domingo, 20 de junio de 2010

Documento: La gobernabilidad, la violencia, la resistencia y el derecho de los trabajadores



Para que la gobernabilidad sea tal, pensaba en cierto momento del día, es necesario que seamos capaces de satisfacer las necesidades de las mayorías, las necesidades de educación, de la salud, de trabajo y de una mejor calidad de vida. Eso es gobernabilidad porque así contribuimos a la paz social, a la felicidad del pueblo, es decir, de todos nosotros. Con la traumática experiencia del menemato y del desgobierno de la Alianza, con la consecuente definición de la crisis en términos del surgimiento del con corralito y el corralón, los cartoneros y los chicos comiendo de la basura de los Mc Donalds del centro o de Cabildo me di cuenta que el sistema, el capitalismo como régimen de producción, es tremendamente violento porque la miseria es violencia, los chicos con poxirán o con el paco, en vez de estar en sus casas y en la escuela, la trata de personas, tipos de la ignorancia y prepotencia de Macri, el recorte al presupuesto de la salud y la educación, las privatizaciones y sus negociados, el desempleo, la falta de esperanza, las crisis y los ajustes, el déficit cero y la represión del 21 de diciembre en plena monarquía delarruista (...) nos demuestra que nuestra sociedad es tremendamente violenta y nosotros, por decir lo menos, en ese sentido somos personas muy pacíficas porque, sin violencia y de la mejor manera, intentamos reaccionar a esa violencia trabajando por los más vulnerables, por los más necesitados y las víctimas del neoliberalismo. Cada uno de nosotros luchando como puede, desde el lugar que le toca, contra todos los dramas legados de los sectores dominantes que defienden espurios intereses contra el bienestar, el bien común de las mayorías, los trabajadores, los excluidos, los marginados y todos los que ellos consideran prescindibles.

En consecuencia, esas políticas del déficit cero, de los ajustes, de la exclusión, del blindaje y del megacanje, típicas de la época neoliberal, son todas políticas del arco político de la derecha, la reacción y los sectores más conservadores simplemente porque excluyen y, por lo tanto, sus políticas e intereses representan a las élites siempre minoritarias y privilegiadas.

En cambio, nosotros contribuimos, junto con el gobierno y el proyecto nacional y popular, con nuestro trabajo, con nuestra consecuencia y nuestra conciencia a la gobernabilidad del país y a la felicidad de todos porque, las políticas que puedo definir como típicas de la izquierda son, en ese sentido, inclusivas, es decir, que crean derechos ahí donde no los había y los defiende y reivindican donde sí existen. Desde ese punto de vista, hay que entender aquella famosa frase de Evita en relación de que donde hay una necesidad existe un derecho. Entonces, un gobierno nacional y popular es un gobierno que crea derechos para así intentar incluir a la mayor cantidad posible de trabajadores en los beneficios por todos producidos.

Así, hay que entender también la ley de entidades financieras que se discute para que los pequeños y medianos empresarios tengan derecho a tomar créditos a bajas tasas y largos plazos para poder continuar con sus negocios y poder apuntalar en favor de la producción nacional y la consiguiente creación de empleos. No olvidemos que, con la actual ley de entidades financieras, heredada de la dictadura, los únicos que acceden a esos créditos son las grandes empresas y corporaciones. En ese sentido, esta nueva ley crea derechos para los pequeños y medianos empresarios que vuelcan sus recursos y su producción al mercado interno y son los grandes generadores de empleos.

Finalmente, también desde este punto de vista hay que entender la ley de servicios audiovisuales que nos da el derecho a escuchar otras voces, que nos da el derecho a expresarnos como mejor nos parezca (...)

Autor. Alfredo Repetto.

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