestigiada consigna “cuanto peor, mejor”? Ojalá que la sensatez prevalezca por sobre las pasiones egoístas.

Fuente:

Por: Eric y Alfredo Eric Calcagno en http://sur.elargentino.com/.