sábado, 2 de octubre de 2010

Resumen semanal de noticias



Palabras de Toldería

Apenas finalizada la marcha por la efectiva implementación de la Ley de Medios, la Corporación Mediática activó de urgencia la industria del escándalo. Para la ocasión se han valido del discurso de Hebe de Bonafini, en el cual llamó “turros” a los togados e hizo un llamamiento -cierto que postergado por sus propias palabras- a tomar el Palacio de los Tribunales. Su vehemencia y su frontalidad me hicieron recordar a mi abuela, otra mujer del pueblo que tampoco tenía filtros para decir verdades y para actuar en consecuencia. Sus biografías también las emparentan, con sus hijos perseguidos y peleando contra el mismo sistema que José Hernández denunciara en su “Martín Fierro”. “Vizcachas” de toda laya hacen cola para pegarle a Hebe -y por elevación al Gobierno-, mientras somos legión los “gauchos rabiosos” que nos estamos hartando de las trampas de la “autoridá” judicial. Como para no cansarse: te obligan a jugar un partido largo y desgastante y, cuando al final les ganás con todas las de la ley, decretan no válido el triunfo que ofusca a los poderosos. Frente a la “encerrona” de las corporaciones cómplices de la Dictadura (la judicial y la mediática), ensayamos un nuevo ejercicio de paciencia democrática poniendo el cuerpo y la palabra en el espacio público por excelencia: las sempiternas plazas de la conciencia popular argentina. Todo lo contrario a las brumosas trastiendas donde nocturnos “gerentes” intercambian impresiones con los “supremos”. Imaginemos la recoleta escena: el tono es neutro, los gestos mesurados y las palabras medidas. Sin embargo, en el entresijo de modales tan convenientes, es muy posible que de modo subrepticio se deje saber el agrado con que se vería cierto fallo. Son algo así como órdenes bajo la apariencia de afables sugerencias. Mientras tanto, a la luz del día y a la intemperie, la “indiada” no escarmienta. Cobramos de lo lindo durante el festín  cívico-militar y… ¡seguimos creyendo que nos asisten derechos! Porfiados como mulas, escuchamos un bramido que parece surgir de una toldería: “Rajen, turritos. Hagan la voluntad del pueblo o vayan sabiendo que no estamos de adorno”. Los “bárbaros” coreamos el nombre de Hebe, mientras Leuco y tantos otros cuentan micros conurbanos porque siguen sin enterarse que “la gente” no va a las marchas en remise. Soterradamente, con la misma cobardía de siempre, llaman a “exterminar a todos los salvajes”. ¿Quién lo hará en las actuales circunstancias, los poli-niños de los señores feudales? ¿Nos matarán con tapas de Clarín y La Nación? ¿Se encargará la Corte Suprema? ¿Los oficiales de los juzgados nos van a encanar a todos, o piensan mandarnos a la frontera argumentando un virtual ataque a su afrancesada sede? Señores jueces: no sean tan elementales. Simplemente se les ha dicho -en el lenguaje cristalino de las madres de este pueblo- que está en sus demoradas manos resolver lo que el Congreso Nacional sancionó en beneficio de la sociedad toda, incluidos ustedes. Si se deciden a liberar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, se estarán liberando asimismo de cenáculos turbios y oprobiosos aprietes. No nos gusta verlos en esas tendidas que se hacen a espaldas de nuestros fogones y mateadas. Somos capaces, inclusive, de clavar una lanza a favor de la Justicia si ustedes se rescatan de tantos desaciertos y de tantos desatinos. No sólo vuestros fallos hablan. Esa es, nomás, una zoncera. También habla el tiempo, y ahora les corre en contra horadando la credibilidad y el buen nombre que venían ganándose a los ponchazos. Recuerden que estamparán sus firmas en el fallo. Y, sobre todo, que no tendrán otro nombre mientras vivan.


Miércoles 29 de septiembre de 2010



Es sabido que Twitter es una de las herramientas en boga para hacer política 2.0. Le da a uno la posibilidad de leer, directamente de la fuente, breves comentarios, ideas y discusiones llevadas adelante por un número significativo de actores del medio político actual. Pero la inmediatez del sistema de microblogging otorga una posibilidad de réplica instantanea al resto de los usuarios. Y es por eso que, pareciera, algunos políticos deberían twittear con más cuidado.

Ayer, Gabriela Michetti, ex Vicejefa de Gobierno de la Ciudad y actual Diputada Nacional, publicó un par de comentarios bastante fuleros. Primero:

“Claro q falta para tener los edificios escolares como a todos nos gustaría q estén! Pero no seamos hipócritas! Nosotros no los rompimos...”

Y poco tiempo después:

“Antes de empezar las reuniones del día me voy ahora a contestar mails atrasados. Y ojalá quienes hoy toman escuelas presenten sus reclamos como lo hacíamos nosotros cuando estábamos en el secundario: organizándonos para ir todos los fines de semana a trabajar por nuestras escuelas. Pintábamos, arreglábamos el patio, limpiábamos, mejorábamos los muebles, lijábamos puertas. Fueron años de desidia”

Como comentaba arriba, la réplica no se hizo esperar. Los usuarios de Twitter inauguraron el hashtag #ideamichetti, en el que le sugieren algunas ideas a la Diputada. Por ejemplo:

“Si la ambulancia no llega, hacete los primeros auxilios vos mismo”

“Para qué alumbrado público? Que cada vecino lleve su linterna”

“Que los que van a los boliches se encarguen de controlar la cantidad de gente que va y las puertas de emergencias”

“Que la gente que duerme en las plazas corte el pasto”

 “Si los subtes no funcionan, que los pasajeros se bajen a empujar”

“Ya que no hay semáforo en la esquina de mi casa... los dejo así me voy a dirigir el tránsito yo....”

  “Claro q aumentó la mortalidad infantil en la ciudad p no seamos hipócritas Nosotros no los matamos”

“No seamos hipócritas, a los pibes que toman escuelas, no los engendramos nosotros”

“El río ya estaba ahí cuando asumimos, no seamos hipócritas, la sudestada no la hicimos nosotros”

“Que los presos aprendan herrería, construyan sus propias cárceles y se cuiden entre sí para que no haya fugas”

“Que Macri auto investigue las irregularidades de su gobierno y sea el quién decida si es culpable o inocente”

“Que cada discapacitado lleve su propia rampa para andar tranquilo por la cuidad”

  “¿No sería más coherente que la gente de la calle en vez de dormir a la intemperie se construya su propia casa?”

  “No te quejes de la inseguridad, salí armado”

  ¿Cómo era que decía Einstein? ¿Sólo dos cosas son infinitas...?


El mordisco de una madre

Enviado por el compañero Carlos Semorile.

Hay miles de historias de las víctimas del terrorismo de Estado. Día tras día surge alguna sea a través del desenterramiento de restos oscuramente olvidados y ahora devueltos a su identidad por antropólogos, sea a través de un relato conmovedor de un hijo de desaparecidos que recupera con dolor su código genético y su árbol genealógico. Las madres y Abuelas no han cesado su lucha ni su búsqueda. Y no hay genocida viejo ni enfermo ni lastimero que no sienta sobre si la inminencia del tribunal o la condena. El otro día Pedro Sandoval-uno de los más de cien nietos recobrados- contó públicamente a la sociedad cuánto le costó liberarse de la atadura de sus apropiadores a quienes hasta ayudaba a falsear las pruebas de sus prendas personales para que la Justicia no pudiera obtener el ADN. Recién hace poco puede decirse y decir que él fue un “bebé robado”. Robado. Verbo brutalmente exacto y más justo y menos jurídico que decir apropiado. Me acaba de llegar un mensaje de Oscar Fernández Real, periodista jubilado de largo ejercicio en grandes medios. Es escritor y en su juventud ha recorrido el país intensamente, tanto como ha navegado por sus mares y ríos. Cada tanto nos reencontramos. El mensaje de Fernández Real cuenta lo siguiente: “Querido Orlando: Uno a veces escucha de manera fría algunos relatos sobre situaciones espantosas. Pero la realidad te hace estremecer. El otro día mi hijo Martín pasó por mi casa con un amigo de su edad, un gordito de melena larga que le cubría hasta las orejas. Esto tiene su importancia, porque luego mi hijo me preguntó si había anotado que le faltaba el lóbulo inferior de una de ellas. Y me contó que este muchacho había nacido en la ESMA y que su madre, ante la posibilidad de que se lo arrebataran, le dio un mordisco en su orejita, para poder identificarlo algún día. Ella y el marido luego fueron desaparecidos. Pero el bebé fue a parar a la Casa Cuna, y de allí tiempo después lo recuperaron sus abuelos que lo andaban buscando. Ellos sabían del mordisco en la oreja; de aquel lóbulo ausente y de aquel desesperado acto de su joven madre. Y gracias eso identificaron a su nieto. El caso de este chico fue uno de los primeros reconocidos y hasta Magdalena Ruiz Guiñazú hace tiempo le hizo un reportaje frente a la ESMA. Yo lo conocía solo como a un amigo más de mis hijos; me daba curiosidad su manera de esconder las orejas tan obsesivamente. Pero ahora al saber su historia (que él no me la contó) quedé fuertemente emocionado”. Releí varias veces el mensaje de Fernández Real. Y quiero que se conozca. Esta es una carta sobre otra carta. Es tan prudente en el lenguaje que puso mordisco en lugar de mordedura que suena más cruel. Gracias colega por contarnos acerca de este gesto desesperado ocurrido hace más de tres décadas en las mazmorras. Es la pequeña historia de una madre lastimando la oreja de su hijo, para salvarlo de no ser.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 29 de Septiembre de 2010 en Radio del Plata.



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