viernes, 16 de septiembre de 2011

Latinoamérica: integración y políticas de desarrollo.

Análisis de las políticas de integración de nuestros países desde los diversos ámbitos en que se expresa (políticos, económicos, sociales y culturales) que nos permiten sortear las consecuencias más directas de la crisis global.

La situación global hoy es mucho más grave que en los inicios de la crisis, por ahí en el 2008, cuando con la prepotencia que caracteriza a los neoliberales, ellos apenas nos hablaban de una crisis en el ámbito de las finanzas. Sin embargo, una vez más la historia les jugó en contra y bastó apenas unos días para que tuviéramos una real dimensión de lo que estaba pasando. Pero, ¿en verdad tenemos una auténtica dimensión de lo que significa la crisis? Lo que sí está claro es que esta crisis del Estado y su correspondiente régimen capitalista es incluso mucho más grave que la de los años '90 donde finalmente nos impusieron el neoliberalismo como opción, válida y única, a la caída de la tasa media de las ganancias del capital. En el entretiempo, Latinoamérica, por lo menos los países que adoptaron un régimen popular, viene sobrellevando bastante bien las consecuencias de la crisis precisamente a través de políticas de defensa de la soberanía nacional y popular que implica, por ejemplo, la defensa del mercado interno y la posible integración de nuestra región. Por eso, porque nos está dando resultado, porque las políticas populares y la correspondiente integración comercial que en una primera etapa le corresponde, es necesario profundizar las medidas adoptadas desde el 2008 en adelante, por ejemplo, la defensa del trabajo y el consumo interno (...). Por eso, es necesaria la integración con miras a sentar las bases de nuestra Patria Grande. Por eso también es necesario hacerlo con las barreras estratégicas que nos entrega el Mercosur o cualquier institución u organización de nivel regional. Esa es la única posibilidad para continuar defendiendo todos los valores y medidas adoptadas en estos años de cambios, de humanismo, solidaridad y dignidad. Es la única vía para atenuar la vulnerabilidad externa. Entonces, es una prioridad avanzar con temas como el Banco del Sur e integrar las diversas cadenas productivas que constituyen los intercambios comerciales a nivel regional.
Tengamos en cuenta las enormes potencialidades de nuestros países, no solo por sus recursos naturales, sus materias primas, recursos energéticos y la dignidad de nuestros trabajadores, sino también por nuestra densidad demográfica, por los espacios que nos restan completar. ¿Un ejemplo? La industria asentada en el Mercosur eventualmente puede producir la totalidad de las manufacturas industriales que provienen de otras zonas del sistema comercial global. De ahí la trascendencia de los continuas medidas y de las políticas de la Unasur que intentan construir las bases de la Patria Grande, lo más grande posible. Lo hace con mensajes y con acciones de alto contenido político para afrontar, en esta primera etapa, en forma conjunta entre todos los países que la integran, la crisis global que no es solo financiera porque se trasladó a la economía real afectando la vida de millones de trabajadores y sus familias. Lo hace impulsando el comercio intrazona y la desdolarización de los intercambios. En ese sentido, para acentuar la integración comercial es necesario el uso de monedas de la región. La cuestión es que para lograrlo hay que buscar los mecanismos más adecuados. Lo digo porque si bien entre Argentina y Brasil se impulsó esta modalidad desde 2008 hasta el momento apenas el 2% de las transacciones entre ambos se realizan con las monedas locales.
Lo central es que las diversas medidas adoptadas por nuestros países en el ámbito del crecimiento económico sostenido, del desarrollo equilibrado y de la integración de los pueblos, son todas medidas que apuntan a reducir la vulnerabilidad de nuestra región respecto a la crisis de los países centrales. En otro lugar ya dije que el tema de la integración no es fácil, ni siquiera en el ámbito comercial, sin embargo, los desacuerdos que persisten son el mayor desafío para todos. Además, a diferencia de otras épocas, cuando el Fondo Monetario Internacional simplemente imponía todas y cada una de sus recetas y dogmas, actualmente tenemos una mirada común, una mirada que día tras día logra ganar más adeptos, voluntades y votos. Esta nueva mirada es la de un proyecto político humanista, que hace foco en lo social y en lo productivo, en la generación de trabajo como modo exclusivo de dignidad e inclusión y por eso contrasta estructuralmente con los ajustes que nos exige el neoliberalismo y sus políticas pero también, que quede bien claro, es la respuesta de nuestros países a la política represiva de los países centrales contra los manifestantes y contra los indignados de toda la zona europea. Los regímenes populares, y la integración que exige la ampliación de nuestra soberanía, es la respuesta que también se ensaya desde la política frente a la prepotencia de los gobernantes en países como Chile. Asimismo, hay que destacar que las nuevas instituciones regionales, creadas a partir de la imposición democrática de políticas inclusivas y populares en la mayor parte de nuestros países, por lo menos en los más importantes de la región del sur, nos dieron un enorme cantidad de nuevas cualidades y de herramientas para superar la crisis que viene sufriendo el sistema comercial global desde fines de 2008 hasta hoy. Por ejemplo, el uso de políticas claramente anticíclicas, de defensa del trabajo e incluso de generación de nuevos empleos por parte de los distintos gobiernos nacionales y populares, junto con el aumento del comercio entre todos nosotros, fueron parte de una estrategia, eficiente por lo demás, de no dar marcha atrás a pesar de todo lo que está pasando en los países centrales que una vez más intentaron, esta vez sin éxito, trasladar los embates de la crisis a nuestros países. Por el contrario, el año anterior, año de la mayoría de los bicentenarios en la región, Latinoamérica se posicionó entre las zonas más dinámicas del mundo. Todo esto pasa en un contexto de crisis de los paradigmas neoliberales que se expresa, en primer lugar, en una fuerte caída de los niveles de vida de los trabajadores que pierden su fuente de trabajo e ingresos y que quedan endeudados de por vida y, en segundo lugar, en las continuas y cada vez más violentas protestas en especial en países como Chile donde todavía no solo se insiste en el neoliberalismo sino que su policía es bien conocida por los altos niveles represivos e incluso de violación de los derechos humanos que la caracterizan. Todo esto pasa en un contexto de fuerte crisis general y global que está muy lejos de ser superada porque se sigue insistiendo en las recetas de los grupos y factores de poder globales. De hecho, si los Estados Unidos cae nuevamente en recesión, el descenso será más profundo y prolongado que el registrado en los inicios de la crisis. Hoy su economía es mucho más vulnerable que en el 2008 y lo mismo vale para los países de la zona euro. Por ejemplo, actualmente en Europa hay casi nulas posibilidades y expectativas de crecimiento mientras los conflictos sociales se intensifican notablemente. No importa porque los grandes especuladores ya fueron salvados.
Entonces, habría que decir que esta crisis, que viene desde fines del 2008 va a prolongarse por mucho tiempo más. Actualmente los problemas, la crisis y las protestas de los trabajadores, cuestiones como la pobreza o el desempleo, se agravan porque los regímenes políticos europeos insisten en las políticas de ajuste y en la ausencia de una regulación sobre los flujos de capital. No pueden ir más allá porque están en los bordes de la legitimidad del régimen neoliberal. No pueden ir más allá porque están fuertemente comprometidos con el reformismo que, en primera y en última instancia y a estas alturas, se convirtió en un modelo más para legitimar los intereses de los centros globales del poder. No pueden ir más allá porque diferentes y nuevos modos de vida están en juego, porque la razón de los sectores dominantes, oligarcas, conservadores, reaccionarios y hasta fascistas, cada vez más nos revela su impotencia para solucionar cada uno de los problemas de las mayorías, para traer satisfacción a las necesidades y urgencias de esas mayorías. Es importante no olvidar que actualmente estamos frente a una crisis del Estado capitalista que por supuesto se expresa en el neoliberalismo como régimen excluyente de dominio, de control y de acumulación privada de los capitales. Es decir, estamos en presencia de la crisis del modelo de especulación financiera y del supuesto automatismo de los mercados. En esas circunstancias, el sistema comercial globalizado es cada vez más volátil y superfluo. En Europa y en Estados Unidos desaparecieron ramas industriales completas con la correspondiente caída de los indices de empleo y todo lo que esto implica en términos de calidad de vida y de la cuestión social en general. Para peor, esos países, los del centro del poder global, por una cuestión ideológica, no pueden aceptar que la deuda de países como Grecia, Irlanda o España sólo se solucionan con el cambio radical del modelo de crecimiento y de desarrollo, con la caída de las principales políticas del neoliberalismo y la imposición de un régimen de gestión popular. Por lo mismo, hay que insistir en políticas de cambios en las estructuras. Por su puesto, se puede y hay que restringir decididamente el ingreso de capitales especulativos a nuestros países, que entre otras cosas atentan contra un tipo de cambio de equilibrio desarrollista en la medida en que revalorizan artificialmente nuestras monedas locales, pero lo central no pasa por allí sino por cuestiones estructurales.
En ese sentido, es necesario insistir en el tema de la propiedad de los diversos capitales como medida estructural que toca ciertos intereses fuerte e históricamente corporativos. Es que el colapso del régimen neoliberal, y la consiguiente adopción de un otro patrón de desarrollo sustentado en la expansión de los sectores ligados a la economía más real, es decir, a quienes producen bienes durables y así generan trabajo y consumo interno, no supuso en lo central una reversión importante de las tendencias prevalecientes en el neoliberalismo en términos de la propiedad del capital de los núcleos centrales de lo que constituye el poder económico local. De hecho, el proceso de extranjerización no sólo no se revirtió en esos términos en países como Argentina, sino que mayormente se profundizó por las nuevas oportunidades que trajeron las políticas de inclusión social de los gobiernos de Néstor y Cristina. Así, en los últimos años y a pesar de las medidas adoptadas por el gobierno en favor de los intereses de los trabajadores, la participación de las grandes transnacionales (que vale la pena recordar son representantes de intereses foráneos) en la facturación de la cúpula empresaria se incrementó hasta alcanzar una cifra que está cercana al 60%. Ese es un porcentaje muy preocupante para un pueblo que, desde el 2003 en adelante, tiene grandes metas y objetivos por cumplir. Ese es un porcentaje muy preocupante para el peronismo, que como ideología política fundada en el humanismo, reivindica los valores de la justicia social, la igualdad, las oportunidades para todos, la verdad y la lealtad con el movimiento de los trabajadores. Habrá que insistir en la lucha para representar a las grandes mayorías que son necesarias para revertir toda esa herencia neoliberal que insiste en quedarse entre nosotros a pesar del gran fiasco histórico que significó no solo para Argentina o Latinoamérica sino también para los países centrales que hoy se debaten en la inoperancia política incluso para reprimir el gran descontexto que surge desde las bases de sus sociedades.

Referencias bibliográficas:

“Un manual latinoamericano para la defensa regional”. Publicado por Miradas al Sur de la edición del 14 de agosto del 2011.
“Voces por una salida común”. Publicado por Miradas al Sur de la edición del 14 de agosto del 2011.
Galand, Pablo: “Sudamérica avanza para lograr mayor autonomía” ublicado por Miradas al Sur de la edición del 14 de agosto del 2011.
Bencivengo, Gabriel: “Los caminos de la integración”. Publicado por Miradas al Sur de la edición del 14 de agosto del 2011.
Arceo, Nicolás y Schorr, Martín: “Extranjerización y balanza de pagos” Publicado por Miradas al Sur de la edición del 14 de agosto del 2011.

Autor: Alfredo A. Repetto Saieg.

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