viernes, 20 de agosto de 2010

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Documentos: “Perón: mensajes del futuro (Aspectos relevantes de los últimos discursos de Juan Perón)”



A Enrique Oliva, eterno patriota.

En alguna de las tantas tertulias a las que tuve el privilegio de asistir, el maestro Fermín Chávez, definió a Juan Domingo Perón como un verdadero espistemólogo. La epistemología es la doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico - y en tanto- el estudio de su producción y validación. Tal disciplina aborda entre otras cuestiones los factores y las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, y las razones por los cuales se lo valida o invalida.

Cierto lector desprevenido podrá considerar exagerada la definición del maestro entrerriano. No obstante de la simple lectura de los textos que se publican en esta edición y que constituyen sólo un minúsculo porcentaje de su producción intelectual, surge que quien fuera tres veces presidente de los argentinos, hubo de tener una envidiable formación en tales menesteres.

Sabemos hoy que Perón recibió una primera instrucción militar que culminó en 1913 cuando se recibió de subteniente. A pesar de que él mismo reconoció que sus padres lo entregaron “a la patria en las puertas del Colegio Militar”, y que de una promoción de 11 cadetes logró tan sólo el orden de mérito numero 43, su vocación militar fue perfeccionándose y consolidándose en la práctica, llegando a obtener calificaciones destacadísimas en su formación superior, y a publicar meritorios ensayos vinculados al ámbito castrense. No obstante ello, muy pocos saben que el conductor del justicialismo recibió un profuso adiestramiento en otras disciplinas como la geopolítica, la filosofía, la historia y la economía, cuyas lecturas fueron moldeando un intelecto de por sí privilegiado, y configurando en él una original forma de pensar sobre las cuestiones del mundo y del país

Si bien la formación intelectual de Perón fue puntillosamente estudiada entre otros por Fermín Chávez, Norberto Galasso y Enrique Pavón Pereyra, los dos últimos trabajos de Carlos Piñeiro Iñiguez publicados como cuadernos en la revista Caras y Caretas, bajo los títulos: “Perón; la formación de su pensamiento” y “Perón; oficio de soldado, vocación de estratega”, contribuyen en la actualidad a dar mayor luz al respecto.

Bien vale entonces puntualizar a continuación alguna de las principales influencias recibidas por el fundador del justicialismo.

En lo que atañe a su educación militar cabe señalar que desde principios del siglo XIX, se desarrolla en Europa una nueva escuela de autores militares. El ejemplo napoleónico de la nación en armas, inspiró e impulsó dentro del ámbito castrense una nueva valoración de los factores políticos, económicos, morales y militares. Fermín Chávez al respecto señala a Antoine Henri Jomini y a Von Clausevitz, como precursores de esta corriente, pero no obstante ello será Colman Barón de von der Goltz, quien se destacara a nivel doctrinario con su obra Das Volk in Vassen. Partiendo de una consigna del Rey Guillermo I, quien había prometido que el ejército prusiano sería también el futuro de la nación en armas, será éste último, el eslogan que resumirá a una nueva doctrina de defensa que otorgaría prioridad al poder externo como enemigo principal. La influencia del pensamiento alemán será recordada por el mismísimo Perón, quien en sus memorias evocaba: “los de mi promoción fuimos los primeros en trabajar con métodos alemanes. Nuestros instructores del colegio militar eran alemanes, y habían llegado en una misión que presidía Von der Goltz”. Cabe señalar además que Baldrich y Mosconi - entre otros - irían en misión de estudios, a Alemania

En aquella famosa disertación con la que inauguró la cátedra de Defensa Nacional en la Universidad de la Plata el 10 de junio de 1944, Perón expondrá una tesis que denota tal influencia: “Un país en lucha puede representarse por un arco con su correspondiente flecha, tendido al limite máximo que permite la resistencia de su cuerda y, la elasticidad de su madera y apuntando a un solo objetivo: Ganar la guerra. Sus fuerzas armadas están representadas por la piedra o el metal que constituye la punta de la flecha, pero el resto de ésta, la cuerda y el arco son la nación toda, hasta la última expresión de su energía y poderío”. Años más tarde en una entrevista, sentenciará que las Fuerzas Armadas tienen que trabajar en su misión especifica, pero así como se les reconoce determinada función, también se tienen que conectar con todas las fuerzas políticas, porque hoy la guerra, es la nación en armas, “ya no es un ejército que sale a combatir con otro ejército, hoy es un país contra otro país, donde todos los que se pueden emplear, se emplean en esa guerra y los militares, son un sector de la nación en esa guerra”.

Lamentablemente, gran parte de los estados mayores de las Fuerzas Armadas iberoamericanas, en contraposición con esta escuela, fueron ganados por una doctrina - más bien por una ideología - conocida bajo el mote de “seguridad nacional”. El carácter ideológico de tal doctrina no ha sido solamente denunciado por especialistas. Fermín Chávez señala por ejemplo que la iglesia católica a través del documento de Puebla,la denunció como “una ideología vinculada a determinado modelo económico- político de características elitistas y verticalistas, que suprime la participación del pueblo.” Para el mismo autor la ideología de la seguridad nacional no tiene ideales cristianos sino paganos ya que ella “es cabal expresión de una visión puramente racional del hombre y de la sociedad, en una actitud de retorno a la idolatría de la razón. La razón de estado, negación de todo humanismo cristiano, vuelve reencarnada.

La formación militar de Perón se irá enriqueciendo con otros autores clásicos pero también con materia gris argentina. Así Bartolomé Descalzo, José Maria Sarobe y Lucio Cernadas - entre otros-, influirán en un derrotero intelectual claramente impregnado por “las nuevas ideas”, que presuponían una nueva configuración del rol del ejército en la sociedad.

Hasta aquí una brevísima reseña sobre su formación militar.

Pero ¿qué hay de sus lecturas en otros campos, es decir, en el universo de lo filosófico, histórico, económico, religioso y, de lo político?

Sus biógrafos coinciden que en su primera formación el Nuevo Testamento, el Martín Fierro de Hernández, la Historia Universal de César Cantú y, las Vidas Paralelas de Grandes Hombres de Grecia y Roma de Plutarco, entre algunas otras, fueran las obras que ocuparon su atención. Enrique Oliva ratifica tal relato ya que fue testigo presencial de la persistente lectura de estas obras por parte de quien fuera en ese entonces, su instructor de Esquí. Ya en las aulas del Colegio Militar “recibió influencias notables, especialmente de sus profesores de historia, que lo fueron José Juan Biedma enrolado en la corriente liberal y, Julio Cobos Daract, partidario de la nueva escuela histórico argentina surgida con Adolfo Saldías, Ernesto Quesada y Dardo Corbalán Mendilaharsu (el revisionismo histórico). Las clases de Cobos Daract, según testimonio de Raúl Aguirre Molina (compañero de promoción de Perón), tenían un interés especial para los cadetes, quienes allí descubrían datos poco trillados de la historia nacional y, figuras condenadas como la de Rosas”. En la Escuela Superior de Guerra “tuvo como profesores a Ricardo Levene y al Mayor Enrique Rottjer. Precisamente con este último realiza el trabajo Campañas al Alto Perú correspondiente al curso II de Historia Militar”. Otra influencia decisiva sobre él en esta etapa, fue la del Coronel Lucio Cernadas “brillante profesor de táctica”.

Pero más allá de tales influencias, en el pensamiento de Perón y de otros militares de su época, se encuentran claros vestigios del francés Jacques Maritain. Propugnando un regreso de las masas al cristianismo, Maritain planeará en su época el siguiente dilema: ¿o bien las masas populares se apegarán cada vez más a las diversas clases de materialismo que se esfuerzan en seducirlas y, entonces, este movimiento se desarrollará bajo formas anormales y engañosas o bien, es el cristianismo al que pedirán una filosofía del mundo y de la vida”. El intelectual francés llega a la argentina en 1936 para brindar conferencias en los cursos de cultura católica mientras que, Perón, se encontraba en Chile. Según Fermín Chávez, Juan Domingo Perón seguiría atentamente sus conferencias a través de los periódicos argentinos que llegaban a nuestra legación.

Por su parte Manuel Ugarte, Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez y Alejandro Bunge, influirán claramente en el ex mandatario, como así también los trabajos emitidos por FORJA, en especial los de Raúl Scalabrini Ortiz, Jorge del Río y José Luis Torres. Este último si bien nunca perteneció al agrupamiento de extracción yrigoyenista, publicó algún texto en los legendarios cuadernillos. Para Fermín Chávez otra ascendencia será la del español José Figuerola, quien en su obra “La colaboración social en Hispanoamérica”, pregonara el tránsito de la lucha de clases a la colaboración social.

Finalmente no debe descartarse en Perón su herencia indoamericana. Por vía materna primero, y luego a partir de estudios que él mismo realizó en la Patagonia, Perón adquirió conocimientos y habilidades provenientes de sus antepasados araucano-tehuelches, llevando a publicar un libro conocido como “Toponimia de la etimología Araucana”. Algunas huellas de este pensamiento las encontraremos en su forma de conducción política, pero además, en muchas reflexiones donde el ex presidente solía establecer similitudes entre los fenómenos, las fuerzas naturales y los humanos, teñidas de un indudable determinismo. He aquí alguna de ellas:

“También pensé durante estos dieciocho años, que ya debíamos haber realizado nuestra institucionalización, para la cual, recurría a un sistema de simbiosis; más o menos como ocurre en la botánica. Cuando se plantan dos árboles juntos, éstos crecen y luego sale un tercero que no es ninguno de los anteriores, pero que no se diferencia mucho de uno y de otro.”

“A menudo el hombre cree que él es el que realiza la evolución, pero con frecuencia suele no tener razón. Hay un determinismo histórico que es el que está produciendo, una evolución que subterráneamente se está desarrollando. Los hombres sólo podemos crear sistemas que nos permitan vivir en las distintas etapas de la evolución”.

“los pueblos son como las aguas; solamente el tiempo las serena, las tranquiliza”. Si nosotros inyectáramos violencia a ese hecho violento, no haríamos sino agitar las aguas, hay que dejar que se serene y que sedimente. Entonces podremos pensar un futuro más feliz, no sólo para nosotros, sino para todas las comunidades que componen la humanidad”.

Si algo puede sostenerse con certeza, es que desde el punto de vista filosófico, el pensamiento de Perón viene a encarnar una heterodoxia compuesta por la fructífera tradición indo-iberoamericana que Armando Poratti define como pensamiento mestizo y, además, enmarcado en un nítido historicismo - ya que para él - los pueblos en su devenir histórico van marcándose objetivos y fines, a la vez que forjan mediante su propia experiencia, un estilo de vida, una idiosincrasia particular.

En ese orden de ideas y tal como señalamos en alguna oportunidad, el fundador del justicialismo concebía al pueblo como “algo más” que un simple conglomerado de individuos que conviven “contractualmente” en un mismo sustrato físico y normativo. Un pueblo para el ex presidente es en cierta medida, la resultante de una sucesión de generaciones de hombres y mujeres que, compartiendo similar devenir histórico, van coparticipando de acontecimientos y procesos, y en tanto configurando un particular modo de ser. Sin temor a dudas para el fundador del justicialismo, el pueblo es un fenómeno de carácter histórico donde componentes de una progenie van transmitiendo a sus descendencias prácticas, tradiciones y, productos culturales, ideológicos, míticos y religiosos de contenido altamente significativo. Un pueblo es en definitiva para él “una organización tradicional de cultura en la que hay creencias comunes, una historia de lucha y, una memoria, que afloran a cada rato”.

Perón evidentemente se encuadra en una perspectiva filosófica que estima que para comprender ampliamente a un ser colectivo (un pueblo), sea que se piense o no a éste, como un organismo, “es indispensable conocer todos los elementos que la forman y sus modos de funcionar, con resultados varios en su vida anterior y su vida presente” (Wenceslao Escalante). El historicismo así profesado, presupone al hombre y la realidad como historia y, por extensión, a todo conocimiento como histórico.

El historicismo además, aleja cardinalmente a Juan Domingo Perón de ese desprecio por el pasado que emergió en el siglo de las luces (Aufklärung), período que suele ubicarse entre la Revolución Inglesa de 1688 y la Revolución Francesa de 1789, y que es conocido como el Siglo de la Razón. Para Fermín Chávez dicho período se caracteriza por la fe total y dogmática en la unidad y el valor de la razón humana, razón que es siempre idéntica a sí misma, igual en todos los hombres y en todos los tiempos y, donde “lo racional” debe sustituir a lo real en tanto éste es juzgado como producto absurdo de la historia2. Para Perón la historia es proyección hacia el porvenir ya que, como enseñaba Czeslaw Milosz, “nadie vive solo: cada uno habla con los que ya han pasado y cuyas voces se encarnan en él, sube los peldaños y siguiendo su huella, visita los rincones del edificio de la historia”.

Coincidimos finalmente con el pensador entrerriano, que la exportación (o importación) de la doctrina iluminista, generó en nuestro territorio “un prejuicio moral y cultural”. A partir de tal influencia, empezó a concebirse una dicotomía civilización - barbarie, donde lo bárbaro paradójicamente, resultó lo propio. La idea de barbarie empezó a cobrar sentido negativo viniendo a “trastornar los supuestos culturales, hasta el punto de hacerle creer a los nativos que su civilización consistía en la silla inglesa y, en la levita, que trae aparejada una concepción naturalista de la sociedad bajo la cual han de sucumbir el ethos de nuestro pueblo y, nuestra incipiente germinación espiritual” . En clara sintonía Perón sentenciaba: “no es que vayamos a renegar del extranjero, aún en ello que su adaptación personal pueda tener de riesgoso y desagradable. No se abona con perfumes, ni nos interesa que la inmigración sea una trata. Pero ha llegado el momento de preferir la instalación de hombres a la importación de ideologías. De hombres a quienes interese más nuestra simpatía que nuestra tierra. Más no se gana simpatía sino robusteciendo la personalidad, creando el encanto de lo propio, e infundiendo el sano respeto de la modelación dentro de la fuerza”.

El presente ensayo no aspira en modo alguno a analizar todos y cada uno de los elementos que aparecen en los 40 últimos discursos de Perón sino solamente a contextualizar y a orientar la lectura de los mismos, a partir de una sucinta descripción de la formación intelectual del ex presidente.

No obstante ello, debo señalar que a pesar de las discrepancias sobre su verdadera edad y del efectivo estado de su salud al momento de regresar al país, no dudamos que Perón era perfectamente consciente que poco tiempo le quedaba en esta vida terrenal, y por tal razón, desarrolló una profusa actividad orientada a manifestar su legado. La escritura del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional y, la meticulosa selección de los destinatarios para sus mensajes, fueron un modo disimulado en su época, de expresar su testamento político. No debemos olvidar que, como enseña Armando Poratti, cada texto de Juan Domingo Perón representa un momento de su acción.

Así, la capacitación sindical con el fin de fortalecer la columna vertebral del Movimiento Peronista y uno de los ejes del Pacto social; la apelación a la no violencia para materializar una revolución en paz; la necesidad de imponer un profundo nacionalismo cultural como forma de preservar nuestra identidad en un inexorable proceso de integración; la preservación de los recursos naturales y de las materias primas agotables; el rol defensivo de las Fuerzas Armadas, la apelación a los intelectuales para que ellos “formulen lo que el País quiera y lo que resulte posible realizar”, la lucha contra el colonialismo; la cuestión de la superpoblación; entre otros, serán temas cruciales en su legado.

Para finalizar y sin pretensión alguna de abarcar el universo aquí contenido, quiero concluir estas breves líneas citando alguno de los aspectos mas relevantes de su mensaje estratégico.

Juan Domingo Perón estaba convencido de la existencia de una tendencia inexorable en la humanidad hacia procesos de integración cada vez más complejos.

“Para mí el concepto del mundo futuro es la integración en entidades cada vez mejores y ese ha sido el elemento mecánico de la evolución de la Tierra. Comenzó el hombre aislado y de ahí pasó a la familia, al clan, a la tribu, al estado primitivo, al estado pueblo, a la nacionalidad (…) Hoy estamos ya en marcha hacia los continentalismos, y en poco tiempo más estaremos ya con los pies puestos en el universalismo, es decir, en una tarea organizada, sin divisiones y para satisfacer las necesidades de los hombres de la Tierra”.

En orden a lo expuesto reivindicaba la necesidad estratégica de una integración regional cuyas bases había sentado en ABC

“¿Cómo no podemos llegar también nosotros a un acuerdo para integrar países, en donde todo nos une y nada nos separa? Aquí es cuestión de hacerlo; allá, era cuestión de meditarlo muy profundamente”…“Es un hecho indiscutible el que en las distintas regiones del mundo las naciones se aglutinen y se unan no para hacer la guerra en el sentido clásico, sino para defenderse y defender sus pueblos de los peligros inminentes de una superindustrialización” (). “la cuenca del Plata es, quizás, la zona más importante de América Latina dentro de esa integración. En ella se concentra la cuarta parte de la población del continente con un sector extraordinario para las necesidades del futuro, tanto en reservas para la superpoblación, como en medios para la superindustrialización que se va ir produciendo (…) las inmensas riquezas naturales de esta región deben y pueden explotarse para el beneficio de los pueblos que la habitan. Si lo hacemos en forma racional, ello nos permitirá convertirnos en naciones ricas para al futuro”.

Respecto a la integración, sostenía que ésta debía estar acompañada de una verdadera ratificación de los valores e idiosincrasia propias, proponiendo una doctrina específica para el país y, además, la puesta en marcha de un verdadero nacionalismo cultural.

“Dentro de esa concepción es que nosotros hemos elaborado una teoría ideológica y política para nuestro país, exclusivamente para nuestro país, sin pretensiones ni de hegemonías, ni de preeminencias de ninguna naturaleza… En lo socio cultural queremos una comunidad que tome lo mejor del mundo del espíritu, del mundo de las ideas y del mundo de los sentidos, y que agregue a ello todo lo que nos es propio, autóctono, para desarrollar un profundo nacionalismo cultural, como antes expresé. Tal será la única forma de preservar nuestra identidad y nuestra Argentina”.

La superpoblación y la cuestión de los recursos naturales aparecen como los grandes desafíos de la humanidad de cara al futuro

“los hombres deben darse cuenta de que son todos hermanos y que deben unirse pues, de lo contrario, habrán de sucumbir. Cada DIA que pasa se va acercando más el momento: si no se procede así, las soluciones son siempre dos: un reordenamiento geopolítico que permita una mayor producción y distribución o, la supresión biológica, tendiente a disminuir el número de bocas que consumen”

Sus reflexiones lo indujeron a advertirnos respecto de la necesidad estratégica de defender nuestros recursos con uñas y dientes. La lucha por la liberación era para él en cierto sentido, la lucha por los recursos y la preservación ecológica a través de un desarrollo sostenible, concepto que posteriormente fue lamentablemente desvirtuado.

“No nos hagamos ilusiones de que la historia puede cambiar en ese sentido. Si nosotros no estamos preparados para defendernos, nos van a quitar nuestras riquezas y, para ello, existen muchos medios. “Las inmensas riquezas naturales de esta región deben y pueden explotarse intensamente para beneficio de los pueblos que la habitan. Si lo hacemos en forma racional, ello nos permitirá convertirnos en las naciones ricas del futuro, a lo que justamente aspiramos para bien de nuestros pueblos”…. La lucha por la liberación es en gran medida, lucha también por los recursos y la preservación ecológica. En ella estamos empeñados. Los pueblos del tercer mundo albergan las grandes reservas de materias primas, particularmente las agotables”.

Para Perón, a las Fuerzas Armadas les cabía una misión: la de constituirse en defensoras de los recursos - y en tanto - garantes de la liberación nacional, fijando de esta forma una hipótesis de conflicto para ellas.

“la verdadera tarea nacional es la liberación (….) la defensa se hace así contra el neocolonialismo y, el compromiso de las Fuerzas (Armadas) es con el desarrollo social integrado del país en su conjunto, realizado con sentido nacional, social y cristiano”.

“Para tal cometido debía operarse en la sociedad argentina algunas modificaciones en el campo de lo sociológico y epistemológico.

“Para enfrentar estos desafíos necesitamos no sólo los más modernos conocimientos técnicos y el conocimiento acabado de la tecnología de nuestros días, sino también una especial aptitud moral y espiritual, que nos permita ver los problemas y buscar las soluciones con una gran comprensión para nuestros mutuos anhelos y aspiraciones, y con gran perspectiva histórica”.

La reconstrucción argentina tenía para Perón como uno de sus pilares, a un movimiento obrero organizado, formado y capacitado; era aquella famosa “columna vertebral”. Había llegado el tiempo de la formación.

“Vamos a darles armas a esos dirigentes para que sean más capaces en todas las ocasiones, vamos a cultivar esa materia gris, sin la cual la vida no tiene norte ni timón … las organizaciones firmes y bien organizadas, unidas y solidarias, resisten la acción de cualquiera de esos microbios o gérmenes patógenos que se pueden introducir en ellas. Cuando la organización no es real ni es buena, cede. Esto es lo que pasa cuando uno está débil: ingresa un microbio y afloja.

El objetivo principal de su tercera presidencia fue, sin lugar a dudas, la liberación nacional.

“Compañeros: en esto, por sobre todas las cosas, debe prevalecer la defensa de los intereses de la nación. La liberación no es un problema de violencia sino de inteligencia”.

El medio: la unidad nacional y la reconstrucción del hombre argentino.

“Yo vine al país para unir y no para fomentar la desunión entre los argentinos. Yo vine al país para lanzar un proceso de liberación y no para consolidar la dependencia. Yo vine al país para brindarles seguridad a nuestros conciudadanos y lanzar una revolución en paz y armonía y no, para permitir que vivan temerosos quienes están empeñados en la gran tarea de edificar el destino común. Yo vine para ayudar a reconstruir al hombre argentino, destruido por largos años de sometimiento político, económico y social”.

El instrumento elegido: Un pacto social.

“Como ustedes saben, nosotros propiciamos que el acuerdo entre trabajadores, los empresarios y el Estado, sirva de base para la política económica y social de nuestro gobierno. Lo hicimos con la convicción de que es el mejor camino para lograr, con el aporte de todos, sacar adelante al país. Los que hayan violado las normas salariales y de precios, como los que exijan más de lo que el proceso permite, tendrán que hacerse cargo de sus actos”.

El modo: el diálogo.

“Nosotros encaramos una función de gobierno a través de las consultas de opiniones, ya que es la única manera de llegar a conformar un cuerpo de doctrina que nos permita hacer lo que mejor podamos. Claro que muchas veces habrá que conformarse con lo bueno, ya que lo mejor suele ser enemigo de aquello. No obstante lo mejor puede salir de una compulsa general de opiniones.

Por Francisco Pestanha

Fuente: http://www.accionperonista.com.ar.

Historia: “No somos empanadas (José de San Martín)”

El Martes, 17 de agosto de 2010 a las 7:57.Al enterarse de los sucesos de Vuelta de Obligado, San Martín escribía a Guido:

“Grand Bourg, 10 de mayo de 1846

Mi querido amigo:

Sarratea me entregó a mi llegada a ésta su muy apreciable del 12 de Enero; a su recibo ya sabía la acción de Obligado. ¡Qué iniquidad! De todos modos los interventores habrán visto por este "hechantillón" que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que el de abrir la boca: a un tal proceder, no nos queda otro partido que el de no mirar el porvenir y cumplir con el deber de hombres libres, sea cual fuere la suerte que nos depare el destino; que por mi íntima convicción, no sería un momento dudosa en nuestro favor, si todos los argentinos se persuadiesen del deshonor que recaerá sobre nuestra patria, si las naciones europeas triunfan en esta contienda, que en mi opinión es de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España. Convencido de esta verdad, crea usted mi buen amigo, que jamás me ha sido tan sensible, no tanto mi avanzada edad, como el estado precario de mi salud, que me priva en estas circunstancias ofrecer a la patria mis servicios, no por lo que ellos puedan valer, sino para demostrar a nuestros compatriotas, que aquella tenía aun un viejo servidor cuando se trata de resistir a la agresión la más injusta y la más inicua de que haya habido ejemplo...”

Actualidad política: “Resoluciones del plenario de delegados de UTE- CTERA Capital”


El jueves, 19 de agosto de 2010 a las 0:30.Con la presencia de más de 350 delegados de escuela, el Plenario de la UTE-CTERA capital del 17 de agosto de 2010, resolvió:

1. Continuar apoyando a la comunidad educativa del Colegio Nacional de Buenos Aires y en particular a su rectora, la Cra. Virginia González Gass, ante la decisión del Rectorado de la UBA de separarla de su cargo.

2. Rechazar el punto 1 del acta recepcionada el día 22 de Julio y plantear:
• Suspensión de los concursos hasta tanto se implemente la ley Nº 2.905, de profesor por cargo, de manera tal que los docentes concentren sus horas.
• Impulsar una ley de titularización que incluya a todos los docentes interinos con fecha a la sanción de la misma.
• Garantizar que todos los docentes en condición de interinos con posterioridad a la sanción de la ley de titularización y hasta el año anterior a la convocatoria a concurso con el régimen de profesor por cargo serán incluidos en los alcances de la ley de titularización.

3. Aprobar el siguiente PLAN DE LUCHA

* 18/8 Concurrir al Ministerio de Educación con los docentes ganadores del concurso 2009 de los 82 cargos de maestro de grado para que sean reconocidos como titulares de acuerdo con fallo de la justicia.

* 24/8 Paro y movilización a la Jefatura de Gobierno junto a los sindicatos docentes convocantes (ver reclamos al pie)

* 25/8 Concentración frente a la Jefatura de gobierno junto a la docentes alumnos y padres del Polo Educativo de Saavedra exigiendo la finalización de la obra, resolución de todos los problemas de infraestructura.

* 25/8 Abrazo en todas las escuelas con problemas edilicios junto a la comunidad.

* 31/8 Concentración en la Legislatura por la estabilidad y titularización de los docentes de nivel medio y terciario y exigir la inmediata implementación de la ley de profesor por cargo en el nivel medio.

* 10/9 Concentración frente a la Jefatura de Gobierno en la víspera del día del maestro para plantear la situación educativa en la Ciudad.

Reclamos:

• Repudiar las políticas en salud y acción social del gobierno porteño que derivaron en que la ciudad de Buenos Aires sea la única jurisdicción del país, donde aumentó la mortalidad infantil.

• Inmediata resolución de los problemas edilicios.

• Pago en tiempo y forma y entrega de los recibos de sueldo.

• Pago de las asignaciones familiares y aumento de los montos equiparándolos con los pagados por el Anses.

• Adelantamiento del cronograma de pago y recomposición salarial

• Jerarquización de los cargos directivos.

• Estabilidad de los docentes interinos, de los niveles medio y terciario.

• No al cierre de grados/ cursos/módulos, derogación del decreto 1990.

• Creación de escuelas y jardines, de manera que se cumpla con el derecho social a la educación.

• Creación del cargo de maestro volante por Distrito

• Creación del cargo de maestro celador de comedor

• Estabilidad de los docentes contratados.

• Devolución de los días de paro, en cumplimiento de los fallos judiciales.

• Exigir el pago a los docentes de los bachilleratos populares.

• Creación de EOE suficientes para atender las necesidades de todas las escuelas

• Capacitación en servicio tal cual lo establece el Estatuto del Docente

• Restitución de las jornadas de reflexión

• Aumento del presupuesto educativo para el 2011

24 de agosto Paro y movilización Jefatura de Gobierno 14 hs



Fuente: Tito Nenna en http://www.facebook.com/.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Historia: “El éxito y el fracaso según el General Perón”

En un discurso pronunciado el 25 de Julio de 1949, el general PERON, afirmó un criterio acerca del éxito, el fracaso y la responsabilidad de los dirigentes, por lo tal estoy convencido que sería bueno que dicho texto lo leyeran los miembros del llamado PERONISMO DISIDENTE o PERONISMO FEDERAL, DUHALDE, LA CHICHE, EL CAMALEON SOLA, REUTEMAN, RODRIGUES SAA, MENEM y los que lo siguen:

“Otro mal del peronismo está representado por la ambición sin limites de algunos dirigentes incapaces e inmorales. Considero que dentro del peronismo la ambición no es un defecto cuando está justificada. Hemos dicho muchas veces que cada peronista lleva en su mochila el bastón de mariscal. Cada peronista, de acuerdo a su capacidad y honradez, está en el derecho a aspirar a lo alto que puede ofrecer el Movimiento. Pero antes que ello ocurra, es menester que cada uno haga un examen de conciencia para saber si esta capacitado y si, además de capacitado intelectulmente, lo está moralmente para ocupar un puesto en el peronismo. Hemos dicho que cada peronista lleva en su mochila el bastón de mariscal, pero guay del peronista que lo utilice mal o fracase empleando tal bastón”.

“El peronismo debe ser implacable con el que fracasa no por el mal que pueda producir a nadie, sino por el inmenso mal que produce al Movimiento. Pero si acepta la responsabilidad y fracasa, debe ir a formar a la cola del último soldado, respetando el orden; porque el Movimiento Peronista no puede hacerse con hombres y mujeres fracasados. Hay que hacerlo con hombres y mujeres de éxito y cuando alguien dice que no tuvo suerte, ya de por si debe descartarse, porque necesitamos hombres y mujeres con buena suerte"

JUAN DOMINGO PERON.

Hoy a sesenta y cuatro años de dicho discurso, creo que el General nos da una idea cabal, de los hombres y mujeres que tienen éxito y de los que fracasaron.

Enviado por Daniel Rotta Escalante.

Derechos humanos: “Testimonio de un testigo”


Raúl “Paco” Bauducco, testimonio escalofriante de Carlos Ríos (testigo) en el juicio de la UPI- Córdoba, cómo se ejecutó a Paco.

Mañana del 5 de julio de 1976. Patio 2 de la Unidad Penitenciaria 1 (UP1).El cabo Miguel Angel Pérez cruza el patio y se cuadra frente al teniente Enrique Pedro Mones Ruiz.-Mi teniente, el prisionero no se quiere levantar.-Ejecútelo.-Mi teniente, lo voy a ejecutar.

Córdoba -Juicio UP1

Ojos y oídos contra la impunidad

El ex preso político y dirigente del gremio de Perkins, Carlos Ríos, narró con lujo de detalles el asesinato de Raúl "Paco" Bauducco en el patio de la UP1 y apuntó como sus victimarios a los entonces teniente Enrique Mones Ruiz y cabo Miguel Angel Pérez.

El cabo Pérez da una marcial media vuelta, regresa sobre sus pasos, apunta con su pistola a la cabeza del preso político Raúl "Paco" Bauducco y cumple la orden.Como si estuvieran viendo esta tremenda escena, quienes asistían ayer a la audiencia 17 del juicio a Jorge Rafael Videla y otros 31 imputados, por los crímenes cometidos durante 1976 en la cárcel cordobesa de barrio San Martín, fueron transportados a aquel frío patio por el relato intenso y preciso del testigo Carlos Higinio Ríos, ex preso político y dirigente sindical, entonces del gremio de Perkins y hoy del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación.En un aparatoso allanamiento militar, Ríos fue detenido en su casa la noche del 7 de enero de 1976 y llevado a la Dirección de Informaciones (D2), donde se encontró con Juan Carlos Polanco, un compañero del gremio de motores diesel con el que luego compartirían la celda en el pabellón 9 de la penitenciaría de barrio San Martín."Eramos una comisión de dieciocho compañeros, de los cuales tuvimos siete secuestrados desaparecidos y cuatro fuimos presos. El promedio de edad de la comisión directiva era de 23 años. Con esto quiero resaltar la violencia contra un sindicato de empresa de primer grado, que si bien estaba enrolado en la línea combativa de los compañeros Atilio López y Agustín Tosco, sufrimos muy fuerte el terrorismo de Estado", manifestó Ríos, casi pidiendo permiso para la única valoración política con que matizó su contundente testimonio.Centrado en el alevoso asesinato del estudiante de Ciencias de la Información ("octavo hecho" de esta megacausa), su aporte se completaría después, al dibujar el patio, los pabellones, la entrada y las posiciones de los soldados, prisioneros y personajes principales del crimen, en un croquis que uno de los fiscales se esforzó por reproducir en sus apuntes.Aquella mañana, Ríos vio y escuchó con todo detalle las circunstancias del homicidio de Bauducco, por la posición estratégica en que se ubicaba, en el primer piso del pabellón 9, trepado a una ventana en la que faltaba un pedazo de las tablas con que habían tapado las celosías y con la tranquilidad de que no podían verlo quienes estaban en el patio.Desde allí, pudo observar junto a Marcelino Pérez -dirigente peronista, ya fallecido- cómo los militares montaban un operativo de seguridad "con soldados apostados con fusiles FAL y FAP" en el patio de la prisión, a donde hicieron salir desnudos o a medio desnudar a los presos políticos de los pabellones 6 y 8, para someterlos a "una paliza terrible y movimientos vivos"."La requisa era una excusa. Los sacaron al patio y los molieron a palos", aseguró Ríos y lo fundamentó con este dato: "Para ser honestos, nosotros (en el pabellón 9) recibíamos tres palos de cada diez que ellos recibían en el 6 y el 8. Cuando se da el golpe de Estado, calculo que el director de la cárcel les debe haber dicho (a los militares) que en los pabellones 6 y 8 estaban las organizaciones (guerrilleras) y en el 9 los gremialistas. Entonces, se ensañaban con el 6 y el 8".Ese día la saña se concentró en Paco Bauducco, quien ya tenía lesionado un homóplato a raíz de una paliza sufrida en la D2: "El compañero tocaba la guitarra y decía: Esta no me sale bien, porque desde que me quebraron el homóplato me cuesta". "Le pegan un montón de palos y uno le pega en el homóplato. Después le pegan otro palo en la cabeza y queda tirado al lado de un canalón", narró Ríos.Entonces, el cabo le ordenó levantarse, pero al prisionero no le quedaban fuerzas. Tras la venia del teniente, el suboficial concluyó su tarea criminal: "Le apunta y le hace señas de que se levante con la pistola. El compañero le levanta la mano así... como que no podía. Y el cabo le pega un tiro en la cabeza. Yo no quería creer lo que estaba viendo, pensé que era un simulacro de fusilamiento. Y el compañero que estaba viendo conmigo me dice: No, lo mató, Negro, lo mató... Mirá las convulsiones que tiene en las piernas"."Al rato, el director del penal entra al patio, se acerca a donde estaba el compañero tirado y se agarra la cabeza. Lo alzan de los pies y las manos y veo que la parte de atrás de la cabeza prácticamente no existía y chorreaba sangre. Lo ponen en la camilla y se van, se lo llevan...", alcanzó a completar el testigo antes de que se le nublara la vista y la emoción lo obligara a beber un trago de agua."Después del disparo, me quedó una imagen: se levantaron todas las palomas que había en el patio y casi que oscureció. A eso lo llevo en la mente...". La evocación estremeció al auditorio y coronó un testimonio sólido, que incriminó directamente a los dos ex militares imputados con una serie de datos que también pudieron sobrevivir 34 años en la mente del testigo.

Fuente:

Por Para que NUNCA MAS vuelva la Dictadura Militar, Domingo 15 de agosto de 2010 a las 15:49, 12/08/2010 - Por Alexis Oliva – Prensared en http://www.prensared.com.ar/ 

Investigación “¿Quién es Joaquín Morales Solá?”



He leído con suma atención la respuesta de Joaquín Morales Solá a mi nota-carta que Veintitrés publicó el jueves 26 de diciembre, en la cual refiero, entre otros hechos, la conferencia de prensa que en marzo de 1976 organizó el general genocida Antonio Domingo Bussi, en San Miguel de Tucumán, y a la que, más allá de Morales Solá, asistieron los periodistas Marcos Taire, Renée Salas y Leo Gleizer. Bussi, en esa oportunidad, entregóa Morales Solá un pergamino en el que agradecía "su colaboración en la lucha contra la subversión".

La respuesta de Morales Solá, por su vaguedad, mueve al asombro. Cita el periodista de La Nación el mail que, efectivamente, me envió el 20 de diciembre, un mensaje escueto donde, entre otras cosas, dice: "Lo que no puedo aceptar es el dato deliberadamente falso. Cuando se publicó tu libro sobre Bussi, te llamé no para hablar de pecados de juventud, sino para desmentir categóricamente que yo haya estado en un asado con Bussi en Tucumán. Te dije más aún: en 1976 yo estaba en Buenos Aires y no en Tucumán. Y nunca hablé con Bussi, bajo ninguna circunstancia, cuando estaba en Tucumán. Te pedí que hicieras esa aclaración en la segunda edición, no que sacaras el párrafo. Me extraña que tu memoria sea tan sesgada para el recuerdo de los hechos".Sesgada, frágil y antojadiza parece la memoria de Morales Solá.

Primero, en su llamado telefónico, repito, habló de "pecados de juventud" y me pidió que, en caso de una reedición, suprimiera de mi libro el párrafo en que narro el encuentro con Bussi; recuerdo, incluso, haber comentado el episodio a los directores de Editorial Sudamericana.

Segundo, el pasado jueves 2 de enero, durante un almuerzo con otros periodistas, Marcos Taire volvió a ratificar la presencia de Morales Solá en dicha conferencia de prensa. Tercero, el propio Morales Solá, en una nota publicada en el diario El País, de Madrid, el 24 de marzo de 2001, escribió: "En la triste y absorta madrugada del 24 de marzo de 1976 me tocó cubrir como periodista el ungimiento del prepotente general Antonio Domingo Bussi como gobernador de Tucumán ...". Presumo que si cubrió "el ungimiento" de Bussi no tuvo más remedio que verlo, compartir con él un espacio físico en común, y muy probablemente, pues para eso lo habían enviado, formularle alguna pregunta.No conozco casos de periodistas que realicen coberturas desde una azotea, o metidos en una escafandra. Por lo demás, en tanto el infortunado Morales Solá cubría la asunción de Bussi, decenas de periodistas que habían comprendido que resultaba imposible ejercer su oficio bajo un régimen que tenía como principio amordazar la libertad, eran perseguidos, secuestrados, torturados, asesinados. No recuerdo ningún artículo de Morales Solá denunciando tamaña barbarie.

En su carta a Veintitrés, dice Morales Solá: "La carta que se publicó en su revista circuló previamente por internet y la distribuyeron quienes están interesados en destruir la honra y el prestigio de los periodistas que ejercemos la profesión con claros principios éticos. Lamento que López Echagüe se haya prestado, voluntaria o involuntariamente, a esa maniobra".Un párrafo, en fin, que exhala estrambótica paranoia.

En principio, no se trata de una carta, sino de un artículo que tardíamente publicó el semanario Brecha, de Montevideo. Luego, ¿a qué maniobra se refiere Morales Solá? ¿No cabe en su cráneo la posibilidad de que alguien, ajeno por completo a intereses políticos o económicos, desprovisto del sostén que siempre otorga la pertenencia a un medio de comunicación, redacte un artículo teniendo por todo apoyo sus ideas, informaciones y convicciones? ¿Cada una de las palabras que formula una persona responde, invariablemente, a una campaña, a una maniobra? Apostaba un poco más a su capacidad de discernimiento. La existencia de una maniobra o campaña presupone la existencia de alguien que la dirija, que la haya elucubrado. A mí no me dirige nadie; cada uno de los libros y artículos que he escrito a lo largo de me vida responde a una serie de convicciones, ideales y principios humanos y éticos que nunca jamás hice a un lado, conducta, en suma, que me ha llevado a perder el empleo en más de una oportunidad. Conducta, digamos, que a Morales Solá, habituado a trabajar alegremente ora bajo una dictadura, ora en un sistema democrático, debe de resultarle extravagante.

Tuve la buena fortuna de comenzar a dar mis primeros pasos en el periodismo de la mano de Tomás Eloy Martínez, escritor y periodista que respeto y admiro. Solía decirme él: "Lo que escribo es lo que soy, y si no soy fiel a mí mismo no puedo ser fiel a quienes me lean".Mis lectores, pues, saben muy bien quién soy. Hagamos a un lado, por un momento, el término prestigio, pues en este país, sabemos, el prestigio de buena parte de los periodistas prestigiosos se ha construido a partir no ya del talento y del compromiso con la verdad, sino merced al sutil encadenamiento de influencias, provechosos silencios y, a menudo, relaciones inconfesables. No se puede ser periodista ocho, diez horas al día, y, luego, contertulio del poder.¿De qué periodismo independiente puede hablar Morales Solá, hombre que, en los inicios de los ochenta, solía tener como informante a Guillermo Cherasny, entonces oficial de Inteligencia de la Marina? Si acaso no lo recuerda, sus encuentros en el Florida Garden, Paraguay y Florida, eran habituales. ¿Con qué autoridad puede hablar sobre ética periodística un hombre que ofició de escriba de los militares genocidas en los diarios La Gaceta y Clarín, periódicos que, cabe recordar, recibieron de brazos abiertos a Bussi, Videla, Agosti, Massera y sus feroces grupos de tareas? Si ejercer el oficio de columnista político durante la dictadura, sometiéndose sin rodeo alguno a censuras, engañando, ocultando información, ya comporta una conducta digna de reproche, más llamativo resulta que el crecimiento de Morales Solá como periodista hubiera ocurrido, precisamente, al amparo de los dictadores.

En fin, el melancólico propósito de Morales Solá de presentarse hoy como paradigma del periodismo independiente y albacea de los principios éticos, suena a insulto, a burda ocurrencia. Equivale, por ejemplo, a considerar a Carlos Menem como el hacedor de un país digno, justo y soberano. La cuestión, estimado Morales Solá, es muy sencilla. El que quiere honra, ha escrito García Lorca, que se porte bien. Y el ocultamiento de la verdad, la sumisión a los dictados de militares genocidas y las amables tertulias con políticos corruptos, en particular cuando de periodismo y periodistas estamos hablando, no son, creo, los caminos más adecuados para alcanzar la honradez. El prestigio, hoy, es más fácil ganarlo. Basta hacer a un lado la independencia periodística y convertirse en fiel empleado de un medio de comunicación afecto al vaivén, al romance con el poder de turno, o, como ocurrió en las semanas previas al golpe de marzo de 1976, al más desfachatado de los golpismos. Por último, la honradez y la ética no se enuncian, se practican. La honradez es una virtud que solamente adquiere vuelo e identidad con el correr del tiempo, y nunca jamás a partir de su mera enunciación.

El hombre que desde el llano solemnemente se declara honrado, incurre en un atrevimiento, pues su honradez no puede ni debe ser declarada, sí, en cambio, advertida, admirada y celebrada, pero no por él sino por el otro, por el vecino, y, en el caso que nos compete, por los lectores. Todo es cuestión de tiempo. Morales Solá necesitó un buen puñado de años para caer en la cuenta de que la madrugada del 24 de marzo de 1976 fue triste; lapso similar precisó para cobrar coraje y anteponer el amable adjetivo "prepotente" al infausto apellido Bussi. Los periodistas, me atrevo a colegir, no somos historiadores; debemos llamar a las cosas por su nombre, no años después, sino en el momento en que los acontecimientos ocurren. Si un régimen nos lo prohíbe, o si nos asalta el miedo, entonces más sensato, y, por sobre todas las cosas, más digno y plausible, es procurar fortuna en otro oficio. No me anima el propósito de entablar una polémica exclusiva y personal con Morales Solá. Todo lo contrario. Sería en extremo útil e interesante que este diálogo epistolar cobrara la forma de debate abierto y franco acerca del papel que ha tenido el periodismo, los periodistas, en los últimos 25 años. Sus relaciones con el poder, sea este dictatorial o democrático; sus responsabilidades, sus omisiones; los principios éticos, la independencia, la libertad de expresión y la libertad de empresa; los monopolios, etc. etc. Mucho se ha discutido sobre las responsabilidades de la Iglesia, de las Fuerzas Armadas, de la dirigencia política y sindical en el lamentable estado de cosas que padece el país. Y el periodismo, ¿qué? Morales Solá ha puesto el dedo en la llaga.

Atentamente Hernán López Echagüe.


Fuente: Por Juicio, castigo y carcel común a los socios civiles de la dictadura militar el El Domingo, 15 de agosto de 2010 a las 14:39.

Carta aparecida en revista Veintitrés en diciembre de 2.002

domingo, 15 de agosto de 2010

El Chicho, el Frente Sandinista y Cristina frente a “los medios”

Cada vez que escucho a la derecha quejarse de “6-7-8” vuelvo a formularme la misma pregunta: ¿no tiene derecho a defenderse un proyecto transformador? ¿No es precisamente quitándonos ese derecho como siempre se han fracturado las experiencias de cambio? Por ejemplo, la guerra de los medios al gobierno del Chicho Allende era descarada y brutal, pero tanto él como sus seguidores estaban atados de pies y manos para combatir infamias y mentiras. Durante esa época, compartía mis días escolares con niños de la clase alta de Santiago y cotidianamente los veía despreciar todo lo chileno y exaltar todo lo extranjero -incluido lo argentino-. Un día de fiesta en el colegio, mi viejo se acercó hasta mi grupo de compañeros y con fingida ignorancia le preguntó a esos pibes petulantes qué pensaban de “ese señor Allende”. Los cogotuditos estaban felices de largar toda la mierda que tenían atorada contra “el roto” del presidente. A mí, el examen me parecía insostenible: íbamos a ser descubiertos de un momento a otro y ya calculaba la distancia desde el aula hasta el portón de salida. Pero mi educación semiológica me inducía al error. Mis tíos y mi propio padre me habían enseñado a desconfiar de la tele: cada vez que “el muchachito” del clásico western iba a abrir la boca, ellos se adelantaban y decían la frase exacta que los guionistas hollywoodenses ya habían escrito millares de veces. En aquel entonces, yo creía que esos niñitos estaban igual de preparados para resistir el bombardeo mediático. Pero ese día descubrí que era al revés: ellos estaban -por usar un término actual- “formateados” por los comunicadores. Decían las mismas cosas que la cantinela difamante de los medios repetía mañana, tarde y noche: Salvador Allende era, poco más o menos, un usurpador. Y muchas veces me pregunto qué habrá sido de ellos luego del infame período pinochetista, cuántos habrán descubierto el truco, cuántos se lo habrán pasado sin digerir a sus propios hijos. La segunda vez que me topé aguda y masivamente con la misma problemática fue hacia finales de la primera experiencia sandinista. Todos los días, “la contra” masacraba jóvenes nicaragüenses en la frontera con Honduras, pero nunca hubiera podido enterarme de ello leyendo La Prensa. Para el diario de Violeta (“la viuda” de) Chamorro lo único realmente grave que sucedía era que, bajo el sandinismo, no se podía opinar libremente. Curiosamente, el diario de la aristocracia nica destilaba veneno y falsedad en cada una de sus páginas, y muchos nos preguntábamos si valía la pena permitir tamaña obscenidad mientras el país sufría una agresión militar financiada por los gringos. Todavía me lo pregunto: ¿cuántos años retrocedió Nicaragua desde que Chamorro desplazó al FSLN utilizando “la prensa”, cuántas generaciones se perdieron? Los mártires que cayeron combatiendo al somosismo, ¿no merecían más audacia y creatividad frente a la cacareada “libertad de empresa”? Finalmente, nuestro presente argentino de hoy vuelve a llevarme a las mismas cuestiones y a parecidas preguntas. Cada tapa de Clarín, cada editorial de La Nación, cada embestida de TN ó Radio Mitre, ¿no son un reconocimiento explícito de que no saben, no pueden y, sobre todo, no quieren vivir en un país democrático? Vivimos, lo sepamos o no, permanentemente jaqueados por el odio oligarca. Pestilencias semejantes trituraron las experiencias de Chile y Nicaragua. En resumidas cuentas, en la Ley de Medios vive una parte nada desdeñable de nuestro futuro. Está en juego “la superioridad de la palabra”, esa que puede hacernos libres sin que lo demás importe nada.

Carlos Semorile.

http://carlossemorile.blogspot.com/

Internacional: “El Plan Piñera y la reivindicación social y comunitaria”



El gobierno chileno ha inaugurado un plan para combatir lo que ellos llaman delincuencia y que sin intentar averiguar las causas de la situación para buscar soluciones (Bueno, no podemos pedirle peras al olmo) se basa en un reforzamiento de la represión contra la ciudadanía, con el aumento de la dotación policial en alrededor de 15 mil carabineros y policías civiles y si consideramos que se puede pagar a un policía una baja suma de 300 mil pesos mensuales, sin contar los fabulosos sueldos de los oficiales, esto es el equivalente de unos 600 dólares, tenemos que por mes habrá que disponer de cuatro mil quinientos millones de pesos (4.500.000.000) o sea 9 millones de dólares, por año 54 mil millones de pesos (54.000.000.000) o 118 millones de dólares y en el período contemplado hasta 2004 serán doscientos dieciséis mil millones de pesos (216.000.000.000), esto es, 472 millones de dólares. Tampoco es tanto dinero, casi sale barato, sin embargo hay que contemplar dotación de logística e infraestructura: armas, vehículos, computadores, celulares, alimentación, vestuario, gasolina, energía, edificaciones y varios.

Por ello hay que hablar de unos mil millones de dólares, en un país destruido por el terremoto, el tsunami y la depredación empresarial, caracterizado por la desidia en la entrega de soluciones, por ejemplo, en Talcahuano y caletas adyacentes, la población ha estado reclamando por la ausencia de respuestas después de casi medio año de la catástrofe que dejó alrededor de 2 millones de personas, entre chilenos y mapuche, damnificadas. Los estudiantes secundarios piden mayor atención a la educación pública, el rector de la Universidad de Chile solicita mayor atención a la educación universitaria estatal, los deudores hipotecarios y sin casa exigen soluciones, los trabajadores piden mejores salarios, cientos y cientos de funcionarios públicos son despedidos, los mapuche solicitan aumento de los montos para la entrega de sus tierras, en fin, en un país donde los indicadores económicos son manipulados para ofrecer una imagen de bonanza, esta inversión aparece como descabellada y más aún cuando no se tocan las causas: la precariedad del trabajo, el aumento de la exclusión, la paralización de las pensiones, la superexplotación de los temporeros y la ausencia de alternativas para la enorme proporción de juventud que compone la población, por sólo enunciar algunas.

Por otra parte los pilares de la nueva política criminal del gobierno empresarial-militar son, entre otros, los siguientes:

Primero:

Mezcla hábilmente asuntos policiales llamados de delincuencia común y narcotráfico con violencia familiar y violencia contra los hijos, con el objetivo de ganar simpatías morales y apoyo en la pequeña burguesía o capas medias fluctuantes que oscilan entre la simpatía al cordón creciente de población excluida y marginada y la demagogia gubernamental. Colocando todo en el mismo paquete se pretende reforzar los argumentos para la escalada represiva que se avecina.

Segundo:

Se refuerza la red contrainsurgente de contención civil y de criminalización de la protesta, ''enriqueciendo'' la Ley Antiterrorista heredada de Pinochet y aplicada alegremente por los gobiernos ''democráticos'' de la Concertación, en especial por la blanca paloma de la señora Bachelet, por lo que han justificado su aplicación por parte de este gobierno de derecha. Obviamente se intensificarán las acciones represivas contra los comuneros Mapuche en el sur. Dos importantes modificaciones serán incorporadas, las figuras del informante y del agente encubierto, o sea, se estimula la delación y el soplonaje por una parte y la infiltración de agentes por la otra.

Tercero:

La represión se hará explícitamente contra los que consumen alcohol y drogas, o sea, habrá más mano dura contra los consumidores que contra los proveedores, lo que permite abrir el abanico represivo hacia el conjunto de la población mediante apretar el cerco contra los barrios populares y periféricos de las ciudades, lo que contribuye al aislamiento y desprestigio de la gigantesca capa excluida y marginada que aumentó notablemente tras el fenómeno telúrico. Para ello se crea la figura del ''encargado de barrio'', dependiente directamente del Ministerio del Interior, una figura omnipotente responsable de centralizar y coordinar a los soplones, paniaguados, agentes y demás componentes de la red represiva.

Cuarto:

Se han seleccionado ni más ni menos que 100 barrios para el ''tratamiento'', comenzando con 33 de ellos. La cantidad de allanamientos, detenciones, redadas y controles vehiculares estará allí a la orden del día.

Por otra parte se verifica una aproximación y confluencia entre sectores sociales y comunitarios que reivindican diferentes derechos al gobierno, por lo que no es extraño ver entre los estudiantes secundarios, universitarios, sindicalistas y organizaciones de lucha por la vivienda, entre otras, el apoyo a la lucha mapuche por el territorio, así como entre estos últimos se extiende la preocupación también por los derechos negados del pueblo chileno. La situación de los presos políticos mapuche, aunque silenciada por los medios, ha sido motivo de grandes simpatías y participación en diferentes movilizaciones en varias ciudades, de distintos sectores ciudadanos, ya no sólo juventud como en años anteriores, sino que ahora es perceptible la incorporación de otras categorías sociales, especialmente mujeres, trabajadores y población de barrios pobres.

Ello debería llevar a una mayor aproximación y reflexión conjunta de los sectores cuyos derechos y necesidades son conculcados por el sistema y el actual gobierno, lo que sumado a la extensión y profundización de la depredación de la naturaleza, que ya alcanza límites inverosímiles, debería resultar en un intercambio y encuentro de las organizaciones y movimientos sociales y comunitarios con sectores ecologistas, académicos, artistas, profesionales e intelectuales para evaluar y analizar en conjunto el sentido que tiene celebrar un Bicentenario que no tiene asidero en la verdadera historia y que sólo resultó en la agresión y ocupación del pueblo mapuche junto a la exclusión de la mayoría de la población chilena. El Bicentenario en realidad es sólo una fiesta de la oligarquía, los empresarios y los militares.

Los Mapuche han convocado a constituir un referente social y comunitario junto a los chilenos que levante los derechos negados de la ciudadanía, por lo que es de esperar que en plazos breves aumente el coro de respuestas y podamos contar con un petitorio ciudadano que congregue las mejores sensibilidades y las necesidades de la mayoría de la población.


Fuente: Informativo indígena Mapuche, Chile - www.mapuexpress.net / Grupo de Trabajo por Derechos Colectivos.

Documento: "Conciencia y lucha popular"

El hecho de que los trabajadores como clase social subalterna, que está llamada a derrotar al capitalismo y consecuentemente a instituir las bases de otra sociedad, no cambia el hecho de que, en esta actualidad, puedan ser inoperantes y hasta cómplices del reformismo político bajo la tutela neoliberal el que, además, los cuestiona, los sojuzga y los somete a otros designios. Entonces, la conciencia de clase de los trabajadores implica, a la luz de las experiencias históricas de nuestros pueblos, una organización política que esté en condiciones y a la altura de desarrollar las estrategias políticas tendientes a la emancipación de las mayorías del yugo al que los condenó el neoliberalismo para construir una sociedad basada en la primacía del derecho a la vida de todos. En ese sentido, organización significa una clara ideología de clase y, desde ahí, la lucha por el poder de decisión en todos los niveles. Precisamente, estas necesidades son las que hacen urgente que los trabajadores asuman el poder de decisión y cuando lo hacen es la propia ideología la que, paulatina y gradualmente, se convierte en sentido común, en otra razón y el dominio de las mayorías se hace real.

A su vez, un importante hecho político, que profundiza en la toma de conciencia de clase por parte de los trabajadores, es precisamente el surgir de ciertos movimientos y regímenes políticos nacionales, soberanos y populares que, paulatina y gradualmente, alteran considerablemente nuestra realidad como trabajadores. Por ejemplo, en un régimen de esas características, si analizamos qué explica la urgencia de los nuevos cuadros, líderes, dirigentes y otras organizaciones militantes, es que mientras ese régimen político se desarrolla y consolida por el tejido social, es decir, en la medida en que deriva en una mayor representación, movilización y participación de los trabajadores, de los sectores y la cultura popular, implica la generación de un debate de ideas, de principios y valores. Se revierte lo que sucede en los ’90, en pleno neoliberalismo porque, esta vez, el estatus de la discusión política e ideológica está en alza al tiempo que los debates, en todas las organizaciones que componen el régimen, se amplían considerablemente. En realidad, estos múltiples procesos de toma de conciencia y de participación política de los trabajadores que implican la instauración de los regimenes nacionales y populares, solo nos demuestran que existen dos maneras de entender la política, es decir, una en la que simplemente ésta es pensada y definida como administración de recursos escasos de la actividad económica y la otra que le agrega la decisión de transformar y de alterar la realidad redistribuyendo los diferentes recursos.

Si hay algo que caracteriza precisamente la etapa de transición política iniciada a principios del siglo XXI en la parte sur de Latinoamérica, en países como Argentina o Bolivia, Ecuador y Venezuela, es justamente la decisión política de avanzar en la reconstrucción de esos países a través de una mejora sustancial de la calidad de vida de los trabajadores lo que, necesariamente, se refiere a la ampliación de derechos, la independencia y soberanía política y económica. Por otro lado, claro está que cuando los trabajadores, a través de sus dirigentes y movimientos, organizaciones e instituciones que representan de manera más fiel sus propios intereses, construyen un proyecto político alternativo, que conmueve las estructuras tradicionales del régimen político y del mismo Estado, los defensores del estatus quo necesariamente reaccionan, con mayor o con menor crispación, a medida que les tocan sus granjerías, sus privilegios y sus intereses objetivos, subjetivos o simbólicos.

¿Cambio de época, de nuestra lógica y de los paradigmas dominantes? Todo eso y mucho más porque, de manera progresiva, vamos recuperando el horizonte del ascenso social, de una mayor igualdad en todos los ámbitos, de progreso, crecimiento y desarrollo que beneficia a todos en la medida en que ese crecimiento se basa en el trabajo, y sobre todo, en el derecho a contarnos nuestra propia historia. Hoy, en este cambio de época, tenemos un régimen político mucho más democrático porque crea conciencia en los trabajadores de sus propios derechos como tales, porque es un régimen más participativo. En ese contexto, se amplía el debate de las ideas y de los proyectos de país. En consecuencia, los regímenes políticos alternativos son capaces de generar otros espacios de participación. Por eso, la nueva generación de trabajadores tiene otra ética, otros valores implícitos, como el de la democracia como régimen de convivencia, el respeto por las instituciones, por los derechos humanos o la administración con equilibrio e incluso superávit fiscal. En el caso concreto de Argentina, la cuestión también pasa por una redefinición de la idea de peronismo como movimiento e ideología política, es decir, por la continuación de un nuevo movimiento nacional, soberano y popular donde todos nos nutrimos de este movimiento mientras que, la principal actividad de los dirigentes, una de las funciones que tienen esos conductores, es precisamente actualizar la doctrina de Perón.

Lo que tiene que unir a los sectores populares es la fuerte vocación de no quedarse a sostener los derechos y las conquistas logradas sino que, en primer lugar, hay que defenderlas para profundizarlas y radicalizarlas. Esa es la característica de cualquier intento de renovación, de intentar consolidar un proyecto que no se estanque, de poder hacer de la (r) evolución un proceso permanente y cotidiano. Lo que propongo en ese contexto es más peronismo lo que, a su vez, implica profundizar en la igualdad y en la inclusión de todos. El necesario debate político, de las ideas de la renovación, se relaciona que, como peronistas y representantes de los sectores populares en general, hay que plantearse si queremos que, en definitiva, un par de corporaciones trasnacionales manejen el país o si buscamos profundizar este modelo, que es nacional y popular, y que progresivamente van gestionando los trabajadores.

Desde una perspectiva histórica, la profundización y la consolidación de un régimen político inclusivo y popular, humanista desde sus bases, tiene que incluir necesariamente, política y estratégicamente, al peronismo como movimiento simplemente porque en éste su denominador común es la lucha por los derechos de los que menos tienen. En cambio, algunos sectores del progresismo, siempre tan académicos, esquemáticos y dogmáticos, con sus verdades siempre objetivas, absolutas y reveladas, para quienes nunca están dadas las condiciones del cambio y de las necesarias transformaciones que cambien radicalmente nuestras vidas, esos que siempre están hablándonos despectivamente de populismos, siempre parecen estar más preocupados por defender a las corporaciones económicas antes que apoyar críticamente los diversos procesos políticos populares que buscan allanar nuestros campos con las semillas de una nueva conciencia de los trabajadores.

Por un lado, estamos los que adherimos al proyecto popular, nacional, de inclusión y de creación de nuevos derechos y otras garantías para los trabajadores y la inversión de capitales productivos y, por otro lado, tenemos el neoliberalismo para quien la economía no es un sistema de relaciones entre los hombres, tejido al interior del espacio nacional, sino que es un segmento del mercado estructurado bajo la forma del sistema comercial global, por lo que es ese mismo mercado global el que determina la asignación de los recursos y la distribución del ingreso en el ámbito nacional a través de leyes mediatizadas que profundizan nuestra dependencia en relación a los actores centrales que controlan el sistema comercial globalizado. Respecto de los medios, el neoliberalismo supone la incapacidad de los recursos humanos propios de cada país para gestionar los conocimientos avanzados y la insuficiencia del ahorro y del capital interno para financiar la acumulación de capitales necesarios para sostener nuestro desarrollo y crecimiento a través del tiempo. Entonces, a partir de estas directivas, es inviable un desarrollo industrial que incluya las actividades de la frontera tecnológica en un entramado integrado, nacional y más competitivo. En esas circunstancias, el único y mejor de los destinos posibles para nuestros países, sería continuar siendo exportadores de materias primas en general profundizando, aún más, los términos de intercambios desiguales entre nuestros países periféricos y los centrales. La política macroeconómica neoliberal es consistente con esta estrategia de desarrollo y el supuesto de la insuficiencia de los recursos propios. Por eso mismo, la relación entre el tipo de cambio de equilibrio desarrollista, que favorece la competitividad de la producción nacional de bienes, productos y de servicios transables, es decir, sujetos a la competencia en los diversos mercados globales, no tiene importancia alguna. En fin, la política económica, desde la postura de los neoliberales, simplemente se limita a transmitir ciertas señales amistosas a los mercados que, a través de su automatismo, son los que tienen la última palabra.

Por lo tanto, está en las antípodas del paradigma y los valores de los neoliberales, la formación de una estructura productiva integrada y abierta, que sea capaz de gestionar de la mejor manera el conocimiento socialmente producido, generar empleo a niveles crecientes de productividad y mantener una relación simétrica, no subordinada con el sistema comercial globalizado. En ese contexto, la política de los regímenes populares busca fortalecer la competitividad de la producción nacional que se encuentra sujeta a la competencia de los mercados globales y, al mismo tiempo, intenta abrir espacios de rentabilidad, que retenga el ahorro interno en la ampliación y transformación de la capacidad productiva para promover la estabilidad razonable de los precios. Bajo esta perspectiva, es esencial el equilibrio de las finanzas públicas y la reducción de la deuda a niveles manejables con los recursos propios. Las otras opciones, la neoliberal, no tiene posibilidades, reales y concretas, de traer satisfacción a las necesidades más urgentes de los trabajadores y por eso, a fines del 2001, bajo la monarquía de De la Rúa en Argentina y posteriormente en algunos países latinoamericanos vecinos, explotó el modelo de apertura y liberalización comercial y económica, el régimen de negación de la política y de las acciones y reacciones de los actores políticos de modo que actualmente, las acciones de cada uno de nuestros gobiernos llevan a querer involucrarse en la medida en que la misma política es vista, desde ahora, como una herramienta de transformación y eso crea conciencia en los trabajadores.

Entonces, en este nuevo contexto de gobiernos nacionales y populares que reivindican la acción política a través de la toma de conciencia de los trabajadores y la movilización de nuevos actores sociales y políticos, sucede que en relación a los sectores opositores, es decir, de la oposición a los gobiernos más comprometidos políticamente con los cambios radicales, se compone de un núcleo duro formado por políticos más o menos miserables, de poca y nula memoria sobre sus acciones en el pasado neoliberal, que defienden los intereses de empresarios poderosos, mientras hacen de extras del poder dominante. Pasaron los años pero igual tienen que tener cuidado porque quedó la memoria a pesar de la desmemoria de ellos. Por lo tanto, no hay más lugar para el equívoco porque ya no hay ninguna excusa para seguir dudando. De aquí en más, se trata de elegir el país en el que queremos vivir. En este contexto político de cambios y transformaciones, ¿cuál es el principal error estratégico que cometen los sectores opositores a los regímenes más radicales? El error fundamental es haber creído que se enfrentaban a un gobierno cuando, en realidad, se enfrentan a un cambio de época, de paradigma, un proyecto de país y la formación de un régimen político que, en sus antípodas, busca superar la naturaleza capitalista del Estado nacional. No entienden que los diversos cambios, políticos, económicos y sociales, que la nacionalización del gas y del agua en Bolivia o el sistema de poder popular en Venezuela, que la Asamblea Constituyente de Ecuador, en su momento fueron hijas de una época, no sólo de una gestión de gobierno. De todas maneras, con la oposición y sus acciones, perdió la política porque ellos perdieron la posibilidad de confrontar entre pares democráticos. Pero, esto nos demuestra, una vez más, que ellos en verdad no son democráticos porque sus convicciones políticas, sus razones no lo son, porque siempre trabajaron y accionaron desde las sombras en la defensa de su modo de país excluyente y elitista.

Así, a expensas del modo de país excluyente que siempre plantearon los dominantes, en la actualidad se imponen los intereses de los trabajadores mientras sus propios líderes, dirigentes y presidentes, los trabajadores, todos y cada uno de nosotros, nos movilizamos y participamos para conquistar nuevos horizontes. Ya no hay dudas ni vacilaciones a la hora de decidir sobre el futuro de todos mientras que la derecha, al mismo tiempo, cada vez tiene más problemas para movilizar su propia capacidad de daño a los regímenes nacionales y populares. Como todo es dialéctico, ante la fragmentación de su tropa y de sus fuerzas, ante la ausencia de un liderazgo fuerte tras el cual aglutinarse, ante la falta de programas y de proyectos políticos viables y creíbles, su tronco autoritario choca de frente contra las políticas de un modelo de desarrollo inclusivo, popular y democrático que demostró que es sumamente eficiente a la hora de dinamizar la economía, de hacer crecer el consumo y el ahorro interno, desarrollar y hacer crecer la industria y hasta construir parámetros de igualdad y de equidad social reparando décadas de olvido, de frustraciones, derrotas, ignorancia, arrogancia y abandono. Desde esa perspectiva, entonces, la eficiencia de los regímenes políticos populares, nacionales y soberanos, está directamente relacionada con el crecimiento, con la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los trabajadores, con las posibilidades de generar empleo genuino y con la propia redistribución de la riqueza, que es socialmente producida, y el ingreso (1)

En ese contexto político, las medidas para avanzar sobre el reparto y la distribución de la riqueza a favor de los trabajadores, son medidas y políticas de tipo económicas que necesariamente son dictadas por el régimen político y defendidas por los actores y organizaciones representativas de los trabajadores, porque gravitan e influyen, de manera más que decisiva, sobre la distribución del ingreso y la calidad de vida y bienestar de las mayorías. La distribución de la riqueza, entonces, mejora tanto por la vía de los precios, es decir, por un mejor poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores como por la vía de aplicar políticas que disminuyan considerablemente el desempleo, siempre tendiendo al pleno empleo de la fuerza de trabajo, como medida prioritaria. Porque, en realidad, las políticas del pleno empleo, del crecer con equidad e igualdad, son la base para mejorar la distribución de la riqueza a favor de los propios trabajadores porque la alta complejidad que adquieren hoy nuestros regímenes políticos tiene ver con la diversificación, es decir, con un proceso de producción nacional con más participación de trabajadores calificados, con productos y bienes de mayor valor agregado, con conocimientos y aplicación de éste a través de la tecnología lo que, en definitiva, hace necesario aumentar los salarios. Por lo tanto, en ese contexto político y económico, social y cultural abierto por los regímenes populares, que hacen hincapié en la defensa de la producción nacional, una mejor distribución del ingreso se corresponde con una mayor diversificación y alta innovación con valor agregado. Entonces, el freno a la distribución de la riqueza atenta directamente contra un modelo productivo nacional que aproveche, de la mejor manera, los recursos de nuestros países. Sin embargo, cuando en el proceso productivo la participación de la fuerza de trabajo, de los trabajadores, es marginal, quienes controlan la renta, ya sea agropecuaria, minera, forestal, industrial (…) tienen mayor posibilidades de apropiarse de los beneficios producidos y el régimen se vuelve mucho más inequitativo en contra de los trabajadores y a favor del capital.

Lo que exaspera a los sectores de clara oposición al modelo nacional y popular es una economía que funciona, que construye, que crece, que no tiene otra moldura más que la justicia y la equidad social, pero que no respeta ningún patrón que no sea la propia voluntad popular. Entonces, las grandes corporaciones se sienten fuera del juego de la dominación política al que controlaron siempre a través de políticos dóciles y así, el poder económico monopólico y transnacional, intenta seguir disciplinando a los trabajadores aunque, en muchos de nuestros países, ya no cuenta con el instrumental suficiente y necesario para lograrlo. En otras palabras, no tienen líderes creíbles ni proyecto solo un tremendo odio y resentimiento contra la cultura y los intereses populares porque, de ahora en más, los trabajadores empiezan a tomar real conciencia del rol histórico que les corresponde como mayorías.

Autor: Alfredo Repetto.

Notas:

(1) En Argentina, la mayor y mejor participación de los trabajadores en el reparto del ingreso nacional se alcanzó en el año 1954 cuando llegó al 51%. Por el contrario, cayó a su piso más bajo en el ocaso de la última dictadura y tras la crisis social, política y económica que eclosionó a fines de diciembre del 2001, cuando apenas superaba el 20 %. Sin embargo, en los primeros años del siglo XXI, durante la presidencia del matrimonio de los Kirchner, el sector de los trabajadores recuperó decididamente terreno para intentar regresar al “cincuenta y cincuenta” en la distribución de la riqueza que se alcanzó durante los primeros gobiernos de Perón. Además, hacia fines de la última dictadura militar se evidenció la mayor regresión en la participación de los trabajadores.



Referencias bibliográficas:

Giles, Jorge: “La mesa chica del viejo poder” en Miradas al Sur de la edición del 8 de agosto del 2010.

Recalde, Mariano: “Hay que profundizar las conquistas logradas” en Miradas al Sur de la edición del 8 de agosto del 2010.

Verduga, Demián: “Recupero la convicción de los ‘70” en Miradas al Sur de la edición del 8 de agosto del 2010.

Diehl, Santiago: “Cambio cultural” en Miradas al Sur de la edición del 8 de agosto del 2010.

Larroque, Andrés: “Ladran Sancho…” en Miradas al Sur de la edición del 8 de agosto del 2010.

Arroyo, Daniel: “Es el momento de reducir la desigualdad” en Revista Argentina Económica de la edición del 8 de agosto del 2010.

Granata, Gabriela: “Argentina, cada vez más cerca del empate social” en Revista Argentina Económica de la edición del 8 de agosto del 2010.

Ferrer, Aldo: “La política macroeconómica de vivir con lo nuestro” en Revista Argentina Económica de la edición del 8 de agosto del 2010.

Historia: “Cartas entre Juan Domingo Perón y el Comandante Fidel Castro”



NOTA DEL EXCMO. Sr. Presidente de la República Argentina

Tte. General Juan Domingo Perón

(24 de febrero de 1974)

Excmo. Sr. Primer Ministro República de Cuba. Comandante Fidel Castro

Estimado amigo:

Justamente hoy se cumplen 28 años del día en que asumí la Primera Magistratura del país, dando un paso en la evolución con un Movimiento Revolucionario basado en la Justicia Social. Movimiento que perdura en el tiempo y en el espacio, puesto que nuevamente, pese a mis años, estamos firmes resolviendo el futuro de nuestra Patria, buscando salvarla del desastre en que un desgobierno de dieciocho años la ha sumido.

Al frente de esta misión de amistad les envío al amigo sr. Gelbard, nuestro ministro de Economía, que tiene el encargo de darle un fuerte abrazo de mi parte, junto con mis saludos y también testimonio del profundo agrado que sentimos por la apertura práctica entre nuestros pueblos. En todas las clases de relaciones humanas, la verdadera fraternidad se demuestra no con palabras, sino con hechos fehacientes. Nosotros, los Justicialistas, tenemos un aforismo que dice: «Mejor que decir es hacer, y mejor que prometer es realizar».

¡Cuba y Argentina lo están demostrando en la práctica!

Las Revoluciones no pueden ser idénticas porque tampoco todos los pueblos son iguales, ni todos los pueblos tienen la misma idiosincrasia. Es preciso que cada uno actúe dentro de su soberanía con sus propios métodos.

Pero es indudable que la necesidad de una Unidad Latinoamericana será la única posibilidad de Libertad real para nuestro Continente. A esa meta debemos concurrir todos de inmediato, para poder elevar nuestra voz con seguridad y respaldo en el seno de ese Tercer Mundo que garantizará nuestro desarrollo futuro y la libertad en lo económico, político y social.

Tanto Ud. amigo Fidel, como yo, llevamos muchos años de permanente lucha revolucionaria. Ello otorga una experiencia invalorable que es preciso transmitir a la Juventud, para evitarle atrasos que se pagan siempre con dolor y sangre, inútilmente. La puja viril de la vida joven, para rendir verdaderos frutos a la Patria, debe ir acompañada de la cuota de sabiduría que otorga la experiencia.

La responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros no es ya la de realizar lo que nuestros ideales concibe como lo mejor para su Pueblo, sino enseñar a nuestros descendientes a consolidarla. Para ello, tenemos dos caminos: Tiempo o Sangre.

Tiempo, sobra. La Historia nos enseña cómo los excesos vuelven finalmente a su cauce habitual.

Sangre, falta. Puesto que somos un Continente descapitalizado que precisa su puesta en marcha por medio de la Unidad Fraternal, donde los intereses individuales sean considerados y respetados, cuando los mismos no afecten a la Comunidad Latinoamericana; y en ese desarrollo necesitaremos aumentar al máximo los habitantes en el Continente.

¡En fin! Todo esto quiere decir que la tarea no se termina mientras uno viva. Pero bien vale la pena vivir y morir por un ideal que trascienda a los Pueblos.

El señor Gelbard le contará cómo marchan nuestras cosas y confío en que todo marchará bien. Reciba un cordial saludo y mi afecto sincero.


¡Un gran abrazo!

Respuesta de S. E. el Sr. Primer Ministro de la República de Cuba

Excmo. Sr. Presidente de la Nación Argentina teniente general Juan Perón

Estimado amigo:

Ha sido para mí extraordinariamente agradable recibir de manos del Ministro doctor Gelbard su amistosa carta, redactada –como usted lo recuerda- en fecha grata y memorable para usted y su país, que coincide casualmente con una fecha muy venerada por los cubanos, el día del inicio de la última contienda por la independencia frente al poder español, el 24 de febrero de 1895.

Quisiera expresarle en cuánto apreciamos esta misión de amistad que ahora trabaja entre nosotros y el hecho de que a su frente venga el Ministro doctor Gelbard, que tan importante papel ha jugado en el desarrollo de nuestras relaciones en cumplimiento de los principios por usted enunciados.

Consideramos la visita importante en sí misma, pero además no dejamos de ser sensibles al momento preciso en que se ha realizado y su coinc

Tanto Ud. amigo Fidel, como yo, llevamos muchos años de permanente lucha revolucionaria. Ello otorga una experiencia invalorable que es preciso transmitir a la Juventud, para evitarle atrasos que se pagan siempre con dolor y sangre, inútilmente. La puja viril de la vida joven, para rendir verdaderos frutos a la Patria, debe ir acompañada de la cuota de sabiduría que otorga la experiencia.

La responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros no es ya la de realizar lo que nuestros ideales concibe como lo mejor para su Pueblo, sino enseñar a nuestros descendientes a consolidarla. Para ello, tenemos dos caminos: Tiempo o Sangre.

Tiempo, sobra. La Historia nos enseña cómo los excesos vuelven finalmente a su cauce habitual.

Sangre, falta. Puesto que somos un Continente descapitalizado que precisa su puesta en marcha por medio de la Unidad Fraternal, donde los intereses individuales sean considerados y respetados, cuando los mismos no afecten a la Comunidad Latinoamericana; y en ese desarrollo necesitaremos aumentar al máximo los habitantes en el Continente.

¡En fin! Todo esto quiere decir que la tarea no se termina mientras uno viva. Pero bien vale la pena vivir y morir por un ideal que trascienda a los Pueblos.

El señor Gelbard le contará cómo marchan nuestras cosas y confío en que todo marchará bien. Reciba un cordial saludo y mi afecto sincero.

¡Un gran abrazo!


Respuesta de S. E. el Sr. Primer Ministro de la República de Cuba

Excmo. Sr. Presidente de la Nación Argentina teniente general Juan Perón

Estimado amigo:

Ha sido para mí extraordinariamente agradable recibir de manos del Ministro doctor Gelbard su amistosa carta, redactada –como usted lo recuerda- en fecha grata y memorable para usted y su país, que coincide casualmente con una fecha muy venerada por los cubanos, el día del inicio de la última contienda por la independencia frente al poder español, el 24 de febrero de 1895.

Quisiera expresarle en cuánto apreciamos esta misión de amistad que ahora trabaja entre nosotros y el hecho de que a su frente venga el Ministro doctor Gelbard, que tan importante papel ha jugado en el desarrollo de nuestras relaciones en cumplimiento de los principios por usted enunciados.

Consideramos la visita importante en sí misma, pero además no dejamos de ser sensibles al momento preciso en que se ha realizado y su coincidencia con la Reunión de Cancilleres de México, donde una vez más ha estado presente, como tema que entra en el debate aunque se le deje fuera del Orden del Día; el bloqueo económico a Cuba. No hay mejor respuesta latinoamericana para ese bloqueo que los acuerdos de la República Argentina con Cuba y la presencia en nuestro país de un grupo tan numeroso de argentinos, entre ellos hombres de negocios y empresarios, encabezados por su Ministro de Economía.

Me complace manifestarle nuestra plena coincidencia con su criterio sobre la necesidad de una real unidad latinoamericana como la sola vía posible para la libertad completa de nuestros pueblos y para que América Latina juegue el papel que le corresponde en el mundo.

El logro de esa unidad, que concebimos igual que usted, como una confluencia en que por diversos caminos, países distintos, con diversa idiosincrasia y actuando en el ejercicio de su soberanía y con sus propias concepciones, lleven a la práctica la Revolución. Cualesquiera que fueren los métodos empleados y los puntos de partida diferentes, toda Revolución, al ser verdadera, estará encaminada a la liberación del hombre de todas las formas de explotación.

Deseo reiterarle una vez más lo mucho que valoramos los cubanos el gesto argentino de reanudar relaciones diplomáticas y económicas con nuestro país. Lo primero significó una prueba verdadera de independencia y soberanía política y un acto elementalmente justo. Lo segundo, unidos a los créditos para la adquisición de equipos de producción argentina, un paso inteligente en lo económico y valeroso en lo político frente al imperialismo, que con brutal saña se empeña inútilmente en estrangular el desarrollo de Cuba. Sabemos muy bien, y agradecimos, que usted y el pueblo argentino, condenaron siempre semejante crimen.

Como tema que entra en el debate aunque se le deje fuera del Orden del Día; el bloqueo económico a Cuba. No hay mejor respuesta latinoamericana para ese bloqueo que los acuerdos de la República Argentina con Cuba y la presencia en nuestro país de un grupo tan numeroso de argentinos, entre ellos hombres de negocios y empresarios, encabezados por su Ministro de Economía.

Me complace manifestarle nuestra plena coincidencia con su criterio sobre la necesidad de una real unidad latinoamericana como la sola vía posible para la libertad completa de nuestros pueblos y para que América Latina juegue el papel que le corresponde en el mundo.

El logro de esa unidad, que concebimos igual que usted, como una confluencia en que por diversos caminos, países distintos, con diversa idiosincrasia y actuando en el ejercicio de su soberanía y con sus propias concepciones, lleven a la práctica la Revolución. Cualesquiera que fueren los métodos empleados y los puntos de partida diferentes, toda Revolución, al ser verdadera, estará encaminada a la liberación del hombre de todas las formas de explotación.

Deseo reiterarle una vez más lo mucho que valoramos los cubanos el gesto argentino de reanudar relaciones diplomáticas y económicas con nuestro país. Lo primero significó una prueba verdadera de independencia y soberanía política y un acto elementalmente justo. Lo segundo, unidos a los créditos para la adquisición de equipos de producción argentina, un paso inteligente en lo económico y valeroso en lo político frente al imperialismo, que con brutal saña se empeña inútilmente en estrangular el desarrollo de Cuba. Sabemos muy bien, y agradecimos, que usted y el pueblo argentino, condenaron siempre semejante crimen.

El amplio intercambio comercial iniciado será mutuamente beneficioso a nuestros pueblos. Las industrias y los trabajadores argentinos contarán con un nuevo y sólido mercado para sus magníficos productos. Durante 15 años hemos estado adquiriendo en mercados capitalistas, con los cuales no nos unen especiales vínculos económicos ni comunes intereses, cientos de millones de dólares en mercancías que habríamos podido obtener en Argentina, lo que hubiera sido nuestra preferencia, pues la integración económica de los pueblos de América Latina es elemento imprescindible para la futura integración política por la cual es debe esencial y necesidad impostergable luchar.

Por nuestra parte, en la política comercial daremos toda la preferencia posible a los productos de la industria y la agricultura argentinas.

Es nuestra impresión que los miembros de la delegación argentina que nos visitan se han sentido satisfechos de sus contactos con nuestra patria. Nuestro pueblo y todos los compañeros del Gobierno han realizado el esfuerzo más fraternal y amistoso en atenderlos, y creemos que el encuentro tendrá resultados verdaderamente útiles.

Quienes nos bloquearon y agredieron encontraron siempre la resistencia y hostilidad más firme y resuelta de nuestro pueblo. A los gestos de amistad, en cambio, responderemos invariablemente con noble y sincera amistad.

Agradezco profundamente su magnífico obsequio.

Le deseo mucha salud y grandes éxitos en las enormes responsabilidades que pesan sobre sus hombros en conducir la nación argentina por los caminos difíciles, pero honrosos y heroicos, de la liberación.

Reciba, igualmente, un fuerte y amistoso abrazo.