domingo, 1 de agosto de 2010

Producción y trabajo: "Argentina, cada vez más cerca del empate social"


Opositores y cercanos a la política de la Casa Rosada coinciden en destacar la redistribución del ingreso en concordancia con el desarrollo económico. Los analistas piden profundizar medidas y avanzar en otras para alcanzar el objetivo.

Obreros y empresarios se acercan nuevamente en el reparto de la riqueza producida en el paísEl pico de participación de los asalariados en el reparto del ingreso se alcanzó en 1954 cuando llegó al 51 por ciento. Por el contrario, cayó a su piso más bajo en el ocaso de la última dictadura y tras la crisis social y económica que eclosionó a fines de 2001, cuando apenas superaba el 20 % de la torta. En los últimos años el sector de los trabajadores comenzó a recuperar terreno de cara al objetivo de ser "el país más igualitario de América Latina" y regresar al "cincuenta y cincuenta" en la distribución de la riqueza que se alcanzó durante los primeros gobiernos de Juan Perón, como propuso el ex presidente Néstor Kirchner durante el acto de conmemoración de la muerte de Evita.

Un estudio realizado por los economistas Juan Manuel Alfonsín y Edgardo Tarallo muestra un primer ciclo que va desde al año 1950 hasta 1974 en el que la participación promedio del asalariado se ubicó en el orden del 44,5% del PBI. Y una segunda fase desde el año 1975 en la que el porcentaje cae hasta el 29,19% en promedio. Además, hacia el final de la última dictadura militar se evidenció la mayor regresión en la participación del asalariado. (ver infografía). El análisis realizado por los dos economistas para la Asociación de Personal de Organismos de Control (APOC) llega hasta 2006, aunque las cifras de los últimos años difieren con las computadas por el Banco Mundial. Una serie más actualizada fue difundida por el Ministerio de Trabajo que indica que los trabajadores tomaban en 2003 el 34 % de la riqueza y que ese porcentaje trepó al 43 y 43,6 en 2007 y 2008, respectivamente. En ese punto coincide con las consultoras privadas que estiman que la participación actual ronda el 44%. Con esos antecedentes, cuatro economistas consultados por Buenos Aires Económico analizan qué medidas se deben mantener y sobre cuáles avanzar para llegar al fifty-fifty.

El rol del Estado. En el estudio realizado para APOC, Alfonsín y Tarallo concluyen que "las políticas económicas dictadas por el Estado nacional gravitan decisivamente sobre la distribución del ingreso. El régimen macroeconómico, los regímenes sectoriales y la regulación de mercados configuran un sistema de incentivos que orientan la inversión con sus consecuencias sobre la demanda de trabajo y las remuneraciones" junto con la política fiscal. El sistema impositivo es clave para Rodolfo Terragno, economista y dirigente de la Unión Cívica Radical y ex ministro de los gobiernos de Raúl Alfonsín y de la Alianza. "El principal instrumento de redistribución del ingreso es el sistema tributario. En la Argentina, más que impuestos tenemos peajes que es como yo llamo a los gravámenes indirectos, que son independientes de la capacidad contributiva. A los Estados les gusta cazar en el zoológico y por eso espera al contribuyente en la caja del supermercado para cobrarle el mismo IVA a un multimillonario que a un villero. O el mismo impuesto al cheque a la multinacional que al tallercito de barrio", compara.

Terragno sostiene que si bien hay muchos puntos sobre los cuales introducir reformas "graduales, para que el sistema tributario sea un instrumento de justicia social, sin desalentar la inversión", es necesario que se desgrave "la reinversión de ganancias, otorgar premios fiscales a la innovación, a las exportaciones y al valor agregado". Como paso concurrente señala que las políticas sociales "deben ser universales, sin depender del arbitrio de ningún funcionario. Para eso, las condiciones de elegibilidad deberían ser verificadas por un sistema informatizado y los beneficiarios, recibir tarjetas con chip sólo válidas para determinados consumos".

Daniela Cristina, economista del IARAF considera que los datos provisorios ubican la participación de los trabajadores en el ingreso nacional en alrededor del 44 % y respalda la aplicación de la Asignación Universal por Hijo "que claramente, hace subir los ingresos de las personas que están en los primeros dos deciles, desempleados e informales". Y plantea que la Asignación Universal tiene muchos capítulos en "la literatura latinoamericana" de desarrollo: en Brasil, el Programa de Garantía de Renta Mínima de los primeros 90 se reorientó a la inclusión de los chicos en el sistema educativo y alumbró Bolsa-Escola, que se convirtió en ley federal en 2001. La economista aborda también la incidencia del sistema impositivo y considera positivo el aumento del mínimo no imponible en Ganancias porque permite aumentar la remuneración "del factor trabajo manteniendo constante la del sector capital.

Nicolás Salvatore, investigador del Cedes, sostiene que en los últimos años "la gran distribución del ingreso se hizo desde la salida de la crisis hasta que se aceleró la inflación en 2007. Hasta allí, fue el mejor momento de Kirchner . La distribución mejoró tanto por la vía de los precios por el salario real, como por la vía de cantidades por la disminución del desempleo". Para Salvatore, "después de cada crisis, la distribución del ingreso mejora mucho y eso ocurre así desde hace décadas: un primer brusco empeoramiento es seguido de una mejora en los años siguientes. Kirchner no inventó nada y realizó la mejora distributiva que obedece al modelo edificado por Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna". Para el economista del CEDES, "si se observa el mark up, se ve que cae desde cerca de 50% en 2002 hasta cerca de 30% en 2007, es el mismo de la época de Menem". El cálculo está basado en la relación del índice EBIDTA (el resultado bruto antes de deducir la carga financiera) y las ventas. Como camino propone que las políticas apunten a "crecer con equidad, tal como propone la CEPAL, porque si primero intentamos crecer, la distribución no llega a través del derrame. Esta empíricamente demostrado que la teoría del derrame es simplemente falsa".

Los trescientos quesos de De Gaulle. "¿Cómo se puede gobernar un país que tiene más de trescientas variedades de quesos?" se preguntaba con ironía hace medio siglo Charles De Gaulle como metáfora de las dificultades para administrar Francia. El economista Iván Heyn cita la frase y le encuentra una traducción política para la Argentina y el camino hacia una mejor distribución de la renta: "La alta complejidad de la sociedad tiene ver con la diversificación. En un proceso productivo con más participación de trabajadores calificados, productos con valor agregado, conocimiento y tecnología, hace necesario aumentar el salario. Por lo tanto, una mejor distribución del ingreso se corresponde con mayor diversificación y alta innovación con valor agregado". En la metáfora de De Gaulle, que la variedad de quesos gourmet se multipliquen y los exporte la Argentina.

Heyn, ex subsecretario de Industria y economista de la Asociación de Economía para el Desarrollo de Argentina (AEDA), dice que básicamente el freno a la distribución de la riqueza tiene que ver con la determinación de la estructura productiva, si es más especializada en la renta -agropecuaria, petrolera, minera-, es más inequitativa. Cuando en el proceso productivo la participación del trabajo es marginal, quienes controlan la renta tienen mayor apropiación". Pone como ejemplos a países del sudeste asiático que pasaron de tener producciones de mano de obra intensiva a "fuerza de trabajo con alto valor agregado; Corea, frontera de producción electrónica, y Japón en el caso automotriz".

"Todos los sectores productivos son competitivos y rentables si incorporan mayor valor agregado. Y frente a una demanda de más ingenieros, técnicos, se necesitan políticas sociales. La asignación universal que se mantiene atada a que los chicos vayan a la escuela, recupera el nivel educativo que se perdió por políticas de abandono". También reconoce que la concentración "juega en contra y para eso está el Estado, para abrir las brechas de negocios y que el Estado no lo administren los cuatro o cinco importadores".


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